2020, Número 2
Asociación de características dentoesqueletales en pacientes con diferentes grados de discrepancia oseodental
Idioma: Español/Inglés [English version]
Referencias bibliográficas: 15
Paginas: 81-89
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RESUMEN
Introducción: La discrepancia oseodental (DOD) es una maloclusión muy frecuente que determina fuertemente las condiciones del tratamiento ortodóncico; sin embargo, la distribución de las alteraciones presentes en los distintos grados de la DOD no es del todo clara. Objetivo: Conocer la asociación de alteraciones oseodentales en los distintos grados de la DOD. Material y métodos: A través de un estudio transversal, comparativo, se determinaron las diversas alteraciones presentes en personas con los distintos grados de la DOD con análisis ortodóncicos convencionales. Resultados: La DOD moderada y severa fueron los tipos más frecuentes. La distribución de las alteraciones fue generalmente parecida entre los grupos de la DOD; no obstante, la forma oval y triangular aumentó de manera progresiva con el grado de la DOD. Por el contrario, la clase I esqueletal disminuye conforme la DOD aumenta. Conclusiones: Es posible que el tipo de la DOD no sea un indicador para la aparición de alteraciones oseodentales específicas; sin embargo, la severidad del apiñamiento podría predisponer maxilares superiores triangulares.INTRODUCCIóN
Entre las maloclusiones encontramos la discrepancia oseodental (DOD) como una de las manifestaciones más notables por la repercusión que tiene en el aspecto social, estético y función bucal del paciente, ya que repercute de manera directa con la oclusión, en la predisposición a las caries y en la afectación de los tejidos periodontales, por la dificultad para realizar hábitos higiénicos adecuados.1 De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, las maloclusiones constituyen el tercer lugar entre las enfermedades bucales, después de caries y enfermedades periodontales.2,3
La DOD es una de las alteraciones odontológicas asociada a una gran parte de la población mundial desde hace varios cientos de años, porque el conocimiento de los "dientes apiñados" se encuentra desde la época de Hipócrates, Aristóteles y Celso.1 La DOD se define como la diferencia existente entre la medición del reborde alveolar de la arcada y la sumatoria del ancho mesiodistal de los órganos dentales, pudiendo clasificarse en leve, moderada y severa. Su etiología es considerada multifactorial; sin embargo, la distribución se ha visto asociada al tipo de población.4,5 La DOD varía en los individuos y pueden existir varios factores asociados en una misma persona, se puede presentar mayor complicación cuando se involucran problemas esqueléticos o musculares.6
Los métodos de diagnóstico nos ayudan a identificar y valorar la DOD, tales como el examen clínico, fotografías y modelos de estudio. Aunque hay estudios generales que han determinado las características generales de los diversos grados de apiñamiento dental,7,8 no existe dicha información de forma reciente para pacientes que radican en la Zona Norte de la República Mexicana. El objetivo de este estudio fue evaluar los niveles de asociación de los diversos grados de la DOD con las diferentes alteraciones oseodentoesqueléticas presentes en personas que radican en Ciudad Juárez, Chihuahua.
MATERIAL Y MéTODOS
Se realizó un estudio transversal, comparativo y retrospectivo en pacientes que acudieron a consulta en el año 2012 a la Clínica de Ortodoncia de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, revisado y aprobado por el Comité de Investigación de la Maestría en Ciencias Odontológicas de la misma universidad. A través de un muestreo no probabilístico consecutivo se revisaron y evaluaron historias clínicas, modelos de estudio, radiografías y fotografías de los pacientes. Los grupos de estudio fueron determinados de acuerdo con el nivel y análisis de la DOD: 1. Apiñamiento leve (< 2.9 mm), 2. Apiñamiento moderado (3-5.9 mm) y 3. Apiñamiento severo (> 6 mm). De manera complementaria se realizaron subagrupaciones adicionales, en donde el subgrupo con DOD incluyó los grupos 2 (DOD moderado) y 3 (DOD severo); y el subgrupo sin DOD incluyó el grupo 1 (DOD leve). Las evaluaciones determinaron características sociodemográficas, clínicas, evaluación extra- e intraorales, cefalométricas a través del análisis de Steiner, Jaraback y análisis de modelos de estudio.
Análisis estadísticoTodos los datos fueron expresados en frecuencia, porcentaje, promedio y desviación estándar. Las diferencias entre grupos se determinaron con la prueba χ2 y las asociaciones de riesgo bajo la prueba de razón de momios (RM). Todas las pruebas estadísticas se realizaron con el software IBM-SPSS v23 y las diferencias significativas se consideraron con un valor de p ≤ 0.05.
RESULTADOS
En la Tabla 1 se muestran los resultados derivados de la DOD y el sexo en los diferentes grupos. De forma general, la edad se presenta estadísticamente igual en todos los grupos de la DOD (p > 0.05). Por otro lado, la variable sexo demostró tener mayor distribución entre mujeres (67.9-68.6%) en todos los grupos de la DOD en comparación con los hombres (31.4-32.1%); sin embargo, ninguna diferencia estadística fue identificada. Lo anterior indica que la edad y la cantidad de hombres y mujeres se distribuyeron uniformemente en todos los grupos de apiñamiento.
En la Tabla 2 se pueden observar los resultados de las distintas alteraciones dentofaciales en los grupos de la DOD. En la clase I molar se identificaron las frecuencias más elevadas (40.0-47.1%), seguidas por la clase II (32.9-41.1%) y clase III (15.7-16.4%). La frecuencia más baja fue representada por la clase indeterminada (2.9-3.6%), la cual se expresó de modo similar en todos los grupos de la DOD (p > 0.05). El colapso maxilar fue muy poco frecuente en los diferentes tipos de la DOD (12.7-16.8%), observándose de igual manera en los grupos de la DOD (p > 0.05). Por otro lado, la clase III esqueletal fue la menos frecuente (5.9-10.7%), seguida de la clase I (43.1-49.4%) y II (43.1-49.4%) entre los grupos de la DOD, encontrando una diferencia significativa (p = 0.03). Los tres biotipos se comportaron de manera similar en los grupos de la DOD (p > 0.05), siendo el biotipo normofacial el de las mayores frecuencias en los grupos de la DOD (leve = 47.3%, moderado = 35.0% y severo = 40.2%) contrastado con el braquifacial (leve = 23.2%, moderado = 32.9% y severo = 21.7%) y dolicofacial (leve = 29.5%, moderado = 32.1% y severo = 38.1%).
Los hábitos se expresaron de manera estadísticamente similar en los grupos de la DOD (p > 0.05), identificando el hábito más frecuente como la lengua (10.7-13.7%), seguido del labio (6.9-10.7%), uñas (7.2-8.4%), respirador bucal (2.9-8.4%) y, el menos frecuente, el dedo (1.9-7.9%). La sobremordida vertical y horizontal se manifestaron de manera muy similar en los grupos de la DOD (p > 0.05); siendo para ambos tipos de sobremordida, la más frecuente, la normal (53.0-71.6%), seguida de la aumentada (23.2-37.2%) y la frecuencia más baja fue la negativa (5.2-9.8%). Por otro lado, el maxilar superior mostró una distribución más acentuada en la forma oval (67.6-83.1%), triangular (7.4-23.5%) y cuadrada (7.9-9.5%) para todos los grupos. Además, hallamos una diferencia estadísticamente significativa en la forma de la arcada del maxilar superior (p = 0.03), encontrando que la frecuencia de la arcada oval disminuye gradualmente con la severidad de la DOD (leve = 83.1%, moderado = 77.1% y severo = 67.6%), mientras que la forma triangular muestra una tendencia opuesta a la forma anterior, en la cual la frecuencia aumenta con la severidad de la DOD (leve = 7.4%, moderado = 15.0% y severo = 23.5%). Por otra parte, la forma de la arcada del maxilar inferior se mostró muy similar a la arcada superior, pero sin diferencia significativa entre los grupos de la DOD (p > 0.05). Estos resultados indican que la distribución de alteraciones dentofaciales, que se distribuyen de manera diferente en los grupos de estudio, se relacionan con la forma del maxilar superior.
En la Tabla 3 se muestran las asociaciones de riesgo entre la presencia de la DOD y las alteraciones oseodentales. Se puede observar que la presencia de alteraciones como la clase molar II y III (61.1%) y el colapso maxilar (16.8%) tuvieron mayores frecuencias en el grupo sin DOD que en el grupo con DOD (53.3 y 14.9%, respectivamente). En otro aspecto, la forma triangular y cuadrada en el maxilar y las clases II y III esqueletales fueron más frecuentes en el grupo con la DOD; sin embargo, la única asociación de riesgo estadísticamente significativa fue encontrada en presencia de formas triangulares y cuadradas del maxilar cuando se relaciona con la presencia de la DOD (RM = 1.813; IC 95% = 0.978-3.330; p = 0.05). Lo anterior sugiere que las formas triangulares y cuadradas podrían actuar como un elemento de riesgo para la aparición de niveles más severos de DOD.
DISCUSIóN
El presente estudio demostró la asociación significativa entre los diferentes grados de DOD con la clase I esqueletal y las formas triangulares y ovales, ambas en la arcada superior. No obstante, las formas triangulares y cuadradas del maxilar mostraron tener asociaciones de riesgo para desarrollar estadios más severos de la DOD. Este es el primer reporte en México dentro de la literatura científica que identifica una relación significativamente estrecha entre los diferentes grados de la DOD y las particulares condiciones craneofaciales de personas residentes de Ciudad Juárez, Chihuahua, México. Los resultados deben ser difundidos, ya que pueden servir para diagnósticos más oportunos, planes de tratamiento más eficientes y, en ciertos puntos, en el desarrollo de pronósticos más predecibles durante y posterior a la atención ortodóncica.
Es probable que la forma triangular de la arcada superior esté estrechamente relacionada con hábitos bucales que pueden presentarse en etapas de crecimiento de los pacientes.
Un estudio latinoamericano realizado a 138 adolescentes cubanos reportó una frecuencia de la DOD ligeramente mayor para el grupo de mujeres (50.8%) que en hombres (49.2%), indicando que el apiñamiento mandibular fue más frecuente que en el maxilar (44.2 y 23%, respectivamente); a su vez que la DOD leve fue la más predominante (64.2%).9 Además, una encuesta realizada a 1,197 personas entre los cinco y 15 años de edad, mostraron que el sexo femenino (52.6%) fue el grupo más afectado por algún tipo de apiñamiento que en el sexo masculino (47.4%).5 Adicionalmente, otros estudios epidemiológicos realizados también en adolescentes han encontrado prevalencias relativamente elevadas de la DOD (20-69.3%), determinando que la DOD severa, la cual se encontró predominantemente, requería tratamiento más especializado.6-8
Por otro lado, un estudio realizado en 1,082 pacientes de una población en Pakistán encontraron que la clase II molar división I fue la maloclusión más prevalente, mientras que la DOD leve tanto en maxilar como mandibular fueron los más frecuentes (24.6 y 28.8%, respectivamente). De igual manera se determinaron asociaciones estadísticamente significativas entre el nivel de la DOD y la categoría de la clase molar (clasificación de Angle), particularmente en las subdivisiones de la clase II, sugiriendo que los niveles más altos de la DOD (moderada y severa) se observaron con mayor frecuencia en pacientes con clase I molar, mientras que los niveles más bajos de la DOD (normal y leve) fueron más frecuentes en la clase II molar en sus subdivisiones.10
Asimismo, existen estudios que han evaluado la distribución de las distintas formas de arcada, por ejemplo, en un estudio realizado en personas coreanas predominó la forma cuadrada (46.7%), sobre las formas ovoides y triangulares que eran menos frecuentes (53%). En cambio en una población caucásica las formas ovoides y triangulares fueron más predominantes (80%) comparadas con las cuadradas (18.1%).11 En otro estudio en población chilena, se encontraron distribuciones similares en las tres formas de arcada (ovoide 39%, cuadrada 35% y triangular 26%).12 En contraste, un estudio realizado en personas sudamericanas reportó que en el maxilar superior y mandíbula, la forma oval fue la más predominante (86 y 75%, respectivamente), y que la menos frecuente fue la forma cuadrada (14% para el maxilar y 25% para la mandíbula), y que la forma triangular no se presentó en ninguna de las arcadas.13 Además, en un estudio en personas chilenas se encontró que la forma más común fue la oval (55%), seguida de la cuadrada (27.5%) y triangular (17.5%), concluyendo que existe baja coincidencia en las formas de la arcada superior e inferior dentro de una misma persona.14 Nuestro estudio encontró que el tipo de la DOD más frecuente fue la moderada (41.5%), seguida de la severa (30.2%) y la leve (28.1%). La distribución de los tipos de la DOD fue estadísticamente similar en relación con las diversas alteraciones dentoesqueletales, como lo son el tipo de clase molar, la presencia de colapso maxilar, biotipo facial, hábitos, tipo de sobremordida, entre otras (p > 0.05). Sin embargo, las únicas alteraciones dentoesqueletales que mostraron asociaciones estadísticamente significativas con la severidad de la DOD fueron la clase esqueletal y la forma de arcada del maxilar superior (p < 0.05). La presencia de formas triangulares y cuadradas se identificó como un elemento de riesgo para la aparición de niveles más altos de la DOD (RM = 1.813; IC 95% = 0.978-3.330; p = 0.05).
Lo anterior podría indicar que el incremento en la severidad de la DOD podría influir en la disminución gradual en la frecuencia de la clase I esqueletal y la forma oval del maxilar, aumentando, de este modo, la presencia de la clase II esqueletal y la forma triangular del maxilar. Pero las formas triangulares y cuadradas podrían representar un riesgo para el desarrollo de estadios más severos de la DOD. En este sentido, es posible que la clase I esqueletal y la forma oval del maxilar, en presencia de estadios más severos de la DOD, pueda establecer un riesgo aumentado para el desarrollo de la clase II esqueletal y morfologías maxilares triangulares que facilitan el colapso maxilar.15 Al mismo tiempo, las formas triangulares y cuadradas presentes en la arcada del maxilar podrían aumentar el riesgo de desarrollar casos más complejos de la DOD. Nuestro estudio sugiere que alteraciones oseodentoesqueletales particulares podrían estar relacionadas con la presencia y severidad de la DOD, es posible que otros factores como la herencia, raza, hábitos, cultura, lugar de procedencia y otros aspectos sociodemográficos pudieran estar relacionados con cada tipo de la DOD presente en personas que habitan en Ciudad Juárez.
Hoy en día, las diversas alteraciones dentoesqueletales identificadas en los pacientes que se someten a tratamientos de ortodoncia convencional son consideradas todo un reto clínico antes, durante y después del tratamiento ortodóncico. En el presente estudio se incluyó metodológicamente un número de pacientes adecuado en cada grupo de estudio, analizados por pruebas cefalométricas y análisis ortodóncicos complementarios. Sugerimos que otros estudios incluyan variables cuantitativas continuas derivadas de las mismas pruebas usadas en ortodoncia y seguramente una modificación en el tipo de análisis estadístico para la determinación de factores de riesgo involucrados en el desarrollo de la DOD.
CONCLUSIONES
Este estudio encontró asociaciones significativas entre la severidad de la DOD y la clase I esqueletal, así como en las formas triangulares y ovales del maxilar superior; también, dichas formas mostraron asociaciones significativas para el desarrollo de niveles más severos de la DOD, lo cual sugiere que formas particulares de la arcada superior podrían influir directamente en el desarrollo de estadios más severos de la DOD.
Es de suma importancia la difusión de estos resultados a los clínicos del área de la ortodoncia, así como de otros sectores de la salud, para el mejoramiento de las medidas preventivas y de tratamiento ante las alteraciones oseodentoesqueletales como lo es la DOD, principalmente en personas provenientes de Ciudad Juárez, Chihuahua.
AGRADECIMIENTOS
Los autores agradecen al Departamento de Estomatología del Instituto de Ciencias Biomédicas de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez por el apoyo a la realización de este estudio.
REFERENCIAS (EN ESTE ARTÍCULO)
AFILIACIONES
1 Maestría en Ciencias Odontológicas. Departamento de Estomatología. Instituto de Ciencias Biomédicas, Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, Ciudad Juárez, Chihuahua, México.
2 Especialidad en Ortodoncia. Departamento de Estomatología. Instituto de Ciencias Biomédicas, Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, Ciudad Juárez, Chihuahua, México.
3 Especialista en Odontopediatría, Especialidad en Odontopediatría. Departamento de Estomatología. Instituto de Ciencias Biomédicas, Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, Ciudad Juárez, Chihuahua, México.
CORRESPONDENCIA
Dr. Omar Alejandro Hernández Cepeda. E-mail: omar.hernandez@uacj.mxRecibido: Noviembre 2019. Aceptado: Enero 2020.