2003, Número 4
El venerable Varón Gregorio López, repercusiones de su vida y obra a lolargo de cuatrocientos años, 1562-2000.
Idioma: Español
Referencias bibliográficas: 29
Paginas: 401-408
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RESUMEN
Durante la segunda mitad del siglo XVI, en la Nueva España, existió un personaje singular y multifacético de nombre Gregorio López quien, por su ascética manera de vivir y su gran erudición y talento, adquirió una importancia tal que tanto su nombre cuanto su obra repercuten hasta nuestros días. En este trabajo destacamos dos aspectos a los cuales han prestado poca atención los historiadores contemporáneos. Por un lado, a su obra de carácter médico conocida como "Tesoro de Medicinas", que aunque inserta en la corriente hipocrática-galénica es muy valiosa y, por el otro, a la amplia historiografía localizada por nosotros para ilustrar su proceso de beatificación, abierto veinticuatro años después de su muerte ocurrida en 1596. Si bien este aporte se divide en dos partes para su mejor comprensión, la interesante vida del también conocido como Venerable Varón y las repercusiones de sus acciones muestran una muy clara unidad entre el hombre de conocimiento y el místico, quien, por sus actividades cotidianas supo mantener una indiscutible presencia social y religiosa a lo largo de los tres siglos coloniales y en los dos transcurridos del México independiente.REFERENCIAS (EN ESTE ARTÍCULO)
Está en el Archivo General de la Nación (AGNM) en el Grupo Documental Inquisición. Fondo Riva Palacio. Tiene 26 folios y no tiene año ni firma. En la Hubert N. Bancroft Collection se encuentra en la Colección de Don Fernando Ramírez (No 460) una copia hecha en 1626 por Joseph Suárez, receptor de la Real Audiencia de México.
Para mayor información, Vid. Argaiz, G. Vida y escritos del Venerable varón Gregorio López. Madrid, 1678. Aristal, J. Vida y vanos escritos del venerable siervo de Díos Gregorio López. Madrid, 1727. Milhou, Alain. "Gregorio López, El iluminismo y la Nueva Jerusalem americana'. En: Actas del IX Congreso Internacional de Historia de América. Sevilla, España; 1992. p. 55-83.
Versión afirmada por Quiroz Castañón Humberto, Jiménez López José Concepción, Márquez Lourdes y Salas Marielena, antropólogos del INAH y de la ENAH, quienes participaron en esas excavaciones y realizaron trabajos sobre el tema. Otro antropólogo físico que puede corroborar la información es Arturo Romano, quien trabaja en el ExConvento de San Jerónimo de la Ciudad de México, pues estuvo presente en el rescate de las osamentas.
En entrevista con el padre Luis Ávila Blancas, en octubre de 1999, entonces Sacristán Mayor de la Catedral Metropolitana, nos afirmó que desde que se trasladaron los restos en 1635 a la Catedral, nunca se ha profanado la tumba, ya que para poder levantar la lápida es necesaria la presencia de un notario público y testigos, además de la autorización de los dignatarios eclesiásticos y de un suceso así, se habría enterado, él está absolutamente seguro de que no ha ocurrido, además, no hay documentos que lo demuestren, en el archivo, del cual es responsable.