2009, Número 6
Salud Mental 2009; 32 (6)
Cambios del EEG por habituación y condicionamiento en niños de tres a 15 años que acuden al Instituto Nacional de Rehabilitación (INR)
Brust-Carmona H, Ramírez-Aboytes F, Sánchez A, Martínez J, Rodríguez MÁ, Flores-Ávalos B, Yáñez-Suárez O
Idioma: Español
Referencias bibliográficas: 26
Paginas: 459-467
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RESUMEN
Algunos cambios del ambiente activan las vías sensoriales generando la sensación y la respuesta a dicha estimulación. Los cambios electrobioquímicos modifican el EEG que al propagarse en la corteza cerebral se suman a los potenciales que generan las respuestas y éstas producen nuevas señales que dan lugar a la percepción. Diversos factores pueden alterar la organización de esos circuitos glioneuronales produciendo trastornos de la atención (TDA), de su integración con su significado, lo que regula el tipo e intensidad de respuestas adecuadas al contexto social. La discapacidad de estas funciones genera comorbilidades que se suman al TDA. Estas enfermedades son de alto impacto socio-económico y cultural y lo son más cuando persisten en la adolescencia y la adultez. Por esto es necesario desarrollar metodologías diagnósticas de alta precisión. Actualmente se acepta que la conducta integral resulta de la actividad del Sistema Nervioso (SN). El EEG registra la actividad eléctrica de las neuronas de la corteza cerebral donde se realizan procesos cognitivos. Para caracterizar el EEG estamos integrando, en una base de datos electrónica, la intensidad y distribución cerebral de los ritmos delta (Δ), theta (θ), alfa (α) y beta (β). Proponemos que la desincronización (DRE) refleja la activación cortical, base de los procesos de coordinación sensoriomotora. Las primeras estimulaciones producen DRE que, al repetirse, disminuyen la habituación de la DRE. Además, es posible que se invierta este cambio DRE a sincronización (SRE) al darle significado a la misma estimulación. En este trabajo se presentan los cambios de θ, α y β ante la fotoestimulación repetida y cuando el sujeto tiene que presionar un botón al inicio de dicha estimulación.Sujetos y método: Se atendieron 124 niños, de tres a 15 años, separados en cuatro grupos con intervalos de tres años. En el interrogatorio clínico se indagó el posible retraso del desarrollo físico-emocional-intelectual, de epilepsia o tratamientos médicos o psicológicos convirtiéndose en factores de exclusión. A los niños, delante de los padres, se les explicó cómo funciona su cerebro, que el estudio no produce dolor, que estarán acostados con los párpados cerrados (OC), permaneciendo lo más inmóviles posible, los padres al comprenderlo y aceptar firmaron la autorización. Los factores de exclusión dejaron 94 niños para análisis de habituación y 47 para condicionamiento. El EEG se registró utilizando los montajes bipolares A-P parasagitales del sistema internacional 10/20, además se registraron los movimientos oculares y el EKG. El sujeto con OC se fotoestimulaba 20 veces (FR a 5/s × 2s). Después de 5 min de terminada la serie se les ponía en la mano dominante un aditamento con un botón, indicándoles que lo apretaran al inicio de cada FR y lo liberaran al terminarse (asociaciones). El análisis se efectuó con filtro de 1.6 y 40 Hz. Seleccionando manualmente, de la 1era, 5ª, 10ª 15ª y 20ª FR muestras de registros bipolares de 2 s antes, durante y después. Para el condicionamiento se agregó la medición de la latencia de la respuesta. Se aplicó la TRF y se calculó la Potencia Absoluta (PA) de θ (4.0-7.5 Hz), α (8.0-12.5 Hz) y β (13-20 Hz), se obtuvo el promedio en cada hemisferio (HI, HD) y de ambos (AH). Se utilizó la prueba de Wilcoxon con α›0.05.
Resultados: El promedio de la PA de la actividad de fondo, de todos los niños, está por debajo de 10 µV2. La 1era FR disminuye la PA de θ y de α con incremento de β en AH. En la 5a FR disminuye θ y α con incremento de β. En la 10ª disminuye menos θ y α, persistiendo el incremento de β. En la 15ª continúa la disminución de θ, pero aumenta α en el HI y disminuye en el HD. En AH se incrementa β. En la 20ª se vuelve a disminuir θ y α en AH; sin embargo, el rango de la diferencia es menor que el registrado en anteriores FR. La PA de β sigue aumentando en AH. El análisis por grupo muestra que en el G-1, la PA de los tres ritmos es mayor, con predominio de θ, siendo del doble del grupo total. En la 1era FR incrementa la PA de los 3 ritmos, lo cual no se registró en los otros grupos. En el G-4, la 1era y 5ª FR disminuyen la PA de θ y de α (DRE), siendo menor la disminución en la 10ª y se invierte en la 15ª y 20ª (SER). Consecutivamente a la explicación de que con la FR deben presionar el botón, se incrementa el promedio de la PA a 12 µV2 en promedio de la muestra. En la 1era Aso disminuye la PA de θ y de α incluyendo una discreta disminución de β, la latencia es de 930 ms. En la 5ª Aso disminuye θ con pequeño incremento de α y β y la latencia es de 750 ms. En la 10a y 15a continúa el incremento de los tres ritmos y la latencia disminuye a 650 y 640 ms, respectivamente. Mientras que en la 20ª el incremento de la PA de cada ritmo es menor y la latencia se incrementa a 750 ms.
Interpretación: El análisis del EEG por grupo revela mayor PA de θ en el G1, lo cual disminuye con la edad y con relativo aumento de α, alcanzando su máximo en el G4. En todos los niños se registra una disminución ondulante de la DRE que representa la habituación, siendo más notable en G4, aunque no se alcanza una SRE homogénea que indique mejor inhibición, como se describe en adultos, lo que sugiere que en los niños no se ha desarrollado completamente esa actividad de control sensorial. Otro dato importante es que en el G1, la 1era FR incrementa θ y α que no se observa en los otros grupos, lo que sugiere que en este grupo aún predomina la facilitación de los circuitos. El G4 presenta mejor curva de habituación, aunque por los pocos niños y el número de FR analizadas, algunos datos no alcanzan significado estadístico pero sí de importancia clínica, lo cual obliga a incrementar la muestra y analizar cada una de las FR. La respuesta de presionar el botón mejora en correlación con la edad, que coincide con la disminución de θ e incremento de α. Lo sorprendente es que, de acuerdo a la hipótesis, el condicionamiento se reflejaría en un incremento de β (DRE), lo cual no registramos pero sí observamos una correlación entre la disminución o aumento de θ con lo inverso de α y una mejor respuesta motora con diferencias interhemisféricas que se manifiestan con mayor intensidad en el HD, el cual, en la mayoría de los niños, representa el H subrogado. Las modificaciones descritas de θ y de α se explican como resultado de la integración funcional de circuitos sensoriales centroencefálicostálamo-corteza específicos e inespecíficos relacionados con la generación del ritmo α, mientras que el ritmo θ se relaciona con los circuitos límbicos, que participan en la integración de la memoria.
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