2022, Número 4
Menisco lateral discoide: revisión de la literatura
Idioma: Español
Referencias bibliográficas: 92
Paginas: 308-319
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RESUMEN
El menisco discoide es una variante anatómica que usualmente afecta al menisco lateral. La anomalía comprende un espectro en la forma, tamaño, estabilidad y cobertura de la meseta tibial. Se estima que la incidencia global varía entre 3 y 17% en el menisco lateral. Las revisiones actuales recomiendan clasificar al menisco discoide tomando en cuenta los siguientes parámetros: morfología discoide (completa o incompleta), estabilidad o inestabilidad periférica y presencia o ausencia de lesiones meniscales. La presentación clínica de un paciente con menisco discoide es variable, puede cursar sintomático o asintomático. La resonancia magnética es la modalidad de elección para confirmar el diagnóstico de un menisco discoide. El método de tratamiento depende de varios factores como los síntomas, edad del paciente, tipo de lesión meniscal y cronicidad. Se prefieren las estrategias de preservación meniscal debido al riesgo de desarrollar osteoartrosis secundario a la meniscectomía total. Las mejoras en el tratamiento quirúrgico han llevado a buenos resultados a largo plazo. Este artículo revisa las actualidades en epidemiología, clasificaciones, estudios de imagen, diagnóstico, y tratamiento del menisco discoide sintomático en la población pediátrica, además de los resultados postoperatorios y los factores de riesgo.INTRODUCCIóN
El menisco discoide es una variante anatómica que por lo regular afecta al menisco lateral. Descrito por primera vez en 1889 por Young en disecciones anatómicas.1 El primer caso tratado quirúrgicamente data de 1910 y se atribuye a Kroiss, quien también difundió el término snapping knee para su diagnóstico clínico.2
La anomalía comprende un espectro en la forma, el tamaño, la estabilidad y la cobertura de la meseta tibial.3 La forma discoide evita el contacto entre las superficies articulares del fémur y la tibia, haciéndolo más propenso a lesiones de etiología mecánica y, por tanto, sintomático.4
En la actualidad, el progreso en el tratamiento quirúrgico ha generado buenos resultados a largo plazo.5
Este artículo revisa las actualidades en epidemiología, clasificaciones, diagnóstico, estudios de imagen y tratamiento del menisco lateral discoide sintomático.
La literatura actual carece de datos epidemiológicos en nuestra población, de estudios que hagan uso de las nuevas clasificaciones para permitir homologar el tratamiento quirúrgico y de más estudios clínicos que comparen resultados entre distintas técnicas quirúrgicas tomando en cuenta variables cualitativas para obtener mejores resultados a largo plazo.
EPIDEMIOLOGíA
Los datos sobre la incidencia del menisco discoide (sintomáticos como asintomáticos) son variables porque los datos notificados varían según el método diagnóstico, los criterios de selección y los datos demográficos.3 La incidencia global varía entre 3 y 17% en el menisco lateral.6 En el menisco medial la anomalía es poco frecuente, con una incidencia estimada de 0.06 a 0.3%.7 Se reporta una amplia variación geográfica; en los países del continente asiático se observa con más frecuencia (entre 10 y 15%) que en los países de occidente (entre 3 y 5%).8,9
La incidencia del menisco discoide lateral bilateral es de hasta 25% en la población asiática, y el menisco discoide medial bilateral es poco frecuente.10-14 La coexistencia de un menisco discoide medial y lateral en la misma rodilla es más raro,15,16 mientras que la coexistencia en ambas rodillas sólo se ha reportado una vez.17
ANATOMíA Y FUNCIóN
Los meniscos son estructuras fibrocartilaginosas intraarticulares con forma de semiluna y presentan dos caras, dos bordes y dos extremos (cuernos meniscales). El menisco lateral tiene forma circular y cubre aproximadamente 75% de la meseta tibial lateral en comparación con el medial que tiene forma de C, cubriendo 51% de la meseta tibial medial.18 El ancho promedio es de 10 a 12 mm y el grosor promedio es de 4 a 5 mm en adultos. Su cuerno anterior se inserta anterolateral a la inserción del ligamento cruzado anterior, su cuerno posterior se inserta posteromedial a la espina tibial lateral, por delante del ligamento cruzado posterior y anterolateral al cuerno posterior del menisco medial.19,20
INSERCIONES LIGAMENTARIAS
El ligamento intermeniscal (presente en 94% de las rodillas) une el borde anterior del menisco lateral con el cuerno anterior del menisco medial.21
Los fascículos poplíteo-meniscales, los ligamentos meniscocapsulares y meniscotibiales (ligamentos coronarios) conectan al menisco lateral de forma periférica al tendón poplíteo, a la cápsula articular y a la tibia, respectivamente, careciendo de unión a la altura del hiato poplíteo.22,23
El menisco lateral no tiene inserciones al ligamento colateral correspondiente en comparación con el medial, esto lo hace más móvil.
El ligamento meniscofemoral anterior (ligamento de Humphrey) y posterior (ligamento de Wrisberg) surgen de la cara lateral del cóndilo femoral medial hacia el cuerno posterior del menisco lateral.24 La incidencia global de al menos un ligamento meniscofemoral es de 84 a 91%, siendo más común la aparición del posterior (70%) que del anterior (de 36 a 48%), y aún menos común la aparición de ambos ligamentos (de 26 a 32%).24,25
VASCULARIDAD
En el recién nacido el menisco es por completo vascular. Hacia el noveno mes de vida, el tercio central se vuelve avascular, posteriormente disminuye en la periferia de forma gradual de 10 a 30% entre los 10 y 15 años, momento cuando establece una sistematización definitiva que se mantiene hasta la vida adulta.26,27
La irrigación se realiza por dos vías. Una vía directa por ramas de la arteria poplítea: la arteria genicular media irriga los cuernos posteriores; la arteria genicular inferolateral irriga de 10 a 25% de la periferia del menisco lateral y la arteria genicular inferomedial irriga de 20 a 30% de la periferia del menisco medial, y una vía indirecta por ramas originadas de las arcadas perimeniscales, tributarias del primer sistema. De las arcadas perimeniscales se originan radialmente y en dirección a los meniscos vasos que se distribuyen en una red periférica (cara periférica del menisco), red subsinovial (cara tibial y femoral) y red centro-meniscal (interior del menisco).28 Se cree que las zonas blanca y roja-blanca reciben más de dos tercios de su nutrición a partir del líquido sinovial mediante difusión.28 Esto tiene implicaciones para la cicatrización y es la base de la clasificación por zonas de los meniscos (Figura 1).
INERVACIóN
En cuanto a la inervación, la rodilla recibe ramas del nervio tibial posterior, del nervio obturador, del nervio femoral y del nervio peroneo común, las cuales penetran en la cápsula y siguen la misma distribución que el sistema arterial.18 Por tanto, los elementos neurales (nociceptores y mecanorreceptores) se concentran más en el tercio periférico del menisco.
COMPOSICIóN
En cuanto a su microestructura y composición, el fibrocartílago está formado por una matriz extracelular compuesta de agua (de 65 a 75%), colágeno (de 20 a 25%), proteoglicanos y glucoproteínas (< 1%), y elementos celulares que varían según la región meniscal. El colágeno tipo I predomina en la zona roja del menisco, mientras que el colágeno tipo II comprende la mayor parte de la matriz extracelular de la zona blanca.29
Estas fibrillas de colágeno están dispuestas en una estructura de tres capas, ideal para convertir las cargas de compresión vertical en tensiones circunferenciales: la capa profunda con fibras orientadas circunferencialmente, la segunda capa con fibras orientadas radialmente y la capa superficial comprende fibras orientadas paralelas a la superficie en varios ángulos.30
FUNCIONES
Las funciones de los meniscos son: transmisión de fuerza y estabilidad; optimizan la transmisión de fuerza al aumentar la congruencia articular y la absorción del impacto al ser más elásticos que el cartílago articular. Confieren estabilidad secundaria haciendo más profunda la superficie tibial; se convierten en estabilizadores primarios en la rodilla que tiene deficiencia de ligamento cruzado anterior.31,32 Tienen además función neural con mecanismos de propiocepción y función metabólica, lubricando y nutriendo la articulación gracias al recubrimiento sinovial.33,34
ETIOPATOGENIA
En 1948, Smillie consideró al menisco discoide como una anormalidad congénita, teoría aceptada en aquella época que afirmaba que los meniscos existían en el feto como discos cartilaginosos y una supuesta falta de reabsorción de la zona central sería la causa de la forma discoide.35
Sin embargo, en 1955 Kaplan publicó estudios sobre la embriología de los meniscos en humanos, reveló que en ningún momento del desarrollo los meniscos asumen una forma discoide, demostrando que tienen una forma semilunar desde sus primeras etapas de formación.36 Hallazgos que a la fecha han sido corroborados.37
Kaplan consideró que la anomalía inicial es la falta de unión del cuerno posterior del menisco lateral a la tibia, hipotetizando que la forma discoide se desarrolla gradualmente después del nacimiento debido a movimientos anormales del menisco que queda atrapado en la superficie articular, provocando sensación de chasquido y cambios en su estructura.38 Sin embargo, esta teoría no explica la existencia del menisco discoide con fijación tibial normal (Watanabe tipo I y II).
En 1990, Le Minor, a través de un estudio comparativo del menisco en primates, concluyó que los datos comparativos del menisco lateral discoide en humanos favorecen un origen filogenético.39
Histopatológicamente, se ha demostrado que las fibras de colágeno se encuentran disminuidas, desorganizadas y con degeneración fibrinosa mucoide; el grosor está aumentado y tiene una vascularización anormal en la periferia, similar a lo encontrado en las lesiones degenerativas.40-43
La hipermovilidad y el atrapamiento dañan aún más la estructura anormal, factores que predisponen al menisco discoide a las lesiones.44
CLASIFICACIONES
La clasificación más conocida la desarrolló Watanabe en 1969, basándose en dos características principales: la primera es el aspecto meniscal y su grado de cobertura de la meseta tibial y la segunda, la estabilidad que presentan (Figura 2).45
- 1. Tipo I. El aspecto discoide es completo, cubre la totalidad de la meseta tibial, su estabilidad es normal, a la palpación presenta fijación meniscotibial posterior adecuada. Es la presentación más común.
- 2. Tipo II. El aspecto del menisco es en media luna, similar a la de un menisco normal, la cobertura de la meseta tibial es incompleta, sin superar 80%, su estabilidad a la palpación es adecuada.
- 3. Tipo III. También conocido como variante de Wrisberg, el aspecto del menisco es normal o ligeramente discoide, con una cobertura de la meseta tibial incompleta y característicamente inestable debido a la ausencia de fijación meniscotibial; sólo mantiene su unión meniscofemoral por medio del ligamento de Wrisberg. Es la presentación menos común. La hipermovilidad en el cuerno posterior permite que se desplace con la extensión, causando el clásico síndrome de rodilla chasqueante.46
Esta clasificación ha generado controversia porque su utilidad para la toma de decisiones quirúrgicas es cuestionable.
En la década de 1990, Jordan determinó que los tipos I y II de Watanabe no desarrollan sintomatología hasta asociarse con una lesión meniscal y que el tipo III presenta mayor asociación con el bloqueo articular, por lo que recomendó clasificar al menisco discoide de acuerdo con su estabilidad.47,48
Los patrones de inestabilidad del borde periférico pueden llegar a presentarse en el cuerpo o en el cuerno anterior con mayor frecuencia; se ha reportado la desinserción completa, pero es menos común.
Klingele describió una frecuencia de desgarros en el cuerno anterior de 47.2%, seguido del cuerno posterior con 38.9% y el tercio medio con 11.1%. Fue el primero en incluir la estabilidad como una característica para la clasificación.49
En 2009, Ahn utilizó la imagen por resonancia magnética para proponer una clasificación basada en la estabilidad periférica del menisco discoide y analizar el desplazamiento que presenta. Obtuvieron cuatro categorías: sin desplazamiento, desplazamiento anterocentral, desplazamiento posterocentral y desplazamiento central.
Este estudio concluyó que los desplazamientos en el menisco discoide son poco frecuentes, pero quienes llegan a tenerlos se relacionan con lesiones longitudinales periféricas que vuelven susceptible al menisco para reparación quirúrgica.50
Las revisiones actuales recomiendan clasificar al menisco discoide tomando en cuenta los siguientes parámetros: morfología discoide (completa o incompleta), estabilidad periférica (estable o inestable) y presencia o ausencia de lesiones meniscales.51
Siguiendo estos criterios, Yang del Boston Children's Hospital propuso en 2019 la siguiente clasificación con base en el tamaño, la estabilidad y la presencia o ausencia de una lesión meniscal, que tiene la intención de ayudar al cirujano ortopédico a la planificación preoperatoria de estos pacientes (Tabla 1).52
PATOLOGíA ASOCIADA
El menisco discoide no siempre se manifiesta como patología aislada. La asociación más relevante es la osteocondritis disecante del cóndilo femoral lateral, con una incidencia promedio de 12.8%.53 Desde el punto de vista clínico la aparición de lesiones osteocondrales en el cóndilo femoral acompañadas de daño a nivel del menisco es la asociación más importante. Los pacientes con síntomas por lesión meniscal de más de seis meses de evolución tienen el doble de riesgo de sufrir estas lesiones.54
También se ha reportado la presencia de quistes meniscales, sobre todo en la porción anterior del menisco y principalmente relacionados con los pocos casos de menisco discoide medial.55
Otras patologías asociadas con esta entidad son la hipoplasia femorotibial, lesiones de la cabeza del peroné, anormalidades del maléolo lateral o de la arteria genicular inferolateral, inserciones anómalas del ligamento cruzado anterior, colapso de la fisis tibial proximal medial, y ensanchamiento del margen articular medial.56,57 Por último, se debe tomar en cuenta que, de acuerdo con la clasificación de Watanabe, el tipo III presenta mayor inestabilidad por la ausencia de unión meniscotibial posterior.58
DIAGNóSTICO CLíNICO
La presentación clínica es variable, puede cursar sintomática o asintomática. Esto depende de la edad, la actividad deportiva del paciente, el tipo de inestabilidad periférica y de la presencia o ausencia de lesión meniscal.59
Cuando hay inestabilidad, ocurre un desplazamiento anormal del menisco, causando saltos y/o chasquidos palpables durante el rango articular, incluso puede causar un pseudobloqueo articular.60
Los pacientes menores de 10 años típicamente presentan estos síntomas de manera intermitente snapping knee syndrome y pueden provocar esta sensación al llevar la rodilla de flexión a extensión completa.
Los pacientes mayores de 10 años pueden cursar con dolor, inflamación y síntomas mecánicos debido a una lesión meniscal.60
Estos meniscos son más susceptibles a lesión debido a su morfología, al colágeno desorganizado y su falta de vascularidad, incluso en ausencia de trauma.59
Los patrones de lesión más comunes en un menisco discoide son las lesiones degenerativas complejas y las lesiones en asa de cubo; a su vez la localización más común es el cuerpo o el cuerno posterior.61 Una lesión meniscal también puede producir inestabilidad, particularmente si ésta ocurre en el cuerno posterior.62
La exploración física debe incluir la inspección de la marcha y de la alineación de los miembros pélvicos. Se deben buscar asimetrías y derrame articular.
A la palpación, el dolor puede estar localizado en la línea articular lateral, puede ser palpable una protuberancia debido a una subluxación de un menisco inestable, acompañado de un incremento de volumen a la flexión.63
La prueba de McMurray tiene una especificidad de 98% para las lesiones meniscales, mientras que la prueba de Thessaly tiene una sensibilidad de 92% en las lesiones del menisco lateral.51 Puede aparecer un chasquido al momento de realizar estas pruebas debido a la traslación del cóndilo femoral lateral sobre el borde posterior engrosado del menisco.51 La exploración física de la rodilla contralateral es imprescindible.
ESTUDIOS DE IMAGEN
RADIOGRAFíAS SIMPLES
Se deben obtener radiografías simples de la rodilla en todos los pacientes; incluyendo la proyección anteroposterior, lateral, de túnel y de Merchant.
Las imágenes suelen ser normales y se utilizan para descartar otras patologías; cuando encontramos alteraciones compatibles con menisco discoide, se trata de una patología avanzada.64
Los signos radiográficos más frecuentes son: aumento del espacio articular lateral (hasta 11 mm), aumento de la altura de la cabeza del peroné, hipoplasia de la espina tibial lateral, oblicuidad de la meseta tibial lateral, apariencia cuadrada del cóndilo femoral lateral, ahuecamiento de la meseta tibial lateral y el condylar cutoff sign en la proyección de túnel (Figura 3).65-67
ULTRASONIDO
El ultrasonido es una técnica económica y confiable en manos de un especialista experimentado.68
Los criterios ecográficos para el diagnóstico de un menisco discoide incluyen: ausencia de una forma triangular normal, presencia de tejido meniscal grueso y anormalmente alargado, y aparición de un patrón central heterogéneo.69
RESONANCIA MAGNéTICA
La resonancia magnética es la modalidad de elección para confirmar el diagnóstico de un menisco discoide (Figura 4).46
Determina los signos de inestabilidad periférica: ausencia de inserciones capsulares y desplazamiento anterior del cuerno posterior del menisco lateral con respecto a la tibia (subluxación del menisco).
Localiza el tipo de lesión meniscal y los desgarros intrasustanciales que no son detectables por artroscopia. Además, resulta de gran ayuda en pacientes pediátricos en quienes la exploración física es más complicada.
Silverman estableció los siguientes criterios:70
- 1. Cortes coronales: aumento del ancho del cuerpo meniscal de 15 mm o más, diferencias de tamaño entre los cuernos anterior y posterior (en condiciones normales suelen ser simétricos), menisco completo en todas los cortes de anterior a posterior (normalmente sólo está presente en las secciones anterior y posterior).
- 2. Cortes sagitales: tres o más cortes consecutivos de 5 mm de espesor que demuestren la continuidad del menisco entre los cuernos anterior y posterior (normalmente sólo se ve en dos cortes adyacentes), una apariencia anormal, engrosada y plana del menisco en su zona media y el bow-tie sign.
Si bien los estudios de imagen no son mejores que la exploración clínica en el diagnóstico (sensibilidad 38.9 versus 88.9%, respectivamente), sí son de gran utilidad en la planificación preoperatoria así como en el diagnóstico diferencial.71
En algunas circunstancias puede ser necesaria una artroscopia para confirmar el diagnóstico, especialmente en un paciente sintomático con una variante inestable que tiene una apariencia normal en la resonancia magnética (Figura 5).72
TRATAMIENTO
El método de tratamiento depende de varios factores como los síntomas, la edad del paciente, el tipo de lesión meniscal y el tiempo de evolución.
TRATAMIENTO CONSERVADOR
Un menisco discoide asintomático con radiografías negativas para otro tipo de lesiones asociadas sólo requiere seguimiento.
Si el menisco discoide se detecta incidentalmente durante una artroscopia, no se necesita tratamiento.69
TRATAMIENTO QUIRúRGICO
Por lo general se recomienda si está asociado con síntomas mecánicos como dolor, bloqueo, inflamación, disminución de los rangos articulares o incapacidad para participar en deportes.
- 1. Meniscectomía completa por artrotomía (histórico).
- El tratamiento consistía en la extirpación completa del menisco discoide. Generalmente aliviaba los síntomas a corto plazo, pero los estudios de largo seguimiento demostraron cambios degenerativos en un periodo de cinco a 10 años. En la actualidad rara vez se realiza, excepto en los casos irrecuperables.73
- 2. Meniscectomía parcial por vía artroscópica.
- Se trata de remover los fragmentos sueltos, desgarrados o degenerados del menisco discoide dejando intacto un borde periférico de 8 a 10 mm de ancho; por lo general es una técnica imprecisa.73
- 3. Saucerización meniscal (meniscoplastia) por vía artroscópica.
- Se refiere a la extirpación específica de la porción central de un menisco discoide, rebajando su grosor para aproximarse a la estructura anatómica normal, dejando un borde periférico intacto de forma semilunar de 6 a 8 mm de ancho, dado que esto mantiene la función del menisco evitando el desgarro y los síntomas persistentes asociados con remanentes más grandes (Figura 6).74 Es el tratamiento de elección para meniscos discoides estables, completos o incompletos, sintomáticos. Sin embargo, no se ha comparado esta técnica por grupos de edad.
- 4. Reparación meniscal por vía artroscópica.
- La reparación se refiere a la reinserción del borde meniscal periférico (posterior, central o anterior) a la cápsula a nivel tibial cuando existe inestabilidad (Watanabe tipo III o variante de Wrisberg) o a la sutura de cualquier lesión del borde vascularizado.73
En las lesiones horizontales que se extienden hacia la periferia, es necesario resecar la porción inferior o superior del menisco, dejando el borde que mantiene la inserción periférica, es decir, la porción estable (Figura 7).75
Para otros tipos de lesiones, según el tipo y la ubicación, se pueden realizar reparaciones todo dentro, dentro-fuera o fuera-dentro para estabilizar el menisco con la cápsula.74
En pacientes con una lesión sintomática crónica es probable que haya retracción del tejido meniscal, lo que puede dificultar su reparación.69
MANEJO POSTOPERATORIO
Por lo general, posterior a la meniscoplastia no se requiere de una ortesis. Los rangos de movimiento pueden iniciarse tan pronto como se tolere el dolor y la carga de peso.
Posterior a la reparación de lesiones o a la estabilización del borde periférico, normalmente se restringe el rango de movimiento de 0o a 90o y la carga de peso es parcial durante alrededor de cuatro a seis semanas.76
COMPLICACIONES
Las complicaciones que se asocian con la artroscopia para cualquier cirugía de menisco incluyen la osteoartrosis prematura, los síntomas residuales por resección incompleta del borde inestable, la artrofibrosis, el derrame persistente, infección y rotura del instrumental quirúrgico debido al grosor del menisco discoide.77
Una complicación exclusiva es la osteocondritis disecante del cóndilo femoral lateral después de la resección total o parcial de un menisco discoide lateral.78,79
Se ha descrito en dos casos en la población pediátrica un recrecimiento meniscal posterior al tratamiento quirúrgico.80,81
RESULTADOS
No existe un consenso sobre el método de tratamiento ideal para el menisco discoide sintomático. En la actualidad los tratamientos de preservación meniscal por vía artroscópica predominan, aunque los resultados de cada técnica son discutibles.
Lee y cols. demostraron en un metaanálisis que la meniscectomía parcial, con o sin reparación, presentó mejores resultados radiográficos que la meniscectomía total, pero los resultados clínicos fueron similares.82
En un metaanálisis con resultados a largo plazo, Smuin y cols. reportaron una mejora significativa en los resultados informados por los pacientes a favor de la saucerización meniscal en comparación con la meniscectomía total. Estos autores no recomiendan la reparación de un menisco discoide lesionado, ya que la reparación meniscal no ofrece mejores resultados en comparación con la meniscectomía parcial sin reparación.83
En el seguimiento a largo plazo también se han informado cambios degenerativos en aproximadamente 20% de los pacientes tratados con saucerización, en 40% de los pacientes tratados con meniscectomía parcial y en 90% de los pacientes tratados con meniscectomía completa.84
Ng y cols, concluyen que la saucerización conduce a buenos resultados a mediano y largo plazo en niños o adolescentes y que los resultados después de la saucerización sola versus la saucerización con reparación (cuando está indicado) son comparables en términos de rango de movimiento, dolor y tasas de complicaciones (Figura 8).54
Pueden existir discrepancias en los resultados obtenidos en estos estudios debido a que la elección del método de tratamiento se vio afectada por diferentes factores como la edad, el tipo de lesión y por el tamaño de la muestra.
El trasplante de aloinjerto meniscal ha surgido como una alternativa de tratamiento en casos complejos de pacientes jóvenes activos para disminuir el dolor, mejorar la función de la rodilla y prevenir o retrasar la osteoartrosis.85,86
PRONóSTICO
Aunque los resultados clínicos postoperatorios son aceptables, los resultados aún difieren entre los estudios, posiblemente como resultado de la diversidad en las características de los pacientes.
Los factores de mal pronóstico para los resultados del tratamiento quirúrgico del menisco discoide son:
- 1. Sexo femenino. Se asocia con resultados clínicos desfavorables, ya que el volumen de cartílago articular es menor y el ángulo Q es mayor, por lo que son más susceptibles a las lesiones del cartílago y a la osteoartrosis.87
- 2. Duración de síntomas > 24 meses y edad de inicio > 14 años. Se correlaciona con peores resultados, ya que aumenta el riesgo de degeneración meniscal, produce un estrés al cartílago articular, empeora la displasia del cóndilo femoral lateral y la alineación de las extremidades pélvicas, aumentando el desarrollo de osteoartrosis.88
- 3. Índice de masa corporal (IMC) > 23 kg/m2. Estos pacientes tienen más posibilidades de sufrir lesiones del cartílago articular.87,89
- 4. Lesiones de cartílago Outerbridge > 2. Es un factor de mal pronóstico para el resultado postoperatorio a largo plazo.90
- 5. El tipo de menisco discoide y el tipo de lesión de acuerdo con la clasificación de O'Connor no tiene un efecto significativo en los resultados postoperatorios.91,92
CONCLUSIONES
El menisco discoide lateral se presenta predominantemente en la infancia, aunque puede cursar asintomático toda la vida. Se desconoce la incidencia en países de habla hispana y por lo menos en México, se cree que es más común en los estados del norte. El dato clínico más relevante es el chasquido de rodilla durante la extensión y el estudio de elección para confirmar el diagnóstico es la resonancia magnética. El uso de nuevas clasificaciones orienta de mejor forma al tratamiento, aunque éste debe ser individualizado. La saucerización es el tratamiento quirúrgico de elección en casos sintomáticos, obtiene márgenes de 6 a 8 mm de ancho idealmente. Se debe tener en cuenta que la complicación más común es la osteocondritis disecante, causada por el impacto en el cartílago inmaduro después de una meniscectomía parcial o total y el cambio de alineación a valgo, causando estrés concentrado en el cartílago.
AGRADECIMIENTOS
Al Dr. Darío E. Garín Zertuche de Hospital Angeles Tijuana, Baja California por la donación de imágenes artroscópicas.
Al Dr. Santiago Araúz de Robles de Clínica CEMTRO, Madrid por la donación de imágenes radiográficas.
REFERENCIAS (EN ESTE ARTÍCULO)
AFILIACIONES
1Fellow de Cirugía Articular en Hospital Ángeles Tijuana
2Residente de cuarto año de Ortopedia en Centro Médico ISSEMyM Toluca
3Jefe de Servicio de Ortopedia en Centro Médico ISSEMyM Toluca
4Médico adscrito de Ortopedia en Centro Médico ISSEMyM Toluca.
Conflicto de intereses: Ninguno.
CORRESPONDENCIA
José Eduardo Flores-Naranjo. E-mail: dr.eduardonaranjo@gmail.comRecibido: 09-04-2022. Aceptado: 15-08-2022.