2018, Número 1
RCAN 2018; 28 (1)
Estado de la desnutrición en un hospital docente de la ciudad de La Habana. Una actualización
Garcés García-Espinosa L, Argüelles BD, Cabrera VL, de la Cruz HD, de la Guardia LE
Idioma: Español
Referencias bibliográficas: 0
Paginas: 8-17
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RESUMEN
Justificación: El Hospital Docente “General Calixto García Íñiguez” (HDGCGI) es una institución asistencial de la ciudad de La Habana (Cuba) de subordinación provincial que cuenta con 450 camas de ingreso, y ejecuta 13,600 ingresos anuales. El HDGCGI es reconocido por la actividad quirúrgica que desarrolla y la atención que se le dispensa a los pacientes politraumatizados y críticamente enfermos. La tasa histórica de desnutrición hospitalaria es del 39.3%. Transcurridos 15 años de la primera encuesta de su tipo, se impone la actualización de este indicador. Diseño del estudio: Transversal, analítico. Material y método: En días consecutivos se estableció el estado nutricional de 100 pacientes (Hombres: 54.0%; Edades ≥ 60 años: 40.0%; Estadía ≥ 15 días: 28.0%) que se hospitalizaron entre Noviembre del 2014 y Noviembre del 2015 (ambos inclusive) en las distintas salas del HDGCGI (Cirugía General: 29.0%; Medicina Interna: 28.0%) mediante la Encuesta Subjetiva Global (ESG). La tasa actualizada de desnutrición se obtuvo de la suma de aquellos pacientes que recibieron puntajes (B + C). Resultados: La tasa actualizada de desnutrición hospitalaria fue del 32.0% (Δ = -7.3%). La desnutrición se concentró entre los pacientes con estadías prolongadas: Estadías 15 días: 26.4% vs. Estadías > 15 días: 45.4% (Δ = -19.0%; p > 0.05). Conclusiones: La reducción observada en la tasa de desnutrición hospitalaria, aunque modesta, no debe soslayar el hecho de que la tercera parte de la población hospitalizada puede mostrar signos evidentes de desnutrición, independientemente de las características demográficas, clínicas y sanitarias que concurran. Recomendaciones: Se debe implementar y conducir una política nutricional de alcance institucional en concordancia con las “Buenas Prácticas” que asegure el diagnóstico temprano, el tratamiento oportuno, y la prevención en última instancia de la desnutrición asociada/precipitada por la enfermedad.