2017, Número S1
Rev Mex Anest 2017; 40 (S1)
De la anestesia convencional a la anestesia libre de opioides
Fabela-Barragán JA, Mille-Loera JE, Alvarado-Pérez J, García-Velasco O, Cuellar-Guzmán LF
Idioma: Español
Referencias bibliográficas: 10
Paginas: 126-128
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FRAGMENTO
En 1960 se popularizó el uso de los opioides en la anestesia, inicialmente usando grandes dosis de morfina y, posteriormente fentanilo y otros sintéticos. Los opioides prestan soporte a la estabilidad hemodinámica al suprimir el sistema simpático. Además, dichos agentes constituyen los analgésicos más potentes, convirtiéndose entonces la analgesia en una parte esencial de la anestesia balanceada, junto con la hipnosis y la inmovilidad.Las reacciones adversas más comunes de los opioides son bien conocidas: depresión respiratoria, prurito, náuseas y vómitos, obstrucción intestinal, estreñimiento, retención urinaria, tolerancia por insensibilización e hiperalgesia inmediata, que pueden evolucionar a síndrome de dolor crónico, reducción del gasto cardíaco, mareos, somnolencia y rigidez muscular de corta duración. La depresión ventilatoria inducida por opioides es bien conocida por los anestesiólogos, tratándose con facilidad en la Unidad de Cuidados Postanestésicos, aunque esta complicación sigue siendo problemática a nivel postoperatorio en planta. Un efecto secundario menos conocido es la debilidad del músculo faríngeo, que contribuye a unos patrones respiratorios obstructivos en cada paciente. Esta reacción adversa deberá evitarse ciertamente en pacientes obesos y en aquéllos con apnea obstructiva del sueño, dado el potencial de agravamiento y obstrucción respiratoria subsiguiente. Por tanto, se recomienda a los anestesiólogos que eviten o minimicen el uso perioperatorio de opioides en estos pacientes.
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