2013, Número 2
Rev Elec Psic Izt 2013; 16 (2)
La construcción del cuerpo, su imagen y las alteraciones en la anorexia
Hernández VL
Idioma: Español
Referencias bibliográficas: 11
Paginas: 438-457
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RESUMEN
En el presente trabajo se muestra la importancia que tiene para el psicoanálisis investigar sobre el cuerpo y su construcción de acuerdo a las distintas estructuras clínicas. El cuerpo es una creación lingüística, son el Otro y los otros los que participan en su construcción y humanización. Es a través del lenguaje del Otro y los otros como obtenemos nuestra representación de la imagen del cuerpo, es la sustancia misma de nuestro ”yo”, ya que no somos nuestro cuerpo de carne y hueso, somos lo que sentimos y vemos de nuestro cuerpo. Nuestro “yo” es la idea íntima que nos forjamos de nuestro cuerpo, es decir, la representación mental de nuestras experiencias corporales. Tenemos el sentimiento de ser “yo” mismo cuando sentimos y vemos nuestro cuerpo vivo. Es decir, el “yo” está, compuesto por dos imágenes corporales diferentes pero indisociables: imagen mental de nuestras experiencias corporales y la imagen especular de nuestro cuerpo. Sentir que nuestro cuerpo vive y verlo moverse en el espejo nos produce el sentimiento incomparable de ser “yo”. Es su imagen la que uno ama o rechaza, agrede, humilla. Es el cuerpo que uno agrede con enfermedades o síntomas histéricos y hasta delirantes. Esta relación entre yo-cuerpo-imagen se forma a lo largo de toda la vida y sin que lo advirtamos. En casos particulares como en la psicosis, el cuerpo de la anoréxica sufre alteraciones, la anoréxica es presa de la convicción delirante de sentirse y verse obesa. Tiene la certeza absoluta de ser gorda y corpulenta, particularmente en la zona de los muslos y la cadera. Muchas anoréxicas se obstinan en borrar la menor curva femenina y en afinar su cuerpo hasta hacerlo inmaterial, etéreo, dejarlo vaciado de su sustancia. Caminan hacia la silueta de un cadáver, que no pueda suscitar jamás el deseo en otro, más que el horror de estar frente a esa figura siniestra de la muerte. Esa delgadez que deja ver los huesos, “la calavera”, el esqueleto, es como la imagen misma de la muerte. Pero también es el único modo que tiene para llegar a nacer como sujeto deseante fuera del deseo de la madre.REFERENCIAS (EN ESTE ARTÍCULO)