2012, Número S1
Eutanasia y suicidio
Idioma: Español
Referencias bibliográficas: 9
Paginas: 37-39
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FRAGMENTO
Desde siempre, los seres humanos han deseado una buena muerte. Una muerte consecuente con la manera de vivir, como lo proponen Sócrates y Epicuro, si es posible sin dolor de ningún tipo, «ni del alma, ni del cuerpo», como diría Aristóteles. Movidos por un sentimiento compasivo a la solicitud de los moribundos, y ante la incapacidad de contener el dolor y el sufrimiento de aquellos que iban a morir, los cuidadores trataban de acortar el tiempo de la agonía, en el entendido de que la muerte sería la única manera de lograrlo. De donde se les prodigaba «una muerte rápida». Dirían los griegos, una buena muerte, una Eutanasia. Sin embargo, en la historia más reciente el término eutanasia ha sido tergiversado y su sentido compasivo fue malinterpretado por Hitler y sus asesores, pues consideraron conveniente «ayudarles» a morir a los niños con malformaciones congénitas, a los ancianos y a los enfermos mentales, a los que les aplicaron un mecanismo de exterminio al que llamaron «eutanasia», lo cual se manifestó el Vaticano.REFERENCIAS (EN ESTE ARTÍCULO)
Parte de las conclusiones de escritorio, los señala son los nuevos modos y tipos de eutanasia que complican aún más el entender a los moribundos. Como lo señala Pérez Valera. «Eutanasia ¿piedad o delito?» Ed. JUS Mex.1989. También se propone la llamada: Autotanasia: (Auto = por sí mismo). Mauro Rodríguez: «Eutanasia Autanasia». Manual Moderno.
Es considerable el número de médicos que declaran que no tendrían inconveniente en poner término a la vida de sus pacientes si éstos lo solicitaran y la ley lo autorizara, tal como lo revelan las encuestas de opinión. Los resultados, por un lado, muestran que en el plano teórico no pocos médicos están a favor de la legalización de la eutanasia, pero revelan también que son muchos menos los que están dispuestos a realizarlo.