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Salud Mental 2011; 34 (4)
Idioma: Español
Referencias bibliográficas: 44
Paginas: 323-331
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RESUMEN
De acuerdo con estudios realizados en diferentes países se estima que aproximadamente hay entre 30% a 50% de personas que presentan algún problema de salud mental que no es reconocido por el médico general. En virtud de esta situación se ha propuesto como estrategia a la atención primaria como base del sistema de salud, lo que permitiría la detección temprana de pacientes con algún trastorno psiquiátrico. Diferentes organismos señalan que una de las primeras acciones para cumplir con los objetivos en la atención de personas con algún trastorno mental, consiste en contar con una escala breve, autoaplicable, válida y confiable y de bajo costo. En este trabajo se presentan las características psicométricas de la escala Kessler (K-10) para detectar trastornos depresivos y ansiosos.
La K-10 es un instrumento de tamizaje breve y de fácil aplicación por el personal del primer nivel de atención y ha sido utilizada en diferentes estudios a nivel poblacional. En Australia, en 1997, se aplicó la K-10 en una encuesta de salud, por medio del Consejo Nacional de Encuestas de Salud Mental.
Material y métodos: Se trata de un estudio de proceso metodológico, cuyo objetivo fue la validación de la escala de malestar psicológico K-10 de Kessler. El estudio se llevó a cabo en dos Centros de Salud del primer nivel de atención en la Ciudad de México. Los participantes fueron 280 personas que acudieron a la consulta externa de dichos centros. Se utilizaron los criterios del DSM-IV para la confirmación del diagnóstico de depresión y de ansiedad, por medio de la
Mini International Neuropsychiatric Interview (MINI), en su versión computarizada, adaptada al español latinoamericano en el Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz. La validez diagnóstica se procesó utilizando los diagnósticos de la MINI para depresión y ansiedad como regla de oro y las puntuaciones obtenidas en la escala K-10 como predictor. Se calculó la sensibilidad y especificidad para todos los posibles puntos de corte con el fin de establecer el óptimo. Se calculó adicionalmente la eficiencia y las razones de máxima verosimilitud, así como el área bajo la curva ROC y los cocientes de probabilidad, positivo y negativo (LR+ y LR-).
Resultados: Del total de personas a quiénes se les aplicó la escala, el 78.9% (221) fueron mujeres y 21.1% (59) hombres. Estos valores representan la proporción en que los pacientes acuden a los servicios de primer nivel (IC 95%=±5.4%).
El 70.6% de las mujeres presentaron mayor malestar psicológico en comparación con los hombres que representaron el 52.5% [χ
2(1)=6.05,p=0.014]. En ninguna otra variable socio-demográfica se presentaron diferencias significativas.
El instrumento tiene una alta precisión, ya que puede detectar hasta el 87% de los casos de depresión y un 82.4% de los casos de ansiedad. La escala se comparó con el MINI en español y presentó una prevalencia de 26.8% y 26.4%, respectivamente.
Conclusiones: El instrumento cumple con los criterios de validez y confiabilidad, por lo que se recomienda su uso por los médicos generales en el primer nivel de atención.
Dado que esta recomendación sólo es una de las actividades que se requieren en la atención primaria para un buen manejo de los casos que se detecten, es necesario señalar que se requiere de un modelo de atención integral que incorpore tanto la detección como el tratamiento farmacológico y psicosocial.
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