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Salud Mental 2010; 33 (3)
Idioma: Español
Referencias bibliográficas: 29
Paginas: 243-248
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RESUMEN
Existe controversia en cuanto al uso de servicios por parte de las mujeres víctimas de violencia. Algunos estudios estiman que, debido al gran número de padecimientos que se asocian con la violencia de pareja, el uso de servicios de atención a la salud es más frecuente entre las mujeres que sufren maltrato. En contraste, otras investigaciones señalan que las mujeres sometidas a abusos enfrentan más dificultades para recibir atención a la salud. Este último dato coincide con la idea de que los problemas de salud mental que padecen las mujeres maltratadas les impiden reconocer la gravedad de su situación y, en consecuencia, tienen mayores dificultades para protegerse, buscar ayuda e identificar las instituciones a las que pueden recurrir. La mayoría de los reportes sobre la utilización de servicios por mujeres víctimas de violencia se centra en la atención de lesiones físicas en salas de urgencias, mientras que es más escasa la información sobre la atención de problemas de salud mental asociados a la violencia y los costos que ésta genera.
El objetivo del presente trabajo es analizar la prevalencia de trastornos mentales, las características del uso de servicios de salud mental y las razones para buscar ayuda en un grupo de mujeres víctimas de violencia.
Los datos forman parte de una encuesta de hogares realizada en cuatro comunidades de bajos ingresos del sur de la Ciudad de México. Se realizó un muestreo multietápico: en la primera etapa se eligieron las manzanas, en la segunda se escogieron segmentos de viviendas y en la etapa final se seleccionó de manera aleatoria a una persona mayor de 15 años que viviera de manera habitual en el hogar seleccionado, que hablara español y cuyas facultades mentales no presentaran problemas serios que impidieran realizar la entrevista. Se obtuvo una muestra de 1156 individuos; este trabajo considera únicamente una submuestra de mujeres que tenían pareja del sexo opuesto al momento de realizar la entrevista y que reportaron haber sufrido por lo menos alguna forma de violencia (n=135).
El cuestionario comprende las siguientes secciones: 1. datos sociodemográficos; 2. utilización de servicios de atención a la salud mental, donde las modalidades consideradas son:
servicio médico, especialista en salud mental, servicios alternativos, ministro religioso; 3. algunos módulos del CIDI versión 1.1; 4. una versión en español de la Escala de Evaluación del Peligro adaptada a la población mexicana.
Del total de la muestra, 8.9% cubrieron los criterios de trastorno depresivo y 21.7% los criterios de trastorno de ansiedad. Las mujeres diagnosticadas con trastorno depresivo reportaron con mayor frecuencia violencia física (66.7%), relaciones sexuales forzadas (50%) y amenazas de muerte (33.3%). Por otra parte, el control de las actividades diarias fue la forma de violencia más reportada por las entrevistadas con trastorno de ansiedad (55.2%).
Del total de mujeres que reportaron maltrato, 16.2% buscaron ayuda para atender sus problemas de salud mental. El 41.7% de las que cubrieron los criterios de trastorno depresivo recurrieron a especialistas en salud mental y 25% a médicos generales. En cuanto a los trastornos de ansiedad, no se observaron diferencias significativas respecto al uso de servicios.
En general, los resultados son congruentes con estudios previos en que se reporta una escasa utilización de servicios de atención por mujeres que sufren violencia. Si bien es cierto que esta proporción aumenta ante la presencia de trastornos depresivos o de ansiedad, el número de mujeres que solicitan ayuda profesional es bajo.
Estos hallazgos son relevantes en tanto que la investigación sobre el uso de servicios por parte de mujeres maltratadas se ha concentrado en la asistencia a salas de urgencia, dejando de lado las necesidades de atención especializada en salud mental.
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