2003, Número 2
Salud Mental 2003; 26 (2)
Historia natural del consumo de la cocaína: el caso de ciudad Juárez, Chihuahua
Tapia-Conyer R, Cravioto P, Rosa B, Galván F, Medina-Mora ME
Idioma: Español
Referencias bibliográficas: 20
Paginas: 12-21
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RESUMEN
A partir de la década de 1980, el consumo de cocaína en México se considera un problema de salud pública debido a su incremento en áreas geográficas tradicionalmente problemáticas como la frontera norte y zonas turísticas del país, así como por la aparición de nuevas formas de uso (crack), y diferentes vías de administración (inhalada, fumada o inyectada), sobre todo entre los jóvenes. Lo anterior ha ocasionado una evolución más rápida del uso al abuso, e incluso a la dependencia de esta sustancia. Esto se refleja en el incremento de la demanda de tratamiento por las complicaciones que conlleva su uso, lo que a su vez representa un nuevo reto para los servicios de salud. Por todo ello se requieren opciones de tratamiento novedosas que, sustentadas en conocimientos empíricos y teóricos, brinden una respuesta adecuada a todas las nuevas aristas de esta problemática.La información necesaria para la toma de decisiones, que conduzcan a mejores intervenciones preventivas en el manejo del uso, el abuso y la dependencia de esta sustancia, requiere un mejor conocimiento de la historia natural de su consumo, así como de la magnitud y tendencias de su utilización. El objetivo de este trabajo es describir la historia natural de la adicción a la cocaína según las características del inicio y los patrones de uso de acuerdo con la frecuencia del consumo y el contexto social.
Material y método: Se entrevistó a 225 usuarios de cocaína mayores de 14 años, residentes de Ciudad Juárez en los últimos seis meses. De ellos, 150 se seleccionaron por medio de un muestreo no probabilístico por cuotas en centros de rehabilitación; los 75 restantes se incorporaron por medio del método de bola de nieve en zonas de alto riesgo. Se recolectó información sociodemográfica, uso de cualquier droga previa a la cocaína y características de la evolución del consumo.
Resultados: Sólo 19.2% de la muestra estaba constituida por mujeres, con claro predominio de los varones; la edad promedio era de 28.9 años (DS +8.6). La escolaridad máxima de 50% de la muestra era la primaria y 47.6% estaba desempleado. La mitad eran solteros y profesaban alguna forma de cristianismo (45.3%). El 99% tenía una historia previa de consumo de drogas, principalmente tabaco, alcohol y mariguana. La edad promedio de inicio del consumo de drogas fue a los 12.5 años (DS ±3.3). El 61% incorporó la cocaína como su quinta droga, y el inicio del consumo de ésta fue en promedio a los 21 años (DS ±7.4), asociado al círculo de amigos y fiestas, y al ocio. La principal vía de administración fue inhalada y más de 80% desarrolló dependencia. Se encontraron tres patrones de consumo según la frecuencia del inicio del consumo de cocaína: leve, moderado e intenso, sin diferencias significativas entre sus características sociodemográficas.
Conclusiones: Aunque la cocaína no es una droga que se empiece a consumir en primera instancia y la incorporan más rápido los que se inician con alcohol y tabaco que quienes lo hacen con mariguana, 88% terminan siguiendo un patrón de consumo intenso. El inicio en el consumo de drogas en general y de la cocaína en particular se presenta a edades tempranas, en las que se producen los cambios biológicos, fisiológicos y psicológicos propios de la pubertad, la adolescencia y la juventud. Este inicio temprano tiene claras implicaciones en la salud (edades reproductivas) y en el desempeño laboral (edades productivas) de los usuarios. Como lo muestran los resultados, éstos pertenecen principalmente a sectores tradicionalmente marginados. De este modo, llegar a un patrón de uso intenso confirma la exclusión social de estos consumidores. Las estrategias de prevención deben considerar que la presión de pares y amigos en ambientes de fiesta y ocio cumplen un papel importante en el primer contacto con la cocaína. El conocimiento de la historia natural del consumo de la cocaína permitirá contar con indicadores de la complejidad del proceso adictivo, que servirán para apoyar los programas de atención a estos usuarios.
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