Morales GJ

Idioma: Español
Referencias bibliográficas: 0
Paginas: 85-86
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FRAGMENTO

Hay una bestia, una horrible y despiadada bestia negra que vive oculta en mí; ella, como los ángeles del placer llega y se expresa en mi cuerpo. La diferencia entre el dolor y el placer es que éste es siempre fugaz, mientras que el dolor puede llegar a ser intenso, perverso, cruel y duradero; tanto que se convierte en insoportable pesadilla.
En una de estas tantas noches de dolor, he despertado en medio de la soledad abrigadora de mi cuarto, en la penumbra y con el dolor de compañía. Como casi todas las noches, he tenido que levantarme de la cama varias veces para darme alivio con recursos químicos o físicos, y ante su cruel persistencia he decidido hacer un homenaje en letras a ese ser indomable que ha resultado ser mi dolor, a esta bestia indomable que despierta mi admiración por su constancia. Me pregunto si las deudas con la vida se pagan con dolor, y si las tengo ¿he de pagar por eso?, pero ¿qué estoy pagando? Al estar ahora así un escalofrío recorre mi cuerpo, pues me veo tumbado, inmóvil en la oscura soledad, sintiendo oleadas de conciencia depurada, como en mis sueños en los que me encuentro en diferentes lugares y en diferentes tiempos, con personajes reales o no, con temor de moverme para no despertar su furia; siento de pronto como si comprendiera todo lo que en mi vida, como consecuencia, me ha traído hasta aquí, hasta este lugar y en este momento. Me estremezco pensando en ello, tanto como el dolor me estremece a mí. El mundo ignorará lo que me ha costado servirlo y tendrá razón, no seré yo quien se los diga.