2024, Número 4
Dr. Ismael Cosío Villegas: una mirada a su firmamento blanco
Idioma: Español
Referencias bibliográficas: 43
Paginas: 248-255
Archivo PDF: 470.19 Kb.
Es el inicio del Siglo XX, en la Ciudad de México. El 30 de septiembre de 1902, doña Leonor Villegas de Cosío, esposa de Miguel Arcángel Cosío, dio a luz a un varón, que lleva por nombre Ismael Cosío Villegas (Figura 1). Es el cuarto de cinco hermanos: Manuel, Daniel, Samuel y Leonor.1 Ha nacido un niño, que se convertirá en un hombre en toda la extensión de la palabra. Un médico que caminará, a prisa, por los pasillos del mejor proyecto hospitalario del porfiriato. La tuberculosis se hace presente cada vez más en el país. Los descubrimientos de los rayos X para los diagnósticos de enfermedades de tórax y la identificación del bacilo Koch son el soporte para identificar la variedad de las lesiones tuberculosas.2 En México, las autoridades sanitarias dieron a conocer al público el peligro del contagio y los medios más adecuados para defenderse del mal. En el impulso de Porfirio Díaz por conseguir estabilidad en el país, la población aumentó y, con ella, la Mycobacterium tuberculosis. Al conocer el agente causal de la tuberculosis fue posible determinar su mecanismo de transmisión y cuáles eran las condiciones favorables para su proliferación.2 Porfirio Díaz establece nuevas reformas a los artículos del Código Sanitario, para mejorar el aseo de la capital del país. Elabora el reglamento de higiene en los alimentos que se venden en la calle. Reparan las condiciones de albañales y desagües, de casas y negocios. Todas las normas de salud están destinadas a bajar la tasa de mortandad. Es el año en el que la campaña de vacunación contra la viruela muestra la más alta eficacia en la Ciudad de México.3 Pero, la tuberculosis danza en el aire y Porfirio Díaz ordena que se construya una estación sanitaria en el puerto de Tampico. Nombra delegados que representan a México en el Congreso Sanitario Internacional, que se realiza en la Habana, Cuba, donde logran conclusiones favorables para todos los países americanos en lo relativo a la policía sanitaria internacional.3
Además de las obras de drenaje en la capital del país, construidas gracias a los avances de la ingeniería, la higiene y la ciencia médica, el proyecto hospitalario más importante durante el porfiriato, a cargo del Dr. Eduardo Liceaga y del ingeniero civil Roberto Gayol y Soto, es el Hospital General de México, inaugurado el 5 de febrero de 1905.4 Robert Heinrich Hermann Koch recibe el premio Nobel de Fisiología y Medicina.5 El señor Miguel Arcángel Cosío, padre de Ismael, es un liberal que se desempeña, durante varios años, como director de Rentas de la Secretaría de Hacienda. Los estallidos de la guerra obligan a la familia a mudarse de un lugar a otro. Viven en Colima de 1907 a 1910 y después en Toluca. En el estallido de la Revolución mexicana, Ismael Cosío Villegas cursa sus primeros años de educación básica en el Colegio Rébsamen y en la escuela pública El Nigromante.6 En el gobierno de Francisco I. Madero, don Miguel Arcángel Cosío ocupa la dirección de Telégrafos y correos. Tras el golpe de Estado de Victoriano Huerta y los asesinatos de Madero y de José María Pino Suárez, Gustavo Baz Prada, estudiante de Medicina, se moviliza para asistir a los heridos y se une a las filas zapatistas.7 En 1914 es nombrado gobernador del Estado de México.8 Será un gran amigo de la familia Cosío. Ese mismo año se instalan en la capital del país. Ismael termina sus estudios primarios en la escuela Pedro de Gante, en pleno movimiento revolucionario. El 21 abril de 1914, los buques Florida, Utah y el cañonero Prairie, con el bombardeo al puerto de Veracruz, confirman la Segunda intervención norteamericana.9 El conflicto armado en Europa se transforma en la Primera Guerra mundial. La tuberculosis danza entre las balas y la brisa marina.
Es 1915, el 2 de julio, Porfirio Díaz muere en París, mientras Ismael Cosío Villegas se inscribe en la Escuela Preparatoria Nacional. Pero, frente a la guerra, los estatutos educativos del gobierno cambian, no son favorecedores. Ismael, antes de terminar el primer año, solicita su baja y se inscribe en la Preparatoria Libre, fundada por Antonio Caso, como parte de las obras de los "Siete Sabios de México": Vicente Lombardo Toledano, Manuel Gómez Morín, Alberto Vázquez del Mercado, Alfonso Caso, Antonio Castro Leal, Teófilo Olea y Leyva y Jesús Moreno Baca.10 Este grupo de jóvenes, universitarios, ha vivido lo años más álgidos de la Revolución. Sus aportaciones se traducen en el movimiento intelectual, en medio del caos, más valioso del siglo XX.11 A la Sociedad de Conferencias y Conciertos, que ellos organizan, se suman, entre otros, Manuel Toussaint, Narciso Bassols, Luis Enrique Erro y Daniel Cosío Villegas, el hermano más cercano de Ismael.1
Con la Constitución renovada, el 5 de febrero de 1917, el poder militar de los carrancistas es predominante y el 1 de mayo inicia el gobierno constitucionalista de Venustiano Carranza. La pandemia de gripe de 1918-1919 sorprende a los médicos, devasta familias. No saben dónde ocurrió el primer brote. Comienza con lo que parece ser un ataque ordinario de la Gripe o Influenza y cuando llegan al hospital desarrollan rápidamente el tipo más vicioso de neumonía que se haya visto. […] Escribe el médico militar Roy Grist.12 A finales de la Primera Guerra Mundial, el virus de la gripe tipo A, subtipo H1N1 se propaga de forma vertiginosa en todo el mundo. En el verano de 1920, la pandemia terminó, el brote de Influenza deja de ser mortal. La población había desarrollado inmunidad.12 Un año después, abatido, por la madre de todas las pandemias, Ismael Cosío Villegas ingresa a la Escuela de Medicina, en la Universidad Nacional Autónoma de México. El joven de bata blanca va de luto. Su padre ha muerto. Era el hombre al que más admiraba en su vida.13
Ismael ha dado muestras de su don de liderazgo y disciplina (Figura 2). Posee un fuerte temperamento, como su padre y Daniel.1 En 1923, a los 21 años, se incorpora laboralmente al Hospital General de México. Es jefe de practicantes y ayudante de radiología.6 La universidad se recupera de los embates de la guerra. Las consecuencias en el país son el abandono y la pobreza. No hay continuidad en los programas académicos ni en las autoridades, no hay recursos económicos, no todos los días de la semana hay presencia de profesores y alumnado.14 Es momento de construir las bases de la nación. Álvaro Obregón es el presidente de México. Los sonorenses han llegado al poder. El país se encuentra hecho pedazos. Ismael ocupa el cargo de secretario y, más tarde, presidente de la Sociedad de alumnos de la Universidad, de 1924 a 1926, año en el que termina la carrera de medicina (Figura 3).1
Es un joven elegante y bien educado (Figura 4). El 28 de diciembre de 1926 se gradúa. Su tesis se titula Patogenia de la angina de pecho y la presentó ante el jurado, compuesto por los médicos: Manuel Gea González, Abel Ortega, Demetrio López, Gastón Melo y Rafael Rojas.6 La tesis es una clara señal de su vocación médica en el ámbito de las enfermedades respiratorias. El Dr. Ismael continua con su trabajo en el Hospital General de México. Es asistente encargado del pabellón 21 de cardiología, bajo la tutela del Dr. Ignacio Chávez. Un año después de haberse graduado comenzó su vida como catedrático de la Universidad Nacional Autónoma de México. La bata blanca, limpia, es un requisito para sus estudiantes y colaboradores, por salud, "porque un médico no debe ser un foco de infección".1 La cátedra, la conferencia, el discurso, la Palabra, es parte sustancial de su firmamento médico, en el que prioriza la necesidad de ejercer la medicina en diversas especialidades.
[…] Cosío fue, ante todo, un Maestro, enseñó con verbo brillante y gran sentido clínico. Su personalidad académica lo llevó a ser presidente de la Academia Nacional de Medicina en 1961 […]15
Se ha convertido en un hombre íntegro, con grandes inquietudes para la investigación de la tuberculosis. También muestra cualidades para la política. El Dr. Genaro Escalona, jefe del Hospital General de México, en 1928, autoriza que el Dr. Ismael Cosío Villegas se haga cargo de los pabellones para tuberculosos, 26 H, 26 M y una parte del 27, que es para enfermos de lepra (Figura 5).16 Lo que encuentra es un desafío. Las condiciones del área son el reflejo de la desinformación acerca de la enfermedad, así que configura y dirige la primera campaña permanente antituberculosa. A su lado se encuentran, entre otros, los doctores Donato G. Alarcón, Alejandro Celis y Miguel Jiménez Sánchez.17 Aquilino Villanueva, jefe del Departamento de Salubridad Pública, establecido como una dependencia administrativa del Poder Ejecutivo federal, en abril de 1929 anuncia el inicio de la primera campaña permanente contra la tuberculosis, bajo la Constitución de 1917.18 Los alcances son invaluables. Este es el momento en el que México reconoce formalmente que dicha enfermedad es un problema público. Entre 1925 y 1929 el conteo reporta a millón y medio de personas infectadas en el país. Ciento diez mil han muerto tan sólo en la capital.18 La creación de dispensarios y centros hospitalarios, con personal médico preparado para atender a estos enfermos es urgente, así como el centro de acogida para niños de padres tuberculosos (Figura 6). En la Escuela de Salubridad, los doctores Manuel Gea González e Ismael Cosío Villegas capacitan al personal médico. Es el momento de incluir el proyecto de construcción del Sanatorio para Enfermos Tuberculosos, como sustento de la campaña y por los beneficios que proporcionará para enfrentar la enfermedad.19 Las obras comienzan de inmediato, pero el Departamento de Salubridad las suspende al año siguiente.20 El Dr. Ismael Cosío Villegas y el arquitecto José Villagrán García presentan en el IX Congreso Médico Nacional, celebrado en Guadalajara, en 1930,21 el programa arquitectónico y médico, del Sanatorio de Huipulco y elevan su protesta, frente una realidad imperiosa. La construcción se retomará en 1935 y comenzará la historia viva del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias Ismael Cosío Villegas. El doctor tiene 28 años. Lo rodean amigos y detractores. Dirige en tres ocasiones las campañas contra la "peste blanca". El presidente Abelardo L. Rodríguez, el 24 de febrero de 1934, decreta, en el Diario Oficial, que la campaña contra la tuberculosis se establece de modo permanente y se determina que el Sanatorio de Huipulco es una prioridad.18 En 1936, el Dr. Ismael Cosío Villegas concluye su labor en el Hospital General de México, como jefe del Servicio de Tuberculosis. El edificio de Huipulco nace de las necesidades de los enfermos tuberculosos. Hay un propósito en la obra tanto del arquitecto José Villagrán como en la profilaxis del Dr. Ismael Cosío Villegas. Fue la conjunción lógica entre la teoría médica antituberculosa y la propuesta arquitectónica de Villagrán. Los terrenos de Huipulco, cierta lejanía de la capital, donde corre el aire fresco, forman parte del tratamiento, así lo describió el Dr. Cosío:
Con 2,321 m de altitud sobre el nivel del mar, presión media de 15 a 65 oC, 101 heladas por cada 10 meses, tres nevadas y 769.4 mm de lluvia promedio en el mismo lapso. Dominan en el sitio los vientos del noreste, o del sureste, con velocidad promedio de 16 m × seg. La humedad media registra 56%. Posee dos ojos de agua proveniente de Xochimilco y agua de riego de la cabecera de Tlalpan. La tierra en calidad mediana, con poco espesor de la capa vegetal, resulta fértil para el cultivo. Es de fácil acceso.22
Las innovaciones tecnológicas que llegan a México, a partir de los años 30 hacen posible la cirugía torácica, pero no se cuenta con las medidas sanitarias para la rehabilitación del paciente. La humedad de los vientos, el aire contaminado, la densidad atmosférica, dificultan la convalecencia de los tuberculosos que se sometían a la cirugía. Los enfermos más graves se mantienen bajo una fuerte medicación, con efectos secundarios de daño hepático y obstaculización de diafragma por hematomas, entre otros. El Dr. Ismael Cosío Villegas sabe que, después del diagnóstico clínico, la vía real de sanación es la búsqueda de la salud por medio del control y la disciplina, en el que al circular el aire frio de poca presión atmosférica, libre de humo, permea en el tejido pulmonar del tuberculoso y rehabilita las zonas de mayor inflación, obstruidas por los quistes y fibrosidad de la bacteria tísica. Los paseos al aire libre con baños de sol reponen la pérdida de fósforo, lo que provoca la distensión de los vasos sanguíneos. También mejora la presión arterial, que se descontrola en los enfermos avanzados.2 En noviembre de 1960, el Dr. Ismael Cosío Villegas resumirá en dos categorías los medicamentos necesarios que se utilizarán en el tratamiento contra la tuberculosis. Al primer grupo lo llamará Los principales, indicado para pacientes que no han tomado ningún otro medicamento e inician su enfermedad, vírgenes o insuficientemente tratados. El segundo grupo será El secundario, para enfermos que harán resistencia a los medicamentos del primer grupo (Figura 7).
Al frente del sanatorio más novedoso de México contra la tuberculosis se encuentra el Dr. Donato G. Alarcón.20 La tisiología que nació en los pabellones del Hospital General de México, a cargo del Dr. Ismael Cosío Villegas, es uno de los cimientos del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias. El General Lázaro Cárdenas del Río asumió la presidencia de México del 1 de diciembre de 1934 al 30 de noviembre de 1940, fue el primer gobierno sexenal del siglo XX. A finales de 1935 es inaugurado, sin terminar, el Sanatorio para Tuberculosos de Huipulco.23 La fecha oficial de su origen es el día primero de marzo de 1936. Luciano González, agricultor, de 36 años, ingresa al hospital, el día 16 del mismo mes. Es el primer paciente.19 Hay 120 camas para hombres y 60 para mujeres. El sanatorio de pabellones amplios es parte del tratamiento contra la tuberculosis, cuenta con salas para la investigación médica, áreas donde se realizan estudios clínicos, fluoroscopias, rayos X, largos pasillos, baños completos, habitaciones para enfermeras y médicos, zonas de aislamiento, salones con ventanas de vidrio para los enfermos, cocina y un estricto servicio de lavandería. La primera cuadrilla de médicos está compuesta por Ricardo Tapia Acuña, Aniceto del Río Peralta, Sergio Varela A. del Castillo, Mario Vergara Soto, Alfredo Iglesias Ávila, Miguel Jiménez Sánchez, Javier Hernández Salamanca, Alejandro Celis Salazar, Ismael Cosío Villegas y Donato G. Alarcón.19 Será el director del Sanatorio de Huipulco, hoy Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias Ismael Cosío Villegas, de 1956 a septiembre de 1965. El hospital es su firmamento blanco.
A su inagotable lucha contra la tuberculosis suma el estudio de las enfermedades del aparato respiratorio. Inagotable, el primer tisiólogo de México también es especialista en cardiología y neumología. Es una autoridad médica. La participación del sector privado, a través de donativos, es un grito de auxilio, en el Sanatorio de Huipulco. El intercambio de investigaciones científicas al combate de la tuberculosis y el apoyo a los enfermos que podían permanecer hasta seis meses en el hospital requiere que Los amigos del bacilo de Koch, como se autodenominan, hagan frente a estas necesidades. Los doctores Donato G. Alarcón, Alejandro Celis Salazar, Manuel Jiménez Sánchez, Aniceto del Río, Fernando Rébora Gutiérrez e Ismael Cosío Villegas fundan, tan sólo un año después de la apertura del Sanatorio de Huipulco, la Sociedad Mexicana de Estudios sobre la Tuberculosis y Enfermedades del Aparato Respiratorio, que dará origen a la Sociedad Mexicana de Neumología y Cirugía de Tórax.24
A pesar de la estreches económica que vive el país durante el cardenismo, México es una nueva nación. La apertura al exilio español nos hace más fuertes en la ciencia, en la cultura, en la política, en todos los ámbitos de nuestra historia. El Dr. Cosío Villegas es jefe del Servicio de Tuberculosis del sanatorio de Huipulco y ocupará la dirección de 1956 a 1965. Es autor de los libros "Los abscesos del pulmón" y "Patología del aparato respiratorio", este libro, con 17 ediciones, tiene las aportaciones clínicas de los doctores Alejandro Celis, Miguel Cosío Pascal y Alfredo Urbina Alvarenga. Donato G Alarcón, presidente de la Sociedad Mexicana de Estudios sobre la Tuberculosis y Enfermedades del Aparato Respiratorio, así como la mesa directiva, órgano oficial de la Sociedad, preparan la publicación del primer número de una revista. El Dr. Célis propone que antes de que los artículos sean publicados, tienen que ser leídos en las sesiones reglamentarias. Pero cuesta 500.00 pesos la impresión de mil ejemplares. La Universidad Nacional Autónoma de México les presta su imprenta. El primer número de la Revista Mexicana de Tuberculosis y Enfermedades del aparato respiratorio, de julio a agosto de 1939, en la que, entre otros, el Dr. Ismael presenta el artículo, "Los factores de la circulación en la tuberculosis pulmonar".24
En el segundo número de la revista (septiembre-octubre, 1939), publica "Algunos aspectos clínicos de los síndromes de supuración pulmonar".25 El Dr. Ismael Cosío Villegas expone en su artículo que hay demasiados casos con síndrome de absceso pulmonar o supuración pulmonar y describe a detalle varios casos clínicos, a través de los hallazgos radiológicos, el diagnóstico sindromático, el diagnóstico causal y su orientación terapéutica (Figura 8). En 1944, el Dr. Ismael Cosío Villegas comienza a tratar la enfermedad con estreptomicina, en pequeñas dosis.26 Su investigación es uno de los cimientos de la cirugía de tórax. Será hasta 1962 cuando se retoma el tema: "Tratamiento del absceso pulmonar. Experiencia de 20 años", escrito por los doctores Alejandro Celis, José Chávez y Yolanda Portes. El Dr. Ismael Cosío Villegas es nombrado presidente de la Academia Nacional de Medicina.19 Es un médico honorable, respetado por sus colegas, maestros y alumnos. Mientras el presidente Adolfo López Mateos se prepara para culminar su mandato presidencial, médicos internos y residentes del hospital 20 de Noviembre del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) se inconforman, porque les han suspendido el pago de aguinaldo. Al exponer su denuncia ante las autoridades hospitalarias, los jóvenes residentes e internos fueron cesados.27
Los bajos sueldos que, en realidad eran becas, el exceso de horas de trabajo de los residentes, la estructura académica de funciones y, a la vez, de enseñanza en los hospitales, entre otras denuncias, se transformaron en la historia del siglo XX, en El movimiento médico nacional de 1964-1965. Es tiempo de militarización, de traiciones. Médicos, personal de enfermería, académicos, hospitales de todo el país, estudiantes de medicina, se forman, en silencio, en zócalo, frente bajo el balcón presidencial (Figura 9).
El Dr. Cosío Villegas se suma al movimiento y su nombre se agrega a la lista negra del presidente de la República, Gustavo Díaz Ordaz. El secretario de Salubridad y Asistencia es el médico militar Rafael Moreno Valle. El Estado le arrebata su cátedra, de más de 38 años, en la Universidad Nacional Autónoma de México y le prohíbe el ingreso a los sanatorios públicos.1 En el momento en el que se expide, por parte de la Secretaría de Salubridad, la orden del cese de los internos y residentes de Huipulco, el Dr. Cosío Villegas presenta su renuncia. El 15 de septiembre de 1965 es obligado a dejar el Sanatorio para Tuberculosos de Huipulco.28 Parece que aquí termina su vida:
Lamento separarme de este sanatorio al que he servido con lealtad, cariño, y perseverancia durante 28 años, pero no quiero que mis colegas, alumnos y estudiantes pierdan la fe y la confianza depositada en mi modesta personalidad, que he procurado forjarla en el desinterés, el valor civil y el más alto espíritu de compañerismo.28
En quince días cumplirá y sesenta y tres años. Su carácter, esa genialidad envuelta en el razonamiento de la justicia, que para otros es un fuerte rasgo de rebeldía, es inquebrantable en él. No puede ser de otra forma o no sería el Dr. Ismael Cosío Villegas. No puede haber justicia sin dignidad.
No estoy resentido con nadie, sobre todo estoy tranquilo y de acuerdo con mi conducta, diga al ministro que este documento no me sorprende porque lo esperaba, dígale también que salir de Huipulco, bajo estas circunstancias, para mí es un timbre de orgullo.28
En el gobierno de Luis Echeverría Álvarez, la policía mantiene vigilada la casa e intervienen las líneas telefónicas. Doce años de espionaje y de vigilancia absurda. Doña Enriqueta Pascal de Cosío piensa en los uniformados y sin falta les lleva la merienda. Perderlo todo, pero a cambio de que nada quebrantará su dignidad y sus convicciones. Es diabético. Lo sabe en la primera de dos intervenciones quirúrgicas de cadera. Las cirugías las realiza el Dr. Leonardo Zamudio Villanueva. Es el médico y amigo de la familia. Atiende a doña Enriqueta Pascal de Cosío y se genera una valiosa fraternidad con el ingeniero Ismael Cosío Garduño, nieto del doctor.1
El Dr. Ismael Cosío Villegas habilita un consultorio en su casa (Figura 10). Se ubica en el pueblo de San Ángel, en uno de los lotes del ex colegio y convento Carmelita, con los años será derrumbada. Sólo él sabe quién fue el paciente que le obsequió un gallito de cerámica. Le llevan más. Se han hecho a la idea de que al doctor le gustan los gallos. Su colección permanece quieta, intocable, en la repisa. En el escritorio se encuentra enmarcado el momento exacto en el que el Dr. Ismael salía de la cárcel, arrestado en la Habana, Cuba, por oponerse al régimen de Fulgencio Batista y a la intervención de Estados Unidos en la isla.1 Le causa risa y orgullo que sus pacientes lo vean en esa foto. Hay otra en la que están sus nietos Ismael Cosío Garduño y su hermano.
Margarito corta y pule pisos de mármol. Ha asistido a su consulta médica en varias ocasiones. Todos los días, excepto los domingos, de ocho a diez horas, respira sílice cristalina. Las molestias en la cadera y la prótesis de fémur le impiden al Dr. Cosío Villegas conducir. Su paciente tiene un nuevo empleo. Fue el chofer del Mercedes Benz 220S del Dr. Ismael, que se convierte en el copiloto de Margarito. En las tardes, después de las consultas, lo lleva a visitar a sus pacientes. También van a Hidalgo. Es un paseo familiar que incluye la visita a los enfermos de las minas. Baja del auto y se coloca su bata blanca. Los mineros lo aprecian y no olvidan que las consultas son gratuitas. El Dr. Ismael procura la visita a sus pacientes hasta que su salud se lo permite, así ocurre con sus actividades en el Club Reforma.13 Es un hombre que ha cultivado el deporte: el remo, la natación, el box, el frontón (Figura 11). Disfruta de la sobremesa, de la buena comida, la buena charla, la música clásica, las artes, el pan dulce. Lo visitan sus alumnos, colegas y amigos, muchos de ellos son grandes personalidades de la época. En su firmamento blanco se encuentra su familia. El abuelo y su nieto se dirigen a Roxy. No es un paseo. Es un acontecimiento que ocurre los domingos. Antes de que fuera diabético, saboreaban una bola de helado de cada sabor de los que están a la venta en la nevería.
El 2 de agosto de 1985, el Dr. Ismael Cosío Villegas fallece en el Sanatorio Español, porque no cuenta con servicio médico. El acta de defunción es expedida por el médico Enrique Krauss Acal. La síntesis de la vida de un gran hombre no termina cuando fallece. No se reduce a un cúmulo de recuerdos. Es una suma de hechos que se impone para el beneficio de la humanidad.
REFERENCIAS (EN ESTE ARTÍCULO)
De la Comisión de Salud, con proyecto de decreto que reforma la Fracción IV del Art. 5° de la Ley de los Institutos Nacionales de Salud. En ejercicio de la Facultad que le confieren los artículos 71, Fracción II, y 72 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y con fundamento en lo establecido en los numerales 55, fracción II, 56, 62, 63 y demás relativos del Reglamento para el Gobierno Interior del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos, el día 13 de septiembre del año 2005, el Diputado José Ángel Córdova Villalobos del Grupo Parlamentario del Partido Acción Nacional, presentó Iniciativa ley que reforma la fracción IV del artículo 5° de la Ley de Institutos Nacionales de Salud, a fin de que pase a reformar parte de la denominación oficial del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias el nombre del distinguido doctor Ismael Cosío Villegas.
AFILIACIONES
1Sociedad General de Escritores de México.
Conflicto de intereses: la autora declara no tener conflicto de intereses.
CORRESPONDENCIA
Escritora Esperanza Toral Freyre. Correo electrónico: esperanzatoralfreyre@gmail.comRecibido: 05-XII-2024; aceptado: 13-I-2025.