2023, Número 2
El proceso fundacional de la Academia Mexicana de Pediatría
Idioma: Español
Referencias bibliográficas: 18
Paginas: 89-96
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RESUMEN
Se presenta el proceso fundacional de la Academia Mexicana de Pediatría como resultado del desarrollo que alcanzó la pediatría nacional a mediados del siglo XX. En la primera parte del artículo se muestra el nacimiento de la pediatría mexicana durante la segunda mitad del siglo XIX, en ese entonces surgieron hombres e instituciones que pusieron los cimientos de la fabulosa obra que tenemos hoy, empezando con los decretos del presidente Juárez y continuando con la labor de los doctores Eduardo Liceaga, Samuel Morales, Miguel Otero, Carlos Tejeda y Manuel Domínguez. En la segunda parte, se presenta el surgimiento de la cátedra universitaria de la especialidad, los primeros hospitales del siglo XX, como el Hospital Infantil de México fundado por el Dr. Federico Gómez y la aparición de las primeras agrupaciones pediátricas, como la Sociedad Mexicana de Pediatría y la Asociación Nacional de Pediatría de México, que culminaron con la creación de la Academia Mexicana de Pediatría el 06 de junio de 1951, siendo su primer presidente el Dr. Mario A. Torroella.INTRODUCCIóN
Han transcurrido 72 años desde aquel miércoles seis de junio de 1951 cuando se fundó la Academia Mexicana de Pediatría como organismo técnico consultivo de la Asociación Nacional de Pediatría de México y de toda actividad pediátrica nacional.
El nacimiento de la Academia no es una obra fortuita, sino el producto de una pediatría que alcanzaba su plenitud, fue el fruto de un frondoso árbol de profundas raíces, por lo tanto, no podemos hablar de ella sin antes mencionar el desarrollo de la pediatría mexicana, la cual se esboza en la segunda mitad del siglo XIX, en ese entonces surgieron hombres, mujeres e instituciones que pusieron los cimientos de la fabulosa obra que tenemos hoy, por lo que es necesario rememorar algunos hechos significativos de su desarrollo.
LOS INICIOS DE LA PEDIATRíA NACIONAL EN EL SIGLO XIX
Es poco lo que sabemos acerca de la atención a la salud de los niños antes de la Conquista, es más lo que sabemos acerca de su educación en las diferentes culturas de Mesoamérica.1 Al parecer, no existió en ellas el concepto del médico de niños y tampoco hubo una deidad que fuera su protectora de forma exclusiva. Lo más aproximado es Tlaltetecuin o Ixtlilton "el del rostro negrillo", una deidad asociada a la música, los festivales, los juegos, el canto, la danza, la medicina y los tlacuilos o escribanos de los códices. A su tabernáculo se llevaba a los enfermos, principalmente niños, a quienes se daba de beber un agua negra llamada tlilatl (tilli negro y atl agua), que se guardaba en tinajas tapadas con tablas o comales.2 Sin embargo, algunas tradiciones nos muestran el interés que tenían por la infancia incluso después de la muerte, por ejemplo los aztecas consideraban que en el cielo existía un árbol llamado Chichihuacuahco de cuyos frutos, que asemejaban glándulas mamarias, caían gotas de leche que alimentaban a los niños muertos antes del destete (Figura 1).3,4
Con relación a las normas para la atención de los niños enfermos sólo encontramos alguna información aislada hasta la Colonia cuando el Br. y Profesor en Medicina Juan Manuel Venegas publicó en 1788 el libro Compendio de la Medicina o Medicina Práctica, en el cual aparece un capítulo denominado infantum morbi, las enfermedades de los niños, explicando las causas ordinarias de sus padeceres y algunos de sus tratamientos.5
El primer intento para favorecer la atención institucional de la salud de los niños mexicanos se debió al presidente Benito Juárez quien, en 1861, emitió un decreto para crear una Casa de Maternidad y un Hospital de Infancia, los cuales no llegaron a fundarse a causa de la situación política del país. Sin embargo, durante el Imperio la emperatriz Carlota fundó la Casa de Maternidad y el Asilo de San Carlos para la atención de los hijos de mujeres trabajadoras, aunque con el Restablecimiento de la República no fue posible que este último empezara a funcionar. Es en esos momentos cuando aparece la labor pionera del Dr. Eduardo Liceaga en la sala de niños enfermos del Hospital de San Andrés creada por el Dr. Luis Fernández Gallardo, y poco después en el Hospital de Infancia en la ciudad de México fundado por el Dr. Carlos Pacheco; ahí está la obra del Dr. Samuel Morales Pereira en el Hospital de la Caridad para Niños de Puebla; la fundación del Hospital Infantil de San Luis Potosí y de la primera revista pediátrica por el Dr. Miguel Otero, el trabajo del Dr. Manuel Domínguez en la Casa de Niños Expósitos o Casa Cuna, y el establecimiento en 1892, de la cátedra de Clínica de Enfermedades Infantiles en la Escuela Nacional de Medicina por Carlos Tejeda Guzmán, quien había sido enviado a Europa por el gobierno del presidente Porfirio Díaz para formarse como pediatra. Después llegaron Roque Macouzet, Eduardo Vargas, Ricardo Manuell, Joaquín G. Cosío, entre otros. Sin embargo, los esfuerzos fueron efímeros, pues la cátedra de pediatría se extinguió durante el periodo revolucionario.6-10
SIGLO XX,
El siglo XX llega con nuevos bríos, cual corcel que deja atrás un siglo que se hunde en el abismo del pasado y se adelanta a las promesas del progreso, transformado en tangibles realidades en los pabellones de niños del Hospital General de la Ciudad de México, la obra magna de Eduardo Liceaga; en el servicio de niños enfermos del Hospital Juárez, y en el nacimiento de la Sección de Pediatría de la Academia Nacional de Medicina, donde sus primeros miembros fueron los Dres. Eduardo Vargas y Ricardo Manuell. En 1910, el Dr. Roque Macouzet publica el primer libro mexicano de pediatría: Arte de criar y curar a los niños. Años después, en 1925, luego de impartir el primer curso de postgrado para médicos higienistas escolares, el Dr. Mario A. Torroella convenció al Dr. Fernando Ocaranza, director de la Facultad de Medicina, de crear un curso universitario de Pediatría.7,11
En 1929, el Dr. Isidro Espinosa de los Reyes fundó en la Casa de Salud del Periodista la "Maternidad de Las Lomas", hoy, Instituto Nacional de Perinatología. Y un año después, invitó a casa del Dr. Torroella a sus colegas del Servicio de Higiene Infantil con el objetivo de crear la primera sociedad de puericultura y pediatría: la "Sociedad Mexicana de Pediatría", que pronto cambiaría su nombre por el de "Sociedad Mexicana de Puericultura", retomando años después su nombre original. El presidente fundador fue el Dr. Mario A. Torroella quien se encargó de crear ese mismo año la Revista Mexicana de Puericultura, hoy Revista Mexicana de Pediatría. Para ese entonces, en la nómina de socios activos, sólo había una mujer: la Srita. Elena Landazuri, jefa de enfermeras visitadoras del Servicio de Higiene Infantil del Departamento de Salubridad Pública, la primera mujer en participar en una agrupación pediátrica.11
Años después surgen los primeros hospitales para niños del siglo XX, en 1937 los Dres. Rigoberto Aguilar Pico y Gabriel Araujo Valdivia fundaron en la Ciudad de México el Consultorio Infantil "Dolores Sanz", un verdadero hospital pediátrico mejor conocido como el "Hospital Infantil de la Estrella". Poco después, en 1940, el Dr. Manuel Acevedo Ruiz del Hoyo funda el Hospital del Niño de Mérida, Yucatán, y finalmente, en 1943, el Dr. Federico Gómez funda el Hospital Infantil de México.12-14
LAS ETAPAS DE LA PEDIATRíA DEL SIGLO XX
Durante el Congreso Científico Mexicano realizado en 1951 para celebrar el IV Centenario de la fundación de la Universidad de México, el Dr. Pedro Daniel Martínez decía que la historia de la pediatría mexicana durante el siglo XX presentaba tres etapas bien caracterizadas. En la primera, que abarca los primeros cinco lustros de dicho siglo, la pediatría vivió indiferenciada en el seno de la medicina y la cirugía generales. En la segunda, de 1925 a 1943, luchó por establecer las bases de sustentación e independencia al influjo de las necesidades nacionales y de las poderosas influencias extranjeras. Y la tercera, que, inició en 1951, ofrecía un espléndido dominio de lo adquirido y empezaba a conformar su propia estructura e identidad. Añadió, que había dos hombres, que por su destino y cualidades encarnaron y originaron el principio de esos periodos históricos. Señaló que el nacimiento de la Pediatría Mexicana como disciplina científica coincide obligadamente con el establecimiento de la enseñanza pediátrica formal y definitiva en la Facultad de Medicina, ya que sin enseñanza no se concibe la existencia del saber, como no es posible tampoco la enseñanza sin la experiencia. Por eso el nacimiento de la Pediatría nacional se realizó con todo el rango y con todas las características de su linaje: fue el producto de la experiencia de la escuela pediátrica francesa que forjó para México la espiritualidad de un maestro: el Dr. Mario A. Torroella, quien, al inaugurar su cátedra en 1925, sentó el principio de la enseñanza pediátrica nacional y, alimentó y modeló a las juventudes médicas de esa época.
Por otro lado, la aparición de la pediatría norteamericana, con su animoso espíritu y su colosal desarrollo, modeló un carácter creador: Federico Gómez, quien no sólo erigió y organizó el Hospital Infantil de México, sino que transformado en inspirado artífice plasmó en él con excepcional armonía los valores espirituales transmitidos por Torroella, la metodología y el sistema norteamericanos que hacía años había adquirido en el país sajón y lo que es más importante, incorpora allí hábilmente la ansiedad científica del médico mexicano. Es en esta forma como Gómez establece las bases de la tercera etapa pediátrica, durante la cual, por primera vez, se podrá hablar de Pediatría Mexicana.15
1951 PARTEAGUAS DE LA PEDIATRíA NACIONAL:
A principios de 1951, el Dr. Federico Gómez escribió una carta a los presidentes de las sociedades pediátricas de la República Mexicana, informando que durante el VI Congreso Internacional de Pediatría celebrado en Zúrich, Suiza, en 1950, había sido nombrado vocal de la naciente Asociación Internacional de Pediatría, por lo que era necesario formar una agrupación pediátrica de carácter nacional que representara a México en la mencionada asociación internacional. Por lo anterior, el Dr. Gómez acordó con el Dr. Roberto L. Sánchez, presidente de la Sociedad Mexicana de Pediatría, conseguir fondos para solventar los gastos de viaje de los representantes de las organizaciones pediátricas para la reunión que tendría lugar en el domicilio del Dr. Sánchez en la colonia Lomas de Chapultepec de la Ciudad de México con la finalidad de fundar una agrupación pediátrica de corte nacional.16
Así nació la Asociación Nacional de Pediatría de México el 20 de abril de 1951, siendo su primer presidente el citado Dr. Roberto L. Sánchez. En su acta fundacional se enlistaron sus nobles objetivos: 1) estimular el acercamiento espiritual y profesional de los pediatras mexicanos; 2) realizar los congresos de pediatría cada dos años; 3) representar a las sociedades pediátricas de la República Mexicana en las asociaciones de la especialidad y congresos internacionales de pediatría; y 4) crear un organismo técnico consultivo de la Asociación y de toda actividad pediátrica nacional que se denominaría Academia Mexicana de Pediatría. En esa misma reunión se aprobó que los miembros constituyentes fueran los presidentes de las sociedades pediátricas registradas en la Asociación Nacional de Pediatría de México y los médicos que habían fungido como presidentes de la Sociedad Mexicana de Pediatría (Tabla 1 y Figuras 2, 3 y 4).17
En el momento de su creación se establecieron como finalidades fundamentales de la Academia, las siguientes:16
- 1. Propugnar el más alto nivel en la preparación pediátrica profesional en las facultades y escuelas de medicina, los hospitales infantiles y los lugares donde se realicen labores de investigación.
- 2. Mantener la más alta seriedad científica y el más encumbrado proceder ético en toda actividad relacionada con el niño.
- 3. Despertar o acrecentar la dignidad profesional en la práctica pediátrica.
- 4. Estimular y promover la publicación de todo trabajo de investigación o de enseñanza práctica relacionado con la puericultura y la pediatría.
- 5. Estudiar y conocer las condiciones somáticas, psicológicas y sociales en que se desarrolla el niño mexicano y contribuir a la mejor forma de prestarle ayuda y protección.
En algunos de los documentos básicos formulados para la constitución de la Academia se consigna textualmente lo siguiente:17
- "La Asociación nacional de Pediatría de México, organismo que por acuerdo voluntario y unánime de todas las sociedades pediátricas del país, representa a la pediatría organizada de la nación y en consecuencia tiene poder amplio para constituir y fomentar las organizaciones que juzgue convenientes para sus altos fines, decidió crear la Academia Mexicana de Pediatría para que constituya el cuerpo colegiado más alto de México en esta disciplina y que tuviera como finalidad estudiar y ayudar a resolver todos los problemas médicos de la niñez mexicana así como los de la enseñanza y difusión de la pediatría, convirtiéndose en el cuerpo consultivo y consejero de los organismos oficiales y privados en todo lo relacionado con la salud de los niños…"
Poco después, el Dr. Sánchez informó que había nombrado un Comité Organizador de la Academia constituido por los Dres. Mario A. Torroella, Rigoberto Aguilar Pico y Rafael Soto Allande, quienes presentaron el 06 de mayo de ese año el proyecto del acta constitutiva. Un mes después, el 09 de junio de 1951, el Dr. Roberto L. Sánchez en su carácter de Presidente de la Asociación Nacional de Pediatría de México giró su oficio circular número 6 en el que informó lo siguiente:17
- "En cumplimiento de una de las decisiones tomadas por la asamblea constituyente de la Asociación Nacional de Pediatría de México, el miércoles 06 de junio de 1951 se reunieron los futuros académicos y aprobaron, previa discusión, el proyecto de constitución de la Academia Mexicana de Pediatría, nombrando la primera Mesa Directiva integrada por los doctores: Mario A. Torroella, presidente fundador; Alfonso G. Alarcón, vicepresidente; Hermilo L. Castañeda, secretario; y Rafael Soto Allande, tesorero".17
En el oficio mencionado también se cita a una reunión de académicos para el día 16 del mismo mes de junio en la casa número 216 de las calles de Durango de la Ciudad de México, residencia del Dr. Mario A. Torroella, "…con el objeto de estudiar y en su caso aprobar el reglamento que en lo futuro regirá a la Academia Mexicana de Pediatría…" Siguen después largas e intensas jornadas de trabajo organizativo y de estructuración, formulación de programas iniciales, establecimiento de normas, de relaciones y de contactos, y en fin, todas esas tareas tan arduas de empezar a ser y a crecer en las cuales participaron con singular tesón e inigualable entusiasmo la mayor parte de los miembros fundadores radicados en el Distrito Federal y en las entidades cercanas como Puebla, Veracruz, Hidalgo y San Luis Potosí.17
Desde el principio, se dejó constancia de: "no hacer depender a la Academia de la Asociación Nacional de Pediatría de México sino que se deseaba actuar con autonomía, dándole a la Academia características diferentes de las que tenían las sociedades de pediatría, con la finalidad de complementarse y colaborar al engrandecimiento de la Pediatría Mexicana".17
Se puede ver que desde el comienzo hubo un pensamiento claro y firme de hacer de la Academia un organismo del más alto rango científico y la más elevada jerarquía profesional en el campo de la especialidad, colocándola al margen de cualquier contingencia política, religiosa o gremial que le impidiera su independencia y absoluta libertad de criterio, de opinión y de expresión en las áreas de su competencia. Lo cual alcanzó su máxima expresión el 11 de septiembre del 2000 durante la gestión del Dr. José Alberto García Aranda, cuando la Secretaría de Salud Federal nombró a la Academia Mexicana de Pediatría órgano asesor en el estudio y propuestas en favor de la niñez de México.18
A continuación se designó a los primeros miembros honorarios: el Sr. Adolfo Ruiz Cortines, presidente de México; Dr. Ignacio Morones Prieto, secretario de Salubridad y Asistencia; Lic. Luis Araujo Valdivia, asesor de la Dirección General de Higiene y Asistencia Materno Infantil; Lic. Raúl Sánchez Yarza, administrador general de la Campaña Pro-Salud del Niño, A.C.; y la Sra. Rosario Mora de García.17
La instalación de la corporación se realizó un año después, el 1° de mayo de 1952, en el Teatro de la Paz de San Luis Potosí en el marco inaugural del IV Congreso Nacional de Pediatría organizado por la Sociedad Mexicana de Pediatría y patrocinado por la Asociación Nacional de Pediatría de México. Después de la inauguración a cargo del Sr. Ismael Salas, gobernador de San Luis Potosí, el Dr. Roberto Sánchez, presidente de la Asociación Nacional de Pediatría de México relató, los pormenores de la formación de la Academia y procedió a la declaración oficial de su instalación con las siguientes palabras:17
- "Como presidente de la Asociación Nacional de Pediatría de México y siendo las 21 horas del día 1° de mayo de 1952, declaró formalmente instalada la Academia Mexicana de Pediatría y entregó el diploma de presidente en manos de un pediatra ejemplar, de un maestro querido de muchas generaciones, de un amigo sin tacha, de un hombre superior, el señor doctor don Mario A. Torroella".
A partir de ese momento, la Academia continuó con su trabajo de organización, incluyendo la búsqueda de fuentes de financiamiento y el diseño de emblema, lema, tipos de toga, birrete y venera que los estatutos estipulaban que deberían de utilizarse obligatoriamente en todos los actos oficiales de la corporación. Un año después de la instalación se aceptó a los primeros miembros activos, los Dres. Alfonso Ruiz Escalona de Chihuahua, Chihuahua, y Rogelio Hernández Valenzuela de la Ciudad de México.
El primer emblema de la Academia estaba conformado por la imagen de un par de manos rodeando protectoramente a un niño, circunscrita por dos circunferencias entre las cuales se puede leer en la mitad superior el nombre de la corporación, Academia Mexicana de Pediatría, y en la inferior el lema en latín: "protecti puerum salutem" (protección y salud a la niñez) (Figura 5). En su existencia, la Academia ha tenido varios emblemas hasta llegar al actual elaborado por el Dr. Alfredo Cuellar Ramírez en 1984, en el cual puede verse tres niños saludables corriendo a su futuro sobre un camino promisorio, hacia la derecha del camino se dispuso una cabeza Olmeca como una analogía de la unión de las culturas prehispánicas con nuestra agrupación. El lema se mantuvo sin cambios hasta la presidencia del Dr. Roberto Calva, cuando se le añadió la palabra: "adolescencia", para quedar como: "Protección y salud a la niñez y adolescencia" (Figura 6).
En su mensaje final como presidente de la primera Mesa Directiva de la Academia el Dr. Mario Torroella enfatizó lo siguiente:17
- "Llegar a la Academia es un estímulo y galardón para aquellos pediatras que en el futuro tengan el alto honor de pertenecer a ella".
A la fecha la Academia ha tenido 26 mesas directivas, contribuyendo cada una a construir una organización madura y respetable dentro de la comunidad médica de nuestro tiempo. Por lo anterior, es menester recordar sus nombres como una forma de agradecimiento a su dedicación e invaluable trabajo:
- Mario Alfonso Torroella y Estrada, Federico Gómez Santos, Jesús Álvarez de los Cobos, Rigoberto Aguilar Pico, Rafael Soto Allande, Gabriel Araujo Valdivia, Rafael Ramos Galván, Ernesto Díaz del Castillo, Guillermo Solomón Santibáñez, Alfredo Cuellar Ramírez, Luis Torregrosa Ferráez, Héctor Fernández Varela Mejía, Ignacio Ávila Cisneros, Silvestre Frenk Freund, Luis Jasso Gutiérrez, José Alberto García Aranda, Arturo Loredo Abdalá, Miguel Briones Zubiria, Gabriel Cortes Gallo, Miguel Ángel Rodríguez Weber, Jesús Tristán López, Mercedes Macías Parra, Julio César Ballesteros del Olmo, Arturo Perea Martínez, Javier Mancilla Ramírez, Roberto Guillermo Calva y Rodríguez, y Alicia Elizabeth Robledo Galván.
Estos fueron los hombres y mujeres que pusieron las bases de la pediatría nacional y fundaron la Academia Mexicana de Pediatría a mediados del siglo XX. Es cierto que tuvieron que inspirarse en los modelos científicos europeos y en la tecnología estadounidense, pero conservaron las raíces clínicas nacionales.
AGRADECIMIENTOS
A los Dres. Manuel Correa Flores, Patricia Laurean Ibarra, Luis Carlos Hinojos Gallardo, Luciano R. Mendiola Figueroa y Francisco G. Baños Paz, por su invaluable apoyo para obtener las fotografías de los Académicos Constituyentes.
REFERENCIAS (EN ESTE ARTÍCULO)
AFILIACIONES
1 Miembro Titular de la Academia Mexicana de Pediatría.
CORRESPONDENCIA
Manuel Antonio Baeza Bacab. E-mail: mbaezabacab@gmail.comRecibido: 28/07/2023. Aceptado: 08/08/2023.