2003, Número 6
Rev ADM 2003; 60 (6)
Editorial
Grego SE
Idioma: Español
Referencias bibliográficas: 0
Paginas: 206
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RESUMEN
Con este número de la Revista ADM, se concluye con sus primeros sesenta años. Es motivo de regocijo el saber que se ha cumplido bien. En la historia de la Revista han pasado cosas muy interesantes. Se cuenta hoy en día con una publicación robusta y profesional, con reconocimiento dentro y fuera de nuestro país, y que además se ha posicionado como líder de las publicaciones latinoamericanas como la más formal y seria, consultada hoy en día y desde octubre del año pasado por más de 10,000 personas en más de 90 países del mundo. Ya no hay fronteras para el conocimiento en esta era de avanzada tecnología, además, el tiempo en que se puede consultar la información es bien conocido que sólo es cosa de instantes. Coincide con la conclusión de este volumen el bienio que como presidente número 33 de ADM, Federación, la Dra. Elinora Méndez Villarreal quien nos representara dignamente. Durante estos dos años la Dra. Méndez fue muy clara en sus objetivos y aunque tuvo dificultades en la transición, que duró más o menos un año, termina con el cumplimiento de sus propósitos, esto es muy satisfactorio para nuestro gremio ya que ha hecho posible lograr grandes beneficios que repercutirán para los tiempos por venir. Entre los logros que se dieron fue el CICADM que es una base de datos que podrá contabilizar automáticamente los créditos de educación continuada. Realiza algo muy importante que es lo que se puede llamar una “transición suave” con nuestro presidente electo Dr. Armando Hernández. Los que tuvimos el privilegio de trabajar con la Dra. Elinora Méndez, mejor conocida por todos como Nora, la queremos felicitar por haber concluido su gestión dignamente y agradecerle por los muchos momentos de trabajo, Nora es una persona de equipo y así trabajó. Fue su tiempo un tiempo difícil que pudo trocar en buen tiempo. Al Dr. Armando Hernández le deseamos éxito durante su gestión, de él esperamos también grandes logros. Quisiera como de costumbre cerrar estas líneas compartiendo una reflexión que espero agrade al lector. Que fácil nos deslumbra la televisión, con sus colores y luces brillantes nos enajena de la vida simple y cotidiana, se puede ver ahí, en cada casa, restaurante o centro comercial. Están presentes, no sólo las imágenes, sino también las cámaras que vigilan cada paso que damos. El punto es que la más de la gente está viendo TV a cada momento y ya no sale a la calle a interactuar con sus congéneres o la naturaleza. El parque de diversiones moderno es el centro comercial y las espléndidas salas cinematográficas, aquí pregunto ¿qué tanto nos ha enajenado la vida contemporánea? ¿se ha fijado que en las calles la gente ya no camina ni juega? ¿acaso la TV nos ha encerrado en la casa ? ¿qué efecto tendrá esto en nuestra generación? Cuando las transmisiones de TV salieron al aire el director de la CBS dijo que “habían creado un gran desperdicio”. Ciertamente que la TV nos puede educar y llevarnos a conocer lugares, hechos y cosas fantásticos, pero ¿Hay algo más extraordinario que oler y sentir el pasto húmedo debajo de unos pies descalzos?