2020, Número 1
El flujo digital en ortodoncia: ¿futuro o presente?
Idioma: Español/Inglés [English version]
Referencias bibliográficas: 0
Paginas: 6-8
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Cuando hablamos del flujo digital en ortodoncia, surgen muchas interrogantes: ¿cuándo será oportuno incursionar en el flujo digital?, ¿será conveniente comenzar a utilizarlo ya o habrá que esperar por más tiempo?, ¿acaso bastaría con la experiencia clínica para sustituirlo?, ¿deberían actualizarse los planes de estudio de ortodoncia?, ¿qué se necesita para comenzar a utilizar el flujo digital?, ¿cómo se pueden gestionar formas de trabajo en equipo con otros especialistas, técnicos dentales, centros radiológicos y la industria de la ortodoncia digital?, ¿se podría establecer un modelo híbrido con experiencia clínica donde se use tecnología tanto analógica como digital? Para encontrar las respuestas a estas interrogantes, será necesario analizar los avances de la tecnología digital ocurridos en los últimos 30 años y su gran impacto en el campo de la ortodoncia.
Uno de los desarrollos de la tecnología digital más notables, y que ha sacudido a la odontología y la ortodoncia, ha sido la transición de las cámaras analógicas a las digitales. Actualmente, existe una diversidad de cámaras digitales de alta resolución, así como de software y aplicaciones especializadas para editar video e imágenes. La información digital que se obtiene con las cámaras digitales puede almacenarse y respaldarse en medios de almacenamiento físico o nubes digitales para incluirla en el expediente del paciente. Además, los teléfonos móviles o smartphones favorecen la comunicación con otros profesionales y con los pacientes, facilitando el intercambio de información como: fotografías clínicas, radiografías digitales, imágenes de tomografías Cone-Beam, mensajes de texto y voz, entre otros. Todo esto contribuye a la optimización de los tiempos de ortodoncia y a la mejora de la experiencia del paciente en la consulta clínica.
Más allá de ser sólo un medio para ponerse en contacto, la forma actual de comunicación a través de la Internet y sus tecnologías, permite iniciar lo que se conoce como un "flujo digital de trabajo clínico". Se trata de un proceso caracterizado por el uso en conjunto de cámaras digitales de alta resolución, computadoras y/o dispositivos móviles con software especializado —ya sea de acceso libre o de pago—, escáneres intraorales, radiología digital, tomografía, impresoras digitales tridimensionales 3D y sistemas de CAD-CAM, con la finalidad de sistematizar los procedimientos clínicos en ortodoncia. Además de estos equipos, el flujo digital requiere sistemas de iluminación para obtener fotografías clínicas intra- y extraorales de buena calidad, y conexiones de Internet de alta velocidad. Juntos, el flujo digital, las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) y el trabajo clínico sistematizado convergen en la construcción de un entorno digital de trabajo denominado "ecosistema digital", el cual ayuda a realizar el diseño, la planificación y el diagnóstico tridimensional en ortodoncia, disminuir el tiempo de trabajo en la práctica clínica y optimizar los resultados. El flujo digital está en perfeccionamiento continuo por medio de la inteligencia artificial.
Utilizar la tecnología digital brinda varias ventajas en la ortodoncia: por un lado, contribuye al diagnóstico por medio del análisis de fotografías clínicas, el análisis cefalométrico con software especializado y el análisis tridimensional de modelos de estudio; por otro, permite diseñar y planificar el tratamiento con ayuda del sistema de objetivo visual de tratamiento (VTO, por sus siglas en inglés), la impresión digital de modelos de estudio, las extracciones dentales virtuales, el diseño de sonrisa y el set up virtual para los tratamientos de ortodoncia con alineadores o brackets. Además, permite analizar los casos complejos que requieran de cirugía ortognática.
Los ortodoncistas también se pueden beneficiar de los sistemas digitales de simulación de tratamiento (DTS, por sus siglas en inglés) para la toma de decisiones clínicas sobre el diagnóstico y el plan de tratamiento basados en la evidencia, combinando la experiencia clínica y los conocimientos científicos y tecnológicos para poder utilizar el flujo digital y formar un ecosistema digital de trabajo.
Antes de pensar en adquirir y utilizar el flujo digital en ortodoncia, es importante considerar que el especialista deberá contar con los conocimientos clínicos y anatómicos fundamentales adquiridos a lo largo de su formación, que le permitan establecer un diagnóstico basado en la información de las características del paciente y los análisis cefalométricos y de modelos de estudio, así como establecer un plan de tratamiento y seguimiento adecuados. También deberá saber utilizar el software especializado para el manejo de las imágenes generadas por los escáneres intraorales en formato STL (Standard Triangle Language) para la impresión digital y estar al tanto de los tiempos de vigencia de las licencias. Por último, es necesario considerar el elevado costo que implica establecer un flujo digital, ya sea con todos o sólo algunos de sus elementos, el cual va de los 10 mil hasta los 150 mil dólares o más.
AFILIACIONES
1 Profesor de la Facultad de Odontología de la UNAM. México.
2 Coordinador de la Especialidad de Ortodoncia de la Universidad Latinoamericana. México.
CORRESPONDENCIA
César Esquivel Chirino. E-mail: investigaciondental@gmail.com