2020, Número 4
Educación para la conservación de la salud bucal
Idioma: Español
Referencias bibliográficas: 19
Paginas: 228-232
Archivo PDF: 82.13 Kb.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la educación para la salud como la encargada de promover, organizar y orientar los procesos educativos tendientes a influir en los conocimientos, actitudes y prácticas relacionadas con la salud del individuo y la comunidad.1 Debe reorientarse en el sentido de trasmitir información que explícitamente responsabilice al individuo de su comportamiento y de las enfermedades que de éste se derivan; asimismo, ha de facilitar y ayudar a comprender toda la cadena causal que ocasiona su conducta y apoyar la trasformación de la realidad social que induce, viabiliza y promueve estilos de vida perjudiciales para la salud.2
La educación para la salud permite que el individuo adquiera una responsabilidad sostenida y compartida en la identificación y solución de los principales problemas de salud. Se caracteriza por una acción continua y organizada que hace que la participación sea consciente y responsable.3 Forma parte de la ciencia preventiva y está relacionada con la promoción de la salud que se sustenta en medidas preventivas que actúan en la protección de la salud, pero se diferencia de éstas en que es salud positiva (mejoramiento de la salud) y no sólo su conservación.4
Los objetivos básicos de la educación para la salud son estudiar y desarrollar procesos de transmisión de conocimientos, actitudes y valores que tienden a crear en los individuos conductas favorables para su salud.
Se considera que son cuatro los principios básicos de la educación para la salud y que sirven de guía para la acción del personal de salud:5 1) los receptores de la educación para la salud no son pasivos, sino sujetos activos en la relación educativa; 2) la educación para la salud no es una simple transmisión de información científica, sino una auténtica intervención en la cultura de los individuos, ya que incide en sus conocimientos, valores y comportamientos; 3) la educación para la salud forma parte de la dinámica cultural; y 4) se debe modificar el prejuicio que comúnmente se presenta en el personal de salud al creer que los conocimientos, valores y estilos de vida de la población (que no tienen sustento científico) representan un obstáculo en la intervención educativa.
La comunicación es el eslabón principal para lograr el éxito en la educación para la salud. Es un proceso de interacción e intercambio de información, donde una parte pretende influir en ideas, costumbres y actitudes de los demás, o intenta modificar al otro. Es inherente a la condición humana e influye mutuamente en el comportamiento humano a partir de la capacidad simbólica del hombre. Ésta puede ser directa o indirecta y tiene función informativa, afectiva y reguladora. Los aspectos que facilitan el éxito de la comunicación son habla, apariencia, olor, movimiento y ambiente.6,7
Un factor que interviene en la comunicación por parte del que emite es la convicción de la necesidad de educar, deseo de ejecutar la acción educativa, habilidad en la selección de la técnica educativa y prestigio ante los demás. El mensaje debe ser atrayente, con lenguaje fácil, basado en la experiencia, asequible emocionalmente y no establecer conflictos con la actitud de los demás y debe incluir argumentos agradables y positivos más que negativos.7
La educación para la salud cobra un significado particularmente importante en los niveles de prevención. Es la encargada, a través de sus diferentes técnicas, de modificar conductas, establecer formas de vida sana, crear modos o estilos de vida favorecedores para que las personas puedan disfrutar de una vida saludable. Por tanto, esta educación se caracteriza por aplicar técnicas que serán seleccionadas de acuerdo con la temática que sea de interés tratar y con las características del público. La educación para la salud no es un fin, sino un medio eficaz de aprendizaje a través del cual el individuo y la colectividad incorporan una serie de conocimientos y posteriormente se establecen los cambios de conducta.
Se ha señalado anteriormente que la educación para la salud ayuda a las personas a tomar decisiones juiciosas sobre su salud y la calidad de vida de su comunidad. Para ello, la información que se brinda debe ser concisa y presentada de manera comprensible, debe llamar la atención de las personas, motivarlas y fomentar su participación, generando así mayor conciencia de los problemas de salud a los que se enfrentan.8
Es decir, tenemos que hacer uso de una "metodología participativa", entendiéndose ésta como un "proceso educativo basado en la interacción y reflexión que conlleve al cambio y al mejoramiento consciente de las condiciones de vida". Por tal motivo, la educación para la salud cuenta con diversos métodos para llegar a la población, algunos de los cuales se tienen que emplear si queremos aplicar una "metodología participativa".9
La OMS clasifica estos métodos en dos grandes grupos con base en la relación que se establece entre el educador y el educando:10
- 1. Los métodos bidireccionales son aquéllos en los que existe un intercambio activo entre el educador y el educando (la educación individual: el diálogo; en la educación grupal: la discusión grupal.)
- 2. Los métodos unidireccionales, donde el receptor del mensaje no tiene la posibilidad de responder o solicitar aclaraciones sobre el contenido (un mensaje de salud bucal transmitido por los medios masivos de comunicación radio, televisión, periódicos, etcétera).
La propuesta de Salleras, quien plantea otra clasificación organizando los métodos en dos grandes grupos: directos e indirectos con base en la relación de cercanía o distancia en tiempo y/o espacio entre el educador y el educando.10
En los métodos directos existe un contacto directo entre el educador y el educando a través del diálogo. Esta comunicación puede ser bidireccional empleada en la educación individual o grupal con o sin apoyo de medios auxiliares audiovisuales.11,12
En los métodos indirectos existe una distancia en tiempo y/o espacio entre el educador y el educando y se hace uso de la palabra hablada, escrita o la imagen a través de algún medio técnico (medio de comunicación). Se utilizan para transmitir información a un gran número de personas. Sin embargo, para Smyth y Fernández, debido a que no existe un intercambio de información en estos métodos, tienen poca capacidad de modificar conductas.12
Existen tres diferentes niveles de acción de la educación para la salud:13 1) nivel masivo que es la intervención que se utiliza cuando es necesario cambiar conductas o actitudes muy arraigadas en la población en general; 2) nivel grupal, dirigida a grupos homogéneos de personas para abordar determinados problemas o aspectos de su salud como el grupo materno-infantil, niños, adolescentes, pacientes especiales, etc.; y 3) nivel individual, donde la intervención es dirigida sólo a una persona para abordar un problema o aspecto determinado de su salud.
La educación para la salud cuenta con seis campos de acción: la familia, la escuela, la comunidad, el trabajo, el consultorio y las universidades.14-17 Se educa en salud a la familia, considerando la edad de cada uno de los miembros, ya que tienen necesidades educativas diferentes de acuerdo con las distintas etapas de su vida.15 La escuela es el ambiente perfecto para educar en salud, ya que los estudiantes son niños y adolescentes que atraviesan etapas en las que es más fácil adoptar nuevos comportamientos.15 En la comunidad, las agrupaciones de vecinos, líderes de la comunidad, medios de comunicación, centros de salud y consultorios particulares participan a través de los programas de salud para inculcar hábitos positivos, motivar el abandono de conductas nocivas e incentivar a los pobladores a tomar parte activamente en la toma de decisiones que afecten a la salud de su comunidad.16 Respecto al medio laboral, es razonable surjan programas de educación para la salud relacionados directamente con los métodos de prevención frente a los riesgos del trabajo, pero también programas para cuidar mejor la salud en general de los trabajadores.16 Es de especial importancia para el presente escrito el hecho de que el personal de salud en el consultorio educa diariamente a la población al explicar a cada paciente los cuidados que debe tener para su salud, las medidas preventivas frente a diferentes enfermedades o los alimentos adecuados para una dieta saludable. En otras palabras, los profesionales en sus consultas privadas son también "educadores sanitarios activos".17 También se puede incorporar la temática de la educación para la salud al ámbito académico o universitario con la finalidad de que los estudiantes valoren el cuidado de su salud y se fortalezca la participación de todos los miembros de la comunidad universitaria en la construcción social de la salud.17
La educación para la salud en odontología es una combinación de experiencias planeadas de enseñanza y aprendizaje diseñadas para propiciar acciones voluntarias que conducen a la salud bucal. Orienta a la persona a cuidar y valorar sus estructuras bucales mediante la asimilación, interiorización y práctica de hábitos correctos, evitando situaciones y comportamientos de riesgo.18,19
En conclusión, la educación para la conservación de la salud bucal es una función social, contribuye a la conservación del grupo humano haciendo que la persona cuide y valore su salud mediante la asimilación, interiorización y práctica de comportamientos saludables. Todas las teorías y modelos de educación para la conservación de la salud bucal son importantes. Podemos combinarlos para llegar de mejor manera a nuestra población objetivo y lograr el fin deseado. La educación para la conservación de la salud bucal en países en vías de desarrollo como el nuestro es fundamental debido a la alta incidencia de enfermedades en la cavidad bucal entre las que resalta la caries dental y la enfermedad periodontal. Su objetivo debe ser disminuir los factores de riesgo de tipo conductual. La educación para la conservación de la salud bucal contribuye de manera favorable en la formación profesional de los estudiantes universitarios, ya que refuerza sus conocimientos sobre salud bucal, los ayuda a comprender la realidad del otro y a desarrollar actitudes de comunicación para llegar a los demás, alcanzando con ello las competencias que todo odontólogo debe tener.
REFERENCIAS (EN ESTE ARTÍCULO)
Quiñones Ybarría ME, Ferro Benítez PP, Martínez Canalejo H, Salamanca Villazón L, Felipe Torres S. Algunos factores coadyuvantes del bienestar del niño y su relación con la salud bucal. Rev Cubana Estomatol [Internet]. 2008; 45 (3-4). Disponible en: http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0034-75072008000300002&lng=es
AFILIACIONES
1 Cirujano Dentista, FES Iztacala.
CORRESPONDENCIA
Nataly Bolaños Saavedra. E-mail: natalybs239@gmail.com