Boletín del Colegio Mexicano de Reumatología
     
  Vol. 1 No. 2
Abril de 2003
 

 

 

 

     

 

CONTENIDO

 

 

Editorial
La importancia de una economía sana

Colegiación Una decisión inaplazable

Consejo Mexicano de Reumatología, AC

Cartas al presidente

Publicaciones recientes de miembros del Colegio Mexicano de Reumatología

Corrigendum

Addendum

1st Mexican International Meeting on Osteoarthritis Convention Center of National Center of Rehabilitation. Mexico City

 
Sección del Comité de Enseñanza e Investigación
 

Reflexiones acerca de la investigación clínica en reumatología

Estas reflexiones tienen cómo objetivo llamar la atención acerca de la importancia de la investigación clínica en reumatología y cómo podemos fomentar su desarrollo.

Un tema que ha sido recurrentemente comentado por algunos reumatólogos, es ¿sí existe o no una crisis en la investigación clínica en reumatología?

En estas reflexiones quisiera partir de algunas observaciones respecto al contexto general de la investigación en México, para luego enfocarme hacia una visión personal de la investigación en la reumatología clínica mexicana y por último comprometer mi visión a una posible búsqueda de estrategias para incrementar la investigación en nuestra área.

En la última década en nuestro país el llamado "plan para el desarrollo de la investigación clínica" ha dominado los pronunciamientos en las instituciones de salud. Sin embargo, tales discursos parecen difíciles de ser cumplidos ante una realidad de disminución de los recursos encaminados a la salud, además de que las instituciones parecen estar más preocupadas por producir tecnología que ciencia.

¿Pero cómo es esto?

La ciencia no es lo mismo que la tecnología. Podemos definir a la ciencia como el conjunto de conocimientos ordenados y sistematizados generados por el método científico, en tanto que la tecnología es la aplicación práctica de dicho conocimiento científico.

De acuerdo con Mario Bunge,1 si bien, la tecnología es importante para una sociedad no debemos olvidar que ésta nutre sus conocimientos de la ciencia. La investigación científica constituye por tanto el fundamento de la tecnología al brindarle la información que requiere para modificar la realidad. Un país como el nuestro para tener un mayor progreso, no sólo en el renglón de salud sino en cualquier otra área deberá propiciar la investigación científica y no sólo el desarrollo tecnológico.

¿Pero qué ha sucedido en México con la producción de ciencia?

En realidad ésta puede ser mostrada desde dos puntos de vista distintos y antagónicos. Algunos consideran la producción nacional como escasa y poco importante. Mientras otros (quizá los menos) la consideran intensa y fructífera. Este antagonismo se debe a que ambos grupos de opinión ven dos caras distintas de un mismo objeto. Echemos un breve vistazo hacia algunos datos.

En un censo del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología,2 México generó en 2000 un 0.64% de todas las publicaciones en revistas científicas, en tanto que los Estados Unidos generaron alrededor de una tercera parte de la producción científica. Aunque este porcentaje es casi el doble de la proporción de publicaciones de 1994,3 México genera menos producción que Brasil y ni hablar de países europeos que cuentan con mucha menor población. Estos datos brindan un estandarte para aquellos que hablan de la pobre productividad de la ciencia nacional.

Sin embargo, en contraposición, en la actualidad en México sólo hay alrededor de 8,000 investigadores registrados en el Sistema Nacional de Investigadores,4 en comparación a Brasil donde existen alrededor de 50,000 investigadores y en España donde hay más de 115,000.

Si estos datos no son suficientes para ver el gran esfuerzo que realizan los científicos en México, habrá que observar de acuerdo a Yolanda Ruiz el valor acumulado de infraestructura física, tecnológica y científica, México tiene aproximadamente 6 mil millones de dólares destinados al campo científico, mientras que Brasil tiene 14 mil millones.

De tal manera que a pesar de los esfuerzos, nuestro país cuenta con pocos científicos y con infraestructura insuficiente para satisfacer las demandas de crecimiento.

Ahora bien, del total de investigadores reconocidos en el año 2000 por el Sistema Nacional de Investigadores (SNI), el 10% corresponde al área de medicina y ciencias de la salud con 765 investigadores.4

¿Cómo se inserta la investigación en Reumatología en este contexto?

En un panorama general del total de 472 reumatólogos certificados, según el censo de CONACYT alrededor del 7.8% son miembros del SNI. Esta cifra contrasta fuertemente con el panorama general de la medicina nacional donde menos del 1% de los médicos certificados pertenecen al sistema de investigación.

¿Con esa mayor proporción de investigadores, podemos considerar que la producción por éstos es la suficiente?

Examinemos un poco las publicaciones de reumatología.

Si revisamos los artículos originales de los últimos 5 años, de tan sólo una revista muy socorrida por los reumatólogos mexicanos como es The Journal of Rheumatology, sólo el 1.1% de los artículos originales fueron producidos por reumatólogos mexicanos, aunque esto fue suficiente para un doceavo lugar que está por arriba de casi todos los países latinoamericanos.

¿Podemos entonces afirmar que la producción científica en reumatología es suficiente?

Yo considero que la respuesta es tajantemente no. Alcanzar una satisfacción en estos momentos significaría dejar de crecer, al contrario es necesario incrementar no sólo el número, sino también el impacto en salud de nuestras publicaciones. Pero además, se necesita mayor número de reumatólogos que hagan más y mejor investigación.

¿Pero por qué razón requerimos hacer más investigación?

He aquí algunos de los muchos puntos a favor de hacer investigación:

 

1. Si queremos que la sociedad y el estado tomen más en cuenta a las enfermedades reumáticas, debemos de hacer investigación en reumatología con nuestros pacientes.

Ninguna estadística extranjera impactará a la sociedad tanto como la información nacional. Esta información no podemos dejarla sólo en manos de epidemiólogos que tradicionalmente consideran poco interesante a la reumatología, por lo que es el reumatólogo quien debe contribuir a mejorar la información que se tiene de las enfermedades reumáticas.

2. Continuamente pueden presentarse diferencias sustanciales entre las características de las cuales hace referencia una publicación, con respecto a nuestra propia población. Sólo por mencionar algunas de estas diferencias podemos encontrar aquéllas de carácter genético, racial, sociocultural, económicas, de expresión clínica de una enfermedad y de susceptibilidad a medicamentos. Debemos evaluar mediante estudios de investigación en nuestra propia población los resultados de guías diagnósticas, tratamientos, pronósticos, así como diseñar estrategias de atención propias a nuestro contexto sociocultural.

3. Hacer investigación implica dejar de ser simples consumidores de información para transformarnos en generadores de conocimiento que sea útil para la sociedad. Es pues un beneficio para nuestros pacientes, pero también, para otros pacientes con características similares a los nuestros el que el reumatólogo obtenga información propia que vaya a ser de utilidad en algunas de las fases del proceso de atención médica.

4. La investigación nos hace mejores profesionales de la medicina, al confrontar nuestra realidad con nuestras limitaciones de conocimiento y poner en práctica la metodología adecuada para resolver algunas de estas limitaciones. La investigación nos compromete con nosotros mismos y con nuestro equipo de trabajo a crecer y buscar la solución de problemas y a trabajar en equipo en pos de una meta común.

5. Además es necesario que continúen surgiendo nuevos investigadores. Los reumatólogos más jóvenes no debemos ser tomados como relevo, sino más bien como una modesta pero impetuosa continuación de la amplia trayectoria de investigación de nuestros maestros.

6. Hacer investigación por mejorar económicamente, no parece ser un motivo para la gran mayoría de nosotros, ya que la investigación no es bien pagada como en otros países y los estímulos económicos son más bien escasos. Sin embargo, existen otras compensaciones de índole personal-profesional y algunas universidades, instituciones y centros privilegian el trabajo de investigación.

¿Cuál compromiso adquiere el reumatólogo que decide hacer investigación clínica?

En mi opinión aquel que se compromete a ser investigador clínico, tiene que transformarse a su vez en docente y continuar con la asistencia. De poco sirve la investigación aislada que no es comunicada a los demás, así de poco sirve a la investigación aquel que no enseña a otros parte de sus conocimientos y de la mística por la investigación. Además, ¿de qué lugar puede surgir una fuente más rica para generar preguntas que del trabajo clínico con el paciente?, y ¿dónde evaluar mejor los resultados de la información generada que en la propia atención del paciente?

Así, en la reumatología la investigación clínica realmente está insertada en el trabajo diario asistencial y en la docencia. Un investigador enseña a sus residentes a creer y amar la investigación. El investigador estimula a otros para generar ideas, los orienta y capacita para buscar la mejor forma de buscar soluciones a sus preguntas y se conoce copartícipe de una obligación de trabajo en equipo.

La investigación no parece ser un camino difícil si existe la necesidad e interés de hacerla, es más difícil tomar un papel pasivo e impávido ante las preguntas que no podemos resolver esperando que otros las resuelvan.

Algunos logros de la reumatología mexicana en incrementar el deseo de hacer investigación son tangibles. Cada año el número de reumatólogos que se dedica a la investigación se ha incrementado, la actividad científica en nuestra Sociedad de Reumatología (hoy Colegio) es intensa a pesar de la disminución de apoyos e infraestructura (esta actividad puede verse en Congresos y en publicaciones).

Sugerencias

Debemos decidir si nos comprometemos a hacer investigación y a fomentarla en otros.

1. Considero que el Colegio necesita analizar la realización de programas estructurados en los que se incluya la investigación, como uno de los pilares de la enseñanza de los reumatólogos en formación.

2. También es necesario crear un fondo de apoyo por nuestro Colegio para aquellas investigaciones que se consideren útiles y prioritarias.

3. Desarrollar un programa de becas en investigación para aquellos reumatólogos motivados con potencial para desarrollar la investigación mexicana.

4. Considerar una mayor interacción entre reumatólogos interesados en hacer investigación, para llevar a cabo trabajos multicéntricos e interinstitucionales.

La tarea de un reumatólogo en investigación no debe terminar al obtener un título o lograr una tesis. Esta tarea apenas comienza y debe ser complemento de la asistencia y la docencia durante su vida profesional. Para lograr esto necesitamos fomentar en el residente y en nuestros colegas el deseo de hacer investigación y revalorar su papel ante los retos de nuestra profesión.

1. Bunge M. La Ciencia su método y su filosofía. Ediciones siglo XX Buenos Aires. Decimoséptima edición 2000.

2. Estadísticas de publicaciones de CONACYT año 2000.

3. Gibbs WW. Lost Science in the third world. Scientific American. 1995(August): 76-85

4. Base de Datos del Sistema Nacional de Investigadores 1991-2000.

 

Dra. Laura González López

Reumatóloga, Investigador I SNI. Hospital Regional 110, IMSS. Guadalajara, Jalisco. México

     
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