Tabla 1: Alteraciones que pueden presentarse

posterior a infección por COVID-19.

Respiratorias

Disnea, engrosamiento intersticial, bronquiectasias, patrón restrictivo leve a moderado, debilidad de músculos respiratorios

Cardiacas

Arritmias, miocarditis, hipotensión, insuficiencia cardiaca

Neurológicas

Cefalea, mareo, deterioro cognitivo, enfermedad cerebrovascular, epilepsia, hipogeusia e hiposmia crónicas, neuralgia, encefalitis, encefalopatía necrosante aguda, mielitis postinfecciosa que condiciona parálisis flácida de miembros inferiores, polineuropatía, miopatía

Óseas y

neuromusculares

Debilidad, hipo y atrofia muscular, disminución de la densidad mineral ósea (sobre todo en hospitalizados más de un mes), síndrome de fatiga crónica postviral similar a la fibromialgia, miopatía, dolor crónico, osificación heterotópica

Psicoemocionales

Fatiga, ansiedad, depresión, alteraciones en el sueño, elevados niveles de angustia, trastorno de estrés postraumático, psicosis

Hematológicas

Anemia, linfocitopenia, trombocitopenia, leucopenia trombosis venosa profunda, embolia pulmonar, accidente vascular cerebral isquémico, tromboembolismo venoso, hipercoagulabilidad

Endocrinas

Diabetogénesis, hiperglucemia crónica

Sistémicas

Disminución del apetito, pérdida de peso, fatiga, alteraciones en el sueño, insuficiencia hepática crónica. Piel reseca, úlceras por presión, deterioro inmunológico