2001, Número 1
Cir Gen 2001; 23 (1)
Transfusión, cirugía y Testigos de Jehová
Vázquez OR, González C, Gallo RM, Arroyo BG, Cervantes F
Idioma: Español
Referencias bibliográficas: 6
Paginas: 60-63
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FRAGMENTO
Desde el descubrimiento por Landsteiner del sistema de grupo sanguíneo ABO se hizo posible la transfusión sanguínea sobre una base razonablemente fundamentada, al evitar aquellos casos de incompatibilidad mayor que se observaban antes de este conocimiento, convirtiéndose en un coadyuvante valiosísimo en el tratamiento de una gran variedad de enfermedades médicas y quirúrgicas. Al paso del tiempo, sin embargo, se fueron conociendo diversos problemas asociados a la utilización de la sangre, entre los que se pueden enumerar, las incompatibilidades por isoinmunización o por error en la determinación de la prueba cruzada, la transmisión de algunas enfermedades virales, parasitarias y bacterianas, (tales como paludismo, sífilis, virus de las hepatitis y el virus de la inmunodeficiencia humana VIH-SIDA, etc.). Además, ahora se conoce que la transfusión puede deprimir momentáneamente la función inmunitaria e incluso la eritropoyesis. Estas experiencias negativas y sobre todo el conocimiento de las indicaciones precisas de la transfusión sanguínea han dado lugar a un cambio de actitud, respecto a ésta. En los sesenta todos los maestros nos alentaban a la administración de sangre, aún más allá de la necesidad precisa. Ahora en cambio, ante los diversos riesgos y lo señalado en la precisión de las indicaciones, nos empeñamos en limitar todo lo posible la utilización de este recurso.REFERENCIAS (EN ESTE ARTÍCULO)