2019, Número 1
Rev Med Inst Mex Seguro Soc 2019; 57 (1)
Respuesta al comentario sobre el artículo “Zika, ¿enfermedad afebril?”
del Carpio-Orantesa L
Idioma: Español
Referencias bibliográficas: 3
Paginas: 7-8
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RESUMEN
La difusión casi inmediata, tanto en Asia como en América Latina, de las observaciones clínicas en pacientes infectados por el virus del Zika ha permitido una transmisión de información oportuna y útil en la atención médica. Desde la propagación del virus en México así ha ocurrido: la experiencia publicada por estudiosos del sur de Asia ha motivado que nos sumemos al estudio del virus en aras de ofrecer mejores servicios de salud.Apreciados Beuy Joob y Viroj Wiwanitkit, agradecemos su interés en nuestros trabajos de investigación y documentales. En esta ocasión aprovecho la oportunidad de ofrecer una réplica a la carta publicada recientemente,1 acerca del trabajo que hemos venido desarrollando desde 2016, año en que el virus del Zika colonizó México y tuvimos las primeras experiencias y vivencias científicas con el devenir de este virus. Inicialmente fueron documentados los casos de síndrome de Guillain-Barré asociado a la pandemia americana de Zika.
Como comentan, en su entorno el virus Zika es endémico y conocen el cuadro clínico, desde casos asintomáticos de portadores del virus, pacientes con cuadros febriles y afebriles (como lo referido en el artículo sobre el que hacemos la réplica), y casos complicados con cuadros neurológicos diversos que hacen fehaciente el neurotropismo del virus Zika.
A tres años de la colonización que sufrimos por el virus Zika, aún quedan muchas incógnitas por descifrar. Cuando se identificó el primocontacto, nos declaramos ignorantes sobre el tema; después, cuando se objetivaron los síntomas que se salían de la clásica definición de arbovirosis o infecciones virales transmitidas por vector, hubo un parteaguas para quienes estudiamos estos casos por primera vez y las experiencias asiáticas (como la de ustedes) y las sudamericanas (primeras tierras receptoras del virus en el nuevo continente) han sido trascendentes en nuestro aprendizaje. El carácter asintomático o afebril de esta enfermedad arboviral generó el debate que nos invitó a escribir el documento que ustedes comentaron,3 en un intento por divulgar tales características.
La experiencia que ustedes refieren sobre el virus Zika en el sudeste asiático (muy parecido a las grandes extensiones selváticas y boscosas de Latinoamérica) es de gran valía en la observación de las manifestaciones atípicas o desconocidas que a nosotros nos llamaron fuertemente la atención. Para ustedes es algo común y cotidiano, algo que ahora en nuestra propia experiencia y tras tres años de estudio, ya asimilamos y aplicamos en la práctica clínica diaria. Esto también nos hace estar expectantes ante nuevos casos de estos arbovirus que tienden, con el paso del tiempo, a volverse endémicos de toda América.
El virus Zika todavía genera sorpresas como los casos asociados al síndrome de Guillain-Barré y a la microcefalia hoy denominado Síndrome Congénito por Zika), o por sus diversas vías de transmisión, incluida la de persona a persona sin mediar un vector conocido o, hablando de vectores, su habilidad de emplear vectores distintos a los del género Aedes, lo que le confiere una mayor virulencia y patogenicidad, por lo cual demanda una vigilancia permanente.
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