Rosenblueth M, Martínez-Romero J, Ramírez-Puebla ST, Vera-Ponce de León A, Rosas-Pérez T, Bustamante-Brito R, Rincón-Rosales R, Martínez-Romero E

Idioma: Ingles.
Referencias bibliográficas: 0
Paginas: 53-69
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RESUMEN

Parte del éxito evolutivo y ecológico de los insectos se atribuye a las bacterias y hongos asociados a ellos que amplían sus capacidades metabólicas o les permiten resistir estrés o parasitosis. Las asociaciones posiblemente se originaron hace cientos de millones de años y el resultado es una interdependencia que, en algunos casos, insecto y bacteria no pueden existir separadamente, lo que ha llevado a una reducción significativa de los genomas de los simbiontes bacterianos y a la transferencia por vía materna de éstos a la progenie. Recientemente, el estudio de los simbiontes de insectos ha cobrado gran interés y se han identificado algunas de sus funciones biológicas dentro de los hospederos. Los insectos escama o cochinillas se alimentan de la savia de las plantas, por lo que requieren simbiontes para compensar las deficiencias de su dieta, rica en carbono pero pobre en compuestos nitrogenados. Algunas de las plagas más agresivas de los cultivos agrícolas son los insectos escama. En este artículo revisamos los simbiontes de la cochinilla del carmín y de la laca, de gran interés comercial y artesanal. En las cochinillas que se estudiaron encontramos diversas comunidades microbianas con la capacidad de sintetizar aminoácidos, vitaminas, fijar nitrógeno o reciclar los productos de desecho del metabolismo nitrogenado.