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Arch Neurocien 2016; 21 (3)
Idioma: Español
Referencias bibliográficas: 21
Paginas: 25-28
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FRAGMENTO
No solo por dar nombre a un grupo de rock pop (Glutamato Ye-Yé) es que el glutamato puede resultar controversial. La información que está disponible para la población es una mezcla de su relevancia para la alimentación con sus efectos neurológicos, lo que genera opiniones encontradas sobre su consumo.
Al glutamato se le atribuye el efecto de potencial el sabor de la comida y aumentar el apetito al generar un sabor único, el quinto sabor, conocido como umami (del japonés “sabroso”) por lo que suele agregarse a los alimentos. Pero a su consumo se le atribuye el llamado “síndrome del restaurante chino” caracterizado por una sensación de “quemazón en la nuca, opresión en el pecho, náuseas y abundante sudoración”, entre otras manifestaciones, aunque no hay evidencia concluyente de que sea la causa.Debido a esto, ha sido blanco de algunas teorías de conspiración que consideran que una asociación de “fabricantes y procesadores de comida que usan el aditivo, fue creada para manipular los puntos de vista de los políticos y la gente acerca de la seguridad del GMS (glutamato monosódico), y proteger sus intereses”, teorías que cuentan con su propio sitio en internet (www.msgtruth.org). Entre ellas, unas parecen más verdaderas que otras pero, ciertamente, hay evidencias de su relación con la obesidad.Además, junto con aspartato y cisteína es uno de los protagonistas del libro “Excitotoxinas: el sabor que mata”, publicado en 1994 por el neurocirujano
Russel Blaylock.El libro representa un buen ejemplo de la raíz de esta controversia: la confusión entre los efectos del glutamato en el sistema nervioso (que, en efecto, incluyen a la excitotoxicidad) con las consecuencias de su consumo en los alimentos.De hecho, los efectos neurotóxicos causados por la inyección sistémica de glutamato, que pueden llegar a la muerte neuronal, no se reproducen agregando dosis altas en la dieta. Excepto el daño a la retina, que sí puede observarse por consumo de grandes cantidades del aminoácido.
De este modo, el papel estelar del glutamato en trastornos neurológicos y psiquiátricos puede verse opacado a los ojos del público general pero, aún con esto, el glutamato sigue siendo el neurotransmisor que ha logrado, como quizás ningún otro, ponerse a la par de la dopamina en la vanguardia de las teorías sobre la fisiopatología de la esquizofrenia.
REFERENCIAS (EN ESTE ARTÍCULO)
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