2003, Número 4
Dermatología Cosmética, Médica y Quirúrgica 2003; 1 (4)
El balance necesario
Kerdel-Vegas F
Idioma: Español
Referencias bibliográficas: 2
Paginas: 254-255
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FRAGMENTO
Curar la enfermedad, prevenirla, aliviar al doliente, consolar a quien sufre, son funciones atribuidas al médico desde tiempos inmemoriales, ciertamente desde que Hipócrates de Cos (460-377 a. n. e.), hace 2 500 años, legara a los médicos las normas fundamentales de comportamiento y ética, que desde entonces rigen nuestra profesión.La quimera de la eterna juventud ha sido siempre uno de esos sueños inalcanzables, y en esa lucha en que la vanidad humana se empeña por ocultar el paso de los años, la piel (especialmente la piel del rostro) es el órgano de más fácil observación –el órgano de presentación, como lo llamara Marcial Quiroga–, cuyo examen, de un rápido vistazo, permite proveernos de información más o menos precisa sobre la edad de la persona y del buen cuidado (o maltrato) que ha dado a su piel.
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