2014, Número 3
<< Anterior Siguiente >>
Rev Mex Periodontol 2014; 5 (3)
Injerto de la tibia
Ongay SE, Morales TB, Fandiño TLA, Montes de Oca ZA
Idioma: Español
Referencias bibliográficas: 20
Paginas: 106-112
Archivo PDF: 405.26 Kb.
RESUMEN
Antecedentes: Por su mecanismo biológico, el uso único o combinado de autoinjertos es el estándar de oro en las técnicas más comunes de regeneración (regeneración ósea guiada, distracción ósea e injertos). Esto se debe al potencial osteogénico derivado de las células precursoras de osteoblastos presentes en el trasplante. El injerto de tibia representa una buena opción por contener una cantidad conveniente de hueso medular con abundante número de células viables; muestra una baja morbilidad respecto a secuelas y proporciona una gran supervivencia del hueso trasplantado.
Objetivo: Presentar en un caso clínico la eficacia del injerto de tibia con un defecto mayor a 2 cm, con buenos resultados por sus propiedades osteogénicas y su baja morbilidad secundaria.
Caso clínico: Paciente femenino de 50 años, con defecto clase III de Seibert en zona de 46 y 47, en quien se coloca un injerto proveniente de tibia, para la posterior colocación de dos implantes. Se ejecutó un acto quirúrgico con la participación de dos cirujanos maxilofaciales, uno para atender la zona donadora y otro para colocar el injerto de tibia.
Resultados: Clínicamente, a los seis meses se observó una ganancia horizontal de aproximadamente OD 46 de 7 mm y en OD 47 de 10 mm. La valoración postquirúrgica fue por medio de una tomografía; se reportó un incremento del reborde alveolar en la zona del OD 46 de 6.4 mm, mientras que en OD 47 lo fue de 8.4 mm. Las secuelas no fueron otras que presión en la zona de la tibia durante la primera semana postquirúrgica y un oscurecimiento de la piel circundante de la herida.
Conclusión: El injerto de tibia es una cirugía ambulatoria con múltiples ventajas, como asegurar una mayor aceptación del injerto por el hecho de contener una vasta cantidad de hueso esponjoso, además de presentar una baja morbilidad en los pacientes. Las complicaciones más reportadas son equimosis, dolor postoperatorio y una cicatriz a largo plazo.
REFERENCIAS (EN ESTE ARTÍCULO)
Atwood DA. Reduction of residual ridges: a major oral disease entity. J Prosthet Dent. 1971; 26: 266-279.
Atwood DA, Coy WA. Clinical, cephalometric, and densitometric study of reduction of residual ridges. Journal of Prosthetic Dentistry. 1971; 26: 280-295.
Romero RJF, Reyes VJO. Injertos óseos: revisión bibliográfica. Med Oral. II: 2000; II (4): 114-118.
McAllister BS, Haghighat K. Bone augmentation techniques. J Periodontol. 2007; 78 (3): 377-396.
Tolman DE. Reconstructive procedures with endosseous implants in grafted bone: a review of the literature. Int J Oral Maxillofac Implants. 1995; 10: 275-294.
Zouhary K. Bone graft harvesting from distant sites: concepts and techniques. Oral Maxillofac Surg Clin North Am. 2010; 22: 301-316.
Crespi R, Mariani E, Benasciutti E, Capparè P, Cenci S, Gherlone E. Magnesium-enriched hydroxyapatite versus autologous bone in maxillary sinus grafting: combining histomorphometry with osteoblast gene expression profiles ex vivo. J Periodontol. 2009; 80: 586-593.
Seibert JS. Reconstruction of deformed, partially edentulous ridges, using full thickness onlay grafts. Part I. Technique and wound healing. Compend Contin Educ Dent. 1983; 4: 437-453.
Clavero J, Lundgren S. Ramus or chin grafts for maxillary sinus inlay and local onlay augmentation: comparison of donor site morbidity and complications. Clin Implant Dent Relat Res. 2003; 5: 154-160.
Misch CM. Comparison of intraoral donor sites for onlay grafting prior to implant placement. Int J Oral Maxillofac Implants. 1997; 12: 767-776.
Elena de V, Domínguez M. Distracción ósea vs Injerto en bloque. Gaceta Dental. 2011; 226: 84-99.
Hammack BL, Enneking WF. Comparative vascularization of autogenous and homogenous bone transplants. J Bone Joint Surg Am. 1960; 42: 811-817.
Enneking WF, Eady JL, Burchardt H. Autogenous cortical bone grafts in the reconstruction of segmental skeletal defects. J Bone Joint Surg Am. 1980; 62: 1039-1058.
Fu JH, Wang HL. Horizontal bone augmentation: the decision tree. Int J Periodontics Restorative Dent. 2011; 31 (4): 429-436.
Chen YC, Chen CH, Chen PL. Donor site morbidity after harvesting of proximal tibia bone. Head Neck. 2006; 28(6): 496-500.
Anuradha Navaneetham, Jeevan A Chokanda, Shweta Bhatnagar. Reconstruction of post-traumatic anterior maxillary osseous deficits, using corticocancellous tibial graft in preparation for implant rehabilitation. International Journal of Oral Implantology and Clinical Research. 2011; 2 (1): 25-29.
Gupta A, Shah N, Patel T, Grauer J. Perioperative and long-term complications of Iliac crest bone graft harvesting for spinal surgery: a quantitative review of the literature. Int Med J. 2001; 8: 163-166.
Jakse N, Seibert FJ, Lorenzoni M, Eskici A, Pertl C. A modified technique of harvesting tibial cancellous bone and its use for sinus grafting. Clin Oral Implants Res. 2001; 12: 488-494.
Clavero A, Clavero B. Regeneración del proceso alveolar: injertos óseos, Revista Española de Cirugía Oral y Maxilofacial, 2002; 24: 285-297.
Proussaefs P, Lozada J. The use of ramus autogenous block grafts for vertical alveolar ridge augmentation and implant placement: a pilot study. Int J Oral Maxillofac Implants. 2002; 17: 238-248.