2010, Número 4
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Rev Mex Neuroci 2010; 11 (4)
Angioma cavernoso de los nervios craneales: Manejo quirúrgico, resultados y complicaciones
Díaz CA, Zottis GC, Rehder R, Borba LAB
Idioma: Español
Referencias bibliográficas: 32
Paginas: 258-268
Archivo PDF: 411.22 Kb.
RESUMEN
Introdu cción: Las mal formaciones cavernosas cerebrales (angioma cavernoso o cavernomas) también denominadas malformaciones vasculares angiográficamente ocultas, tienen una incidencia de 0.3 a 0.5% y constituyen 10 a 20% de todas las malformaciones vasculares. La mayoría se presentan en el compartimento supratentorial (80%), seguido del compartimento infratentorial (15%) y la médula espinal (5%). El angioma cavernoso es poco frecuente en los nervios craneales.
Objetivo: Analizar las técnicas quirúrgicas, resultados y complicaciones del manejo de los angiomas cavernosos que afectan a los nervios craneales.
Método: Se revisó el expediente clínico de cinco pacientes con el diagnóstico de angioma cavernoso de localización en tracto óptico, nervio óptico, nervio motor ocular común, nervio trigémino y nervio motor ocular externo. Se obtuvieron datos de sitio de la lesión, síntomas, abordaje quirúrgico, resultado y complicaciones.
Resultados: Los nervios craneales involucrados en los cinco pacientes (dos mujeres de 19 y 40 años; tres hombres de 35,46 y 56 años) fueron tracto óptico, nervio óptico, motor ocular común, trigémino y motor ocular externo. La manifestación clínica en la afección del tracto óptico y del nervio óptico fue disminución en el campo visual; en la afección del nervio motor ocular común fue diplopía; en la afección del trigémino fue cefalea e hipoestesias en hemicara, mientras que la afección del motor ocular externo se manifestó con diplopía. Las lesiones de localización en el tracto óptico, nervio óptico y motor ocular común se abordaron por craneotomía orbitozigomática y las de localización en el nervio trigémino y nervio motor ocular externo por craneotomía retrosigmoidea extendida. Todas las lesiones se removieron en su totalidad, sin complicaciones. La sintomatología en todos los casos mejoró en el posquirúrgico, excepto en el caso de localización en el nervio motor ocular común, el cual presentó afección completa del tercer nervio craneal como secuela, mismo que se recuperó después de un mes.
Conclusión: Los angiomas cavernosos que involucran a los nervios craneales son lesiones poco frecuentes, las características radiológicas son sugestivas pero no diagnósticas; el diagnóstico definitivo requiere la exploración quirúrgica y análisis de la lesión. La resección completa en pacientes sintomáticos es la mejor opción para evitar incremento de la sintomatología y recidiva de la lesión, considerando que la misma se puede realizar con seguridad y al mismo tiempo preservar la función del nervio craneal.
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