2007, Número 6
Rev Mex Neuroci 2007; 8 (6)
La autocognición, su importancia en las neurociencias clínicas
Salín-Pascual RJ
Idioma: Español
Referencias bibliográficas: 31
Paginas: 586-594
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RESUMEN
Para los neurobiólogos contemporáneos, la actividad mental que produce el cerebro va delante de todo lo que podemos observar, sea ésta consciente o no. Por ejemplo, una función del cerebro es predecir, esto significa que la realización de un movimiento se planea y ejecuta la mayoría de las veces sin mucha información previa. Se tiene clara idea de que la información que llega de los receptores sensoriales al tálamo es menos a 10%. Todo lo cual lleva a proponer que el cerebro va adelante en sus procesos de dirección coordinación, tal como lo haría un director de orquesta. El mismo proceso de información sensorial es conceptualizado como dinámico y de elaboración, recreación complementación de lo que supone el cerebro que debe de ir o ocupar sitios sin información. A este proceso se le conoce como Enactivar. Alva Noë, pone como ejemplo la visión, la hipótesis de que el ojo funciona como una mera cámara fotográfica, lo cual es totalmente inexacta. El ejemplo más acabado de lo anterior lo constituye la llamada “ceguera experimental”, en donde la vía visual y retina están intactas, pero el cristalino ya sea por cataratas congénitas o adquiridas (fibroplasia retro lenticular), la bloquea por completo. Al ser sustituido el lente bicóncavo por uno artificial, quienes ya están en edad de hacer una narración colorida de lo que ven, muestran que no basta tener íntegra la vía visual para completar el fenómeno complejo de mirar. Los neurobiólogos clínicos tiene que volver a familiarizarse con la filosofía, ya que ésta funciona como un organizador del conocimiento, no sólo el científico, importante, delicado, preciso, sino también el de todos los días, el conocimiento del sentido común, que nos rige en la vida diaria. El sueño es una conducta activa, que reduce la información del medio ambiente. Esto no implica que exista un punto en el cual el cerebro esté “apagado”. Hay actividad mental en los diferentes estadios de sueño. La actividad mental durante el sueño de breves episodios sicóticos, en donde presentamos en ocasiones autoscopia, es decir, vernos fuera de nuestro cuerpo. Este fenómeno resulta ser muy claro en una alteración del sueño que se conoce como narcolepsia, la cual se caracteriza por la tétrada de ataques de sueño, cataplexia (atonía muscular súbita, vinculada a emociones) parálisis de sueño y alucinaciones hipnapómpicas e hipnagógicas. El sueño es una conducta compleja, la cual está dividida en dos grupos: Sueño sin movimientos oculares rápidos y sueño de movimientos oculares rápidos (SMOR). En la fase de sueño No-MOR o sueño lento no hay autocognición, pero sí actividad mental. En trabajos utilizando EEG de alta densidad y estimulación magnética transcraneal hay una fragmentación de la conducción del impulso nervioso, que se distribuye en toda la corteza cerebral, no ocurre lo mismo cuando la persona está en sueño No MOR. Por lo que se concluye que éste último es el resultado emergente de la integración de la corteza cerebral, con dos áreas claves: corteza frontal y parieto-occipital del lado derecho y probablemente otras áreas. En neuropsiquiatría se tienen numerosas enfermedades en donde el cortejo sintomático se puede integrar en fallas de la autocognición, destacan la anorexia nervosa, las dismorfofobias, el autismo, trastorno obsesivo compulsivo, esquizofrenia, entres otras.REFERENCIAS (EN ESTE ARTÍCULO)