Cicero R, Criales JL, Cardoso M

Idioma: Español
Referencias bibliográficas: 9
Paginas: 349-350
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RESUMEN

A principios del siglo XVI, Leonardo da Vinci dibujó con gran exactitud el tórax óseo. Esos dibujos tienen un notable parecido con las imágenes obtenidas mediante tomografía computarizada helicoidal en tercera dimensión, que permite ver con gran detalle la representación espacial del esqueleto de la caja torácica. Si se toma en cuenta el difícil trabajo de ese genio renacentista, el mérito de su trabajo anatómico es de gran valor y un ejemplo de lo que puede lograrse con el estudio cuidadoso de las estructuras del cuerpo humano. La imagenología moderna no puede prescindir de este conocimiento para la correcta interpretación de las imágenes topográficas. El ejemplo de Leonardo está vigente para quienes se dedican a la tomografía moderna.

REFERENCIAS (EN ESTE ARTÍCULO)

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