2000, Número 5
Salud Mental 2000; 23 (5)
La hidroterapia como tratamiento de las enfermedades mentales en México en el siglo XIX
Ramos VMB
Idioma: Español
Referencias bibliográficas: 15
Paginas: 41-46
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RESUMEN
Desde tiempo inmemorial la humanidad ha utilizado el agua para el alivio de sus enfermedades. Hipócrates recomendaba el agua fría como sedante para la melancolía, Celso para la locura triste, Areteo para el frenesí y el síncope. Pero no fue sino hasta los siglos XVIII y XIX cuando volvió a considerarse el agua como materia de estudio y se sistematizó su aplicación. Los buenos resultados obtenidos con la hidroterapia y la bañoterapia hicieron de ella una panacea. Para finales del siglo XIX, la hidroterapia era una disciplina con bases fisiológicas modernas y un cuerpo de conocimientos sólido. El mecanismo de acción del agua sobre el sistema nervioso se explicaba basándose en sus efectos termocelulares y en el reflejo que desencadenaba sobre el sistema nervioso periférico. Se pensaba que el fenómeno de la vasoconstricción-vasodilatación producía una modificación refleja del sistema nervioso. e le atribuyeron siete efectos principales de acuerdo con la temperatura, el tiempo, el sitio y el modo de aplicarla sobr e el cuerpo. Se decía que los fenómenos que producía el agua cuando se usaba frecuentemente y por largo tiempo modificaban el temperamento, la composición de la sangre, la digestión y la absorción. Los baños sorpresa fueron el tratamiento de elección para los casos graves de manía. Los baños tibios o de alberca para producir sedación en los pacientes agitados. Antes de 1848, la hidroterapia en México se limitaba, exclusivamente, a la inmersión en agua fría. En 1869, se instalaron en el Hospital Militar de San Lucas las primeras regaderas que llenaban todos los requisitos de los famosos baños de Bellevue, y más tarde se remodelaron los baños del Hospital de Dementes de San Hipólito. Para el proyecto de edificación del Manicomio General de la Castañeda, se tomaron en cuenta las sugerencias de la Comisión del 5o. Asilo del Sena. Cada uno de los edificios entregados el día 2 de julio de 1910, tenía setecientos treinta metros cuadrados y contaba con piscina, regaderas, sala de masaje, baños de pies, tinas y un dep artamento de fototerapia y electroterapia. La hidroterapia se recomendaba específicamente para el tratamiento de las enfermedades mentales, como la hipocondría, la manía, la melancolía, la epilepsia, la clorosis y la parálisis. El tratamiento para la hipocondría era moral y físico: se requería que el enfermo aspirara aire puro, disfrutara de hermosas vistas y de una sociedad amena con amigos alegres y festivos que le ayudaran a cambiar su forma de vivir y de sentir. La hidroterapia consistía en dos baños por semana. Los demás días se les daban baños de asiento durante media hora, con agua fría; se les hacía sudar con una sábana húmeda durante dos horas; se les aplicaban defensivos fríos en el vientre y lienzos fríos en el pecho y en la espalda. Diariamente se les ponían lavativas. Para la histeria y para la hipocondría, recibían el mismo tratamiento pero ser les bañaba con agua fría 22 veces al mes; tres días se les ponía una sábana húmeda y recibían violentas duchas frías. Para la manía se les bañaba con agu a fría de la cabeza a los pies, y con agua tibia para sedarlos. Les daban duchas revulsivas o tónicas en la pelvis. La hidroterapia estaba contraindicada en el puerperio, la lactancia, la caquexia, la degeneración, las enfermedades respiratorias y circulatorias y cuando padecían de ataques apopléjicos. Los resultados de la hidroterapia dependían de la susceptibilidad e idiosincrasia del individuo. Se usaba profilácticamente en los niños irritables cuyos padres eran neurópatas; en los hombres de negocios, en los estudiantes que estaban en exámenes o que padecían de fatiga intelectual o física.REFERENCIAS (EN ESTE ARTÍCULO)