2009, Número 3
Salud Mental 2009; 32 (3)
Eros y Tánatos
Dörr ZO
Idioma: Español
Referencias bibliográficas: 62
Paginas: 189-197
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RESUMEN
IntroducciónEros y Tánatos, o el amor y la muerte, son temas universales que han preocupado al hombre desde los comienzos de la historia. Los más grandes filósofos, poetas y novelistas han puesto estos temas en el centro de su reflexión o desarrollo. El autor se propone hacer un modesto aporte a estos conceptos, inspirado en dos fuentes: los mitos clásicos, por una parte, y la obra de algunos poetas y pensadores, como Platón, Goethe y Rilke, por otra. Eros o el amor En los mitos griegos más antiguos, el eros es considerado como uno de los grandes principios constitutivos y constituyentes del universo. Pero al mismo tiempo es un dios y su leyenda nos muestra algunos rasgos esenciales del amor: 1 El amor es involuntario, ocurre, pasa, como una enfermedad. Eros tenía la misión de castigar a Psiquis por su belleza, para vengar así a la celosa Afrodita, su madre. Y sin embargo, le bastó mirarla una vez para caer encendido en el sentimiento amoroso. 2 El amor, a diferencia de la amistad —que se va forjando lentamente —, aparece en forma súbita, hecho representado en las flechas que emplea Eros o Cupido para encender el corazón de los amantes. 3 El mito nos enseña también el carácter exclusivo del amor. Este rasgo distancia al amor del erotismo. 4 Otra característica del amor que se desprende del mito es la trasgresión que casi siempre lo acompaña. Eros no tenía derecho de enamorarse de una mortal y, sin embargo, no es capaz de sustraerse al sentimiento que lo invade. 5 Hay otros dos elementos en el relato mítico que, aunque no esenciales, son de interés en este contexto: que Psiquis, la bella enamorada, sea la representante del alma humana y que uno de sus atributos sea la curiosidad.No se puede abordar el tema del eros sin mencionar «El Banquete» de Platón. De este texto memorable, el autor destaca dos de los discursos, el de Aristófanes y el de Sócrates. Del primero se desprenden al menos tres enseñanzas: 1. Que la fuerza del eros derivaría de la añoranza que siente el amante por la amada, o viceversa, puesto que en un pasado r emoto sus cuerpos habrían estado unidos, para ser violentamente separados por Zeus. 2. El amor consistiría en una búsqueda y eventual reconocimiento de esa «otra mitad». 3. Este reconocimiento ocurriría a través de un symbolon, una suerte de contraseña que nos dimos los humanos unos a otros antes de ser separados. Tánatos o la muerte La raíz etimológica de thanatos es tha y la única otra palabra griega con la misma raíz es thalamon, el tálamo nupcial. El thalamon es el lugar de la casa donde habita la esposa y es la habitación más central, pero también la más oscura. Thanatos o la muerte aparece vinculada entonces, por un lado, a la oscuridad y al encierro y, por otro, a la mujer y al amor. En el ámbito de la psicología y la psiquiatría, Sabine Spielrein y sobre todo Sigmund Freud contrapusieron, al instinto de vida, el impulso o instinto de muerte (Todestrieb). Sin embargo, filósofos como Hegel y Heidegger han concebido la muerte como parte esencial de la vida. En orden a profundizar el contexto vida (o amor ) y muerte, el autor procede a analizar el famoso poema de Goethe, «Selige Sehnsucht» («Feliz anhelo»), donde postula su famoso principio del Stirb-werde (muere para llegar a ser), poema inspirado en el amor de la mariposa por la llama, que significará su muerte. Pero quien más nos ha enseñado la armonía de la vida y de la muerte es el poeta Rainer Maria Rilke, particularmente en sus famosas Elegías del Duino y en sus réquiems. En las elegías, el poeta nos enseña al respecto: 1. Que el hombre es el único ser en el universo que tiene conciencia de la muerte. 2. Esa conciencia de la muerte es el origen de la angustia pero, al mismo tiempo, lo que le da sentido a la vida. 3. Que la misión del hombre en su vida es doble: «dar un nombre» a las cosas y luego «salvarlas» de su caducidad, de la muerte, haciéndolas «invisibles», es decir, eternizándolas. Ahora, si la misión del hombre con respecto a las cosas es nombrarlas y salvarlas, con respecto a sí mismo su tarea será «preparar con tiempo la obra maestra de una muerte noble y suprema, de una muerte en que el azar no tome parte, una muerte consumada, feliz y entusiasta, como sólo los santos supieron concebir…». En suma, tánatos no significa destrucción ni tampoco es la fuente de todas nuestras desgracias, sino que es parte esencial de la vida misma. Como nos enseña la etimología, thanatos tiene el mismo origen que thalamon, el lugar de la casa donde habita la madre y esposa: quizás el más oscuro, pero también el más central. La vida humana es el camino desde y hacia ese centro.
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