2008, Número 2
Med Int Mex 2008; 24 (2)
Coccidioidomicosis
Moroyoqui LA, Figueroa SSR
Idioma: Español
Referencias bibliográficas: 0
Paginas: 125-141
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RESUMEN
La coccidioidomicosis es una enfermedad milenaria que ha acompañado al hombre desde tiempos ancestrales. Prácticamente sólo existe en el Continente Americano. Es producida por un hongo dimórfico (Coccidioides spp), del cual hay dos especies: immitis confinada al sur de California y probablemente la región fronteriza con Tijuana, Baja California, y la especie posadasii, fuera de esta área, ambas con fenotipo idéntico pero con algunas diferencias genotípicas, que no parecen traducir diferencias clínicas o de respuesta al tratamiento. En México no existen estadísticas confiables de coccidioidomicosis; debido a la falta de legislación al respecto, no es obligatorio dar parte y para nuestro país no significa un problema de salud pública, lo cual está por demostrarse cuando haya estadísticas apropiadas. Hay que destacar que más de la mitad de las infecciones primarias son asintomáticas; el resto tiene signos y síntomas generales, dermatológicos y respiratorios conocidos como “fiebre del valle o reumatismo del desierto”. La afección pulmonar aguda es indistinguible de la neumonía de origen bacteriano. La coccidioidomicosis extrapulmonar ocurre en 0.5% de los casos y se afectan más comúnmente las meninges, los huesos, las articulaciones, la piel y los tejidos blandos. El diagnóstico se basa principalmente en identificación y aislamiento de las formas saprobias o parásitas del hongo, mediante cultivo y sondas genéticas o la identificación microscópica del hongo en cualquiera de sus dos fases en tejidos o fluidos. Actualmente contamos con una amplia variedad de pruebas serológicas en México. La expresión clínica va desde la primoinfección no complicada, de alivio espontáneo, hasta las formas diseminadas agudas casi siempre mortales a pesar del tratamiento; por eso las estrategias terapéuticas varían considerablemente de un paciente a otro. Durante décadas los antimicóticos más utilizados fueron la amfotericina B, el fluconazol y el itraconazol; ahora se indican triazoles y equinocandinas, como monoterapia o combinados, ofrecen una nueva alternativa en el tratamiento de la coccidioidomicosis crónica o diseminada, que sigue siendo un reto terapéutico.