2004, Número 3
Salud Mental 2004; 27 (3)
La evaluación neuropsicológica del anciano
Galindo CVMG, Balderas CE
Idioma: Español
Referencias bibliográficas: 22
Paginas: 9-18
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RESUMEN
Este artículo presenta al lector un panorama general sobre el sustento teórico que respalda la práctica clínica neuropsicológica dirigida, en particular, a los pacientes de la llamada “tercera edad”. Asimismo, describe una serie de técnicas, estrategias y pruebas comúnmente útiles en el diagnóstico neuropsicológico de esta población, y en cada caso se señalan sus alcances y limitaciones. A lo largo del texto, las autoras mencionan las indicaciones de un estudio neuropsicológico y los retos que hay que enfrentar en el trabajo clínico con los pacientes.Por medio de este artículo, las autoras pretenden demostrar que la práctica neuropsicológica requiere conocimiento, flexibilidad, curiosidad y creatividad en el trabajo cotidiano pues, aun dentro de la situación más rutinaria, cabe la posibilidad de que el neuropsicólogo encuentre constantemente nuevas ideas sobre el funcionamiento del cerebro y sobre las mejores estrategias para valorar a cada paciente según sus características individuales.
En el terreno de la salud mental, la evaluación neuropsicológica cumple un papel importante en la semiología de los síntomas neurológicos frente a los de índole psiquiátrica. Así, ésta es útil para identificar trastornos neurológicos en pacientes no psiquiátricos; para documentar el estado cognoscitivo del paciente en las distintas condiciones neurológicas, y para identificar y localizar zonas de compromiso funcional, que en ocasiones escapan a los registros para clínicos convencionales. La evaluación neuropsicológica es útil también al estudiar enfermedades que no modifican en sus estadios iniciales la anatomía del cerebro, como las demencias o las encefalopatías tóxicas.
A lo largo de esta exposición, las autoras buscan documentar por qué la exploración neuropsicológica sistematizada es una vía de acceso al conocimiento científico del estado funcional del cerebro. Con este propósito, se describen los principios teóricos y los conceptos básicos que sustentan la práctica clínica del neuropsicólogo, partiendo del hecho de que en el presente no es posible la observación directa del funcionamiento integral del cerebro en personas vivas. Los neurocientíficos han adquirido la mayoría de sus conocimientos sobre el estado y el funcionamiento cerebral vivo por medio de métodos de observación indirecta y exploración neuropsicológica. En este sentido, se trata de un método sistematizado de evaluación cerebral por medio de su producto conductual.
Se señala que la observación neuropsicológica se basa en muchas de las mismas técnicas, constructos y teorías de la psicología. Ello implica el estudio intensivo del comportamiento por medio de entrevistas, pruebas psicométricas y cuestionarios, que proporcionan índices de la conducta relativamente confiables y sensibles. El carácter distintivo entre psicología y neuropsicología radica en el marco conceptual de referencia, que en el caso de la segunda toma como punto de partida el funcionamiento cerebral.
Como parte de los aspectos teóricos fundamentales de la neuropsicología, las autoras enfatizan el cambio del concepto unidimensional de organicidad hacia una concepción multidimensional, y como un fenómeno susceptible de medirse mediante una aproximación sistémica, que pondere la presencia de los diversos factores que repercuten en el comportamiento de un individuo.
Se analiza también el concepto de comportamiento con el propósito de sistematizar el estado cognoscitivo y conductual de los pacientes.
En torno a la valoración neuropsicológica del anciano, se describen las indicaciones específicas y la manera en que se seleccionan los instrumentos para integrar una batería de estudio pertinente. Por último se mencionan los métodos de evaluación más utilizados en México.
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