2007, Número 4
Acta Med 2007; 5 (4)
Ética y cirugía
Guarner V
Idioma: Español
Referencias bibliográficas: 3
Paginas: 239-240
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FRAGMENTO
Ni en 1953, en que me gradué de médico, ni durante mis estudios de postgrado, se hablaba de ética en medicina y menos en cirugía. La asignatura no formaba parte de las materias de la carrera. Se llevaba ética durante la preparatoria, como un conocimiento anexo a la filosofía, aunque separado de ella. No obstante, el tema estaba vigente y era ya reconocido antes de la civilización helénica, en el mundo occidental. Y es que la práctica de la medicina y aun más su primera disciplina tecnológica, la cirugía, han dado lugar, desde siempre, a diferentes problemas éticos que han exigido de una elevada calidad moral, amén de profundas reflexiones para enfrentarlos. Para su solución ha sido menester echar mano, muchas veces, de códigos deontológicos que han sobrevivido con modificaciones, –aunque íntegros en lo esencial– desde la época hipocrática hasta hace pocas décadas, y que hicieron posible una práctica quirúrgica normal en su momento, en función de dos componentes: el técnico relativo a las acciones y a los hechos, y el moral, referente a los valores. En las décadas de los 60 a los 80 del siglo XX surgen avances en medicina y en particular de la cirugía que sobrepasan, por la velocidad con la que progresan, la operabilidad de lo hasta entonces establecido y precisan una revaloración de los comportamientos morales, al mismo tiempo que nos inclinan a una nueva reflexión ante inesperadas novedades, sobre todo en el terreno técnico, bien que, asimismo, en el clínico y en la experimentación. Este nuevo contexto de la ciencia en general, pero ante todo de la cirugía en particular, exige un nuevo orden ético. Recordemos algunos ejemplos de este inusitado y repentino progreso. En diciembre de 1967 se lleva a efecto el primer trasplante clínico de corazón en el Hospital Croote South en Cape Town, África del Sur, y quince años antes el de riñón en el Peter Bent Brigham de Boston; en los ochenta se inicia la cirugía endoscópica y también, alrededor de los ochenta, la radiología invasora y con ello la cardiología asimismo invasora, y algo antes las Unidades de Cuidados Intensivos. En este contexto, vale la pena recordar y resaltar dos hechos esenciales. El primero acaeció –como todos sabemos– en 1969, cuando gracias a la visión de un conocido filósofo, Daniel Callahan, ayudado por un amigo suyo, William Gardin, psiquiatra, fundan una institución cuyo sólo título implica ya un programa de ética médica: The Institute of Society of Ethics and life Sciences, mejor conocido como Hasting Center, que lleva el nombre de la ciudad en la que tiene su sede el nuevo edificio, destinado exclusivamente a esta disciplina, ubicado a 20 millas al norte de la ciudad de Nueva York.REFERENCIAS (EN ESTE ARTÍCULO)