2006, Número 4
Salud Mental 2006; 29 (4)
Aptitud clínica de los médicos familiares en la identificación de la disfunción familiar, en unidades de medicina familiar de Guadalajara, México
Cabrera-Pivaral CE, Rodriguez PI, González-Pérez G, Ocampo BP, Amaya LC
Idioma: Español
Referencias bibliográficas: 19
Paginas: 40-46
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RESUMEN
Es necesario que los médicos familiares identifiquen oportunamente la disfunción familiar. Estos especialistas deben estar capacitados para interpretar las dificultades potenciales de la familia con el objeto de orientar el manejo y el tratamiento de éstas desde una perspectiva integradora.Identificar los factores de riesgo de la disfunción familiar implica la exploración de los posibles signos y síntomas de enfermedad, que presente uno o más integrantes de una familia y que se relacionen con ella o reflejen una alteración en la dinámica de la misma.
El indicador de indagación alude a la capacidad del médico para sondear, mediante la elaboración de hipótesis diagnósticas, los factores que intervienen en la disfunción familiar.
A su vez, el indicador de interpretación trata del uso pertinente de recursos diagnósticos, del manejo de pruebas clínicas, del uso de instrumentos de diagnóstico de la funcionalidad de la familia y de la guía para elaborar estudios integrales de la salud familiar.
Estos estudios deben convertirse en contenidos educativos que orienten el papel social de la familia y que consigan también la integración de un diagnóstico de la tipología, las funciones sociales y los roles formales e informales de la familia en estudio, así como la importancia de éstos en la generación de un estado de salud o enfermedad en el seno familiar.
Por último, el indicador de orientación exige una capacidad del profesional médico para juzgar la pertinencia de las decisiones. Además, él debe saber usar los recursos terapéuticos necesarios y jerarquizar el manejo integrador de la familia en las esferas biológica, psicológica y social del proceso salud-enfermedad.
Cada vez es más frecuente el uso de instrumentos de medición para evaluar la aptitud, la competencia y el desempeño laboral, tanto en el caso de los procesos formativos de recursos humanos como en el de la educación continua para el trabajo. Estos instrumentos buscan discriminar entre la aptitud clínica y la experiencia clínica. Sin embargo, aún deben incorporar elementos de confiabilidad en su construcción, a fin de evitar sesgos en la información.
El propósito del presente trabajo fue medir la aptitud del médico familiar para tratar la disfunción familiar, en una muestra representativa, en cuatro Unidades de Medicina Familiar del Instituto Mexicano del Seguro Social, en Guadalajara, Jalisco, México.
El instrumento, estructurado y validado, se aplicó al azar a 200 médicos. La principal variable fue la aptitud clínica: indagación de factores de riesgo, interpretación y uso de auxiliares de diagnóstico y orientación de la disfunción familiar en la práctica de su profesión. Se utilizó una escala ordinal que definió niveles de aptitud y se relacionó con otras variables por medio de la mediana, la U de Mann Whitney y la prueba de Kruskal-Wallis.
Los resultados globales reflejaron una mediana de 75 puntos con un rango de 38 a 160; una aptitud clínica alta para 3% de los médicos familiares (‹ de 140 pts.); y no mostró significación estadística al relacionar otras variables (KW: p› 0.05).
El instrumento aplicado sirvió para determinar una aptitud clínica alta (›140 puntos) del médico familiar para identificar la disfunción familiar. Aun así, no ayuda a orientar sobre variables cualitativamente responsables de esta ventaja carente de significación estadística, debido a que ambos grupos de estudio se han formado y reciben actividades de educación continua más relacionadas con el consumo de información, y no con la generación de conocimiento a partir de su experiencia. Esto determina que los indicadores de indagación e interpretación sean mayores al de orientación. Dichos indicadores reflejan limitaciones para identificar y orientar la disfunción familiar, así como también señalan la falta de ambientes favorables para reflexionar acerca de ellos y poner en práctica estrategias educativas.
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