Baptista GHA

Idioma: Español
Referencias bibliográficas: 0
Paginas: 40-41
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FRAGMENTO

A principios de la década de los noventa, un grupo de clínicos y epidemiólogos de la Universidad de McMaster, en Ontario Canadá, oficialmente acuñaron el término de “medicina basada en las evidencias”. Esta nueva interpretación de los hechos o “evidencias” científicas, motivó a investigadores clínicos y epidemiólogos en términos de incorporar la metodología científica y estadística para evaluar la utilidad de las intervenciones y decisiones médicas y poder ofrecer al paciente la mejor alternativa para la atención de su problema de salud. Sin embargo, muchos médicos clínicos, señalaron la dificultad para poder aplicar la MBE en la práctica diaria del consultorio, además de exigir conocimiento previo en la metodología de investigación y un nuevo lenguaje que dificultó la aplicación de los conceptos de la MBE a la vida médica diaria.
La MBE, no solamente encuentra la mejor evidencia científica, adicionalmente ayuda a identificar a la “evidencia que importa”, debido a que el médico frecuentemente olvida que el simple cambio en la glicemia, por ejemplo, no es la meta después de todo. Más aún, la pregunta se cambia sobre las acciones a tomar para modificar el pronóstico final del paciente y su calidad de vida.