2025, Número 1
Las redes sociales como sociedad civil
Idioma: Español
Referencias bibliográficas: 12
Paginas: 62-66
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RESUMEN
Es conocimiento de todos que la sociedad civil en la actualidad está constituida por instituciones interconectadas que generan una red de integración en diversos ámbitos de la sociedad, destacando el cultural, político y el social. Las personas de una sociedad se organizan en grupos con base en sus intereses y valores, y esta relación se ha visto potenciada los últimos años por las redes sociales; gracias a esto, existe constante flujo e intercambio de información entre los ciudadanos y las instituciones, especialmente la población de jóvenes, y esto, a su vez, ha permitido que la sociedad civil participe de manera activa. Este notable crecimiento de las plataformas en línea sin duda fue una importante secuela de la pandemia COVID-19 y hoy en día se ha convertido en una herramienta clave en la optimización de recursos e intercambio de información. El uso de las redes sociales no es simplemente una tendencia, sino un cambio profundo que ha sufrido la sociedad civil y que las personas deben ser capaces de liderar para adaptarse a ello y aprovechar al máximo sus potenciales. Las redes sociales han fungido como un espacio de libre expresión, apoyo y organización en torno a causas sociales, aunque cabe destacar los desafíos que esto conlleva, incluyendo la desinformación, la discriminación, el acoso cibernético y efectos sobre la salud mental; desafíos a los cuales se debe enfrentar la comunidad. Este artículo busca entablar la relación que mantienen los jóvenes con las redes sociales para interactuar con la sociedad civil, realizando énfasis en las ventajas y sus limitaciones en la construcción de una ciudadanía activa y comprometida.INTRODUCCIóN
Lo que representa hoy en día la sociedad civil son instituciones interconectadas unas con otras, creando una extensa red de integración cultural, política y social. Este complejo de individuos se organiza en grupos según los intereses y valores de cada uno, y mediante redes de comunicación existe flujo e intercambio de información entre los mismos ciudadanos e instituciones a las que pertenecen.1
Las similitudes entre lo que se conoce como la sociedad civil ha establecido muchas conexiones con las redes sociales en las últimas décadas, especialmente entre la población de jóvenes. Esto ha cambiado la manera en la que las personas se comunican; específicamente en el ámbito de la sociedad civil, esto ha propiciado la participación de los jóvenes en asuntos políticos y sociales.
Para los jóvenes, las plataformas de comunicación en línea se han convertido en espacios de expresión personal, redes de apoyo e intercambio de información, donde se les permite construir organizaciones en torno a causas sociales. Parece ser una herramienta que ha empoderado a esta población, pero es importante recordar que esto trae implícito desafíos y obstáculos que vencer, sobre todo en el ámbito de la desinformación, discriminación y efectos que éstos conllevan en la salud mental.
¿QUÉ TIENEN EN COMÚN LAS REDES SOCIALES CON LA SOCIEDAD CIVIL? LO QUE SIGNIFICA PARA LAS GENERACIONES DE HOY
Cabe resaltar el término de "ciudadanía digital", la cual hace referencia a la interacción, comunicación e intercambio de información a través de dispositivos con acceso a Internet, la cual ha sufrido un marcado auge durante la pandemia COVID-19.2
Antes de la pandemia, aunque ya existía uso significativo de las redes sociales, su propósito se enfocaba más que nada en el entretenimiento y comunidades en línea, más que una fuente de entretenimiento. Hoy en día las redes sociales fungen como una herramienta de participación ciudadana para las nuevas generaciones.
Las redes sociales se han convertido en un espacio para muchas personas confinadas, aunado con la falta de interacción presencial que los ha llevado a la necesidad de marcar su presencia en las plataformas en línea.
El uso adecuado de las redes sociales permite una estrecha interacción entre los miembros de la sociedad; la información se mantiene en constante movimiento y empieza a fundamentarse con base en diversos valores y puntos de vista, ampliando todavía más la interacción entre sus usuarios.3
El uso de las redes sociales entre los jóvenes adultos (de 18 a 30 años) ha transformado significativamente la manera en que interactúan, aprenden y participan en la sociedad.
Las redes sociales juegan un papel fundamental en la creación de identidad, la participación cívica y la vida académica.4 Los jóvenes utilizan estas plataformas no sólo para entretenimiento, sino también para aprender, compartir información y generar contenido propio que puede alcanzar la monetización necesaria para ser considerada hoy en día una fuente de ingreso primario.5
El acceso a la información actualizada es clave fundamental en el desarrollo de la sociedad hoy en día y bien se sabe que las redes sociales han contribuido enormemente en este ámbito, sobre todo en la población de jóvenes; la tecnología y las redes sociales se han convertido en una forma de sociedad civil al permitirles ejercer su derecho en la toma de decisiones políticas y económicas.
Las redes sociales confieren empoderamiento a sus usuarios, otorgando espacios para expresar sus opiniones, generar seguidores y redes de apoyo, y así motivar a las personas a participar de manera activa; en todo país democrático, la participación y empoderamiento ciudadano es crucial para su adecuado funcionamiento,6 y el estado debe ser capaz de implementar una adecuada regulación para que esta red de comunicación cumpla con la legislación y evitar que se convierta en una fuente de discriminación por discrepancias en las creencias de sus usuarios.2
ALCANCES DE LAS REDES SOCIALES
En cuanto a las plataformas más utilizadas, se ha observado un cambio en las preferencias de los jóvenes con el transcurso del tiempo y la evolución de los mismos a lo largo de los años.
Uno de los cambios más notorios fue protagonizado por las plataformas como TikTok, Instagram, YouTube y Snapchat, las cuales han ganado terreno frente a Facebook;5 son las más recurridas por las personas hoy en día, siendo una plataforma en línea, las redes sociales reducen el tiempo y recursos requeridos para impulsar ideas entre la comunidad, además de facilitar el involucramiento de las personas a compartir estos proyectos y crear nuevas alianzas en tiempo real y a nivel mundial.3
Probablemente estas características hayan sido las piezas clave que han permitido que la población de jóvenes se vuelva más participativa en la sociedad, en quienes se ha observado una mayor intervención en esta red de comunicación.
El auge de las redes sociales no fue una excepción para el área de la medicina; con más de 3,500 millones de usuarios en todo el mundo, las redes sociales se han convertido en una herramienta importante en la medicina moderna.7
Investigaciones anteriores han demostrado que el uso cada vez mayor de las redes sociales entre los profesionales de la salud facilita el intercambio de información en tiempo real, optimizando los presupuestos y recursos sanitarios, lo que puede mejorar los resultados clínicos; además, el uso eficaz de estas plataformas puede aliviar los desafíos que plantean los sistemas de salud tradicionales.8
La pandemia de COVID-19 amplificó tanto las oportunidades como los desafíos en el uso de redes sociales; a nivel cívico, los jóvenes enfrentan dilemas éticos como el ciberacoso y la desinformación, lo que plantea preguntas sobre su impacto en la participación democrática y la ciudadanía digital.2
Este avance en la comunicación no es simplemente una tendencia, sino que representa un cambio fundamental en la forma en que las personas se conectan en la actualidad. Las redes sociales seguirán dando forma al conocimiento público y a la educación médica, y los profesionales de la salud deben adoptar y liderar estas plataformas para llevar al máximo su alcance positivo en la sociedad.9
LAS DOS CARAS DE LA MONEDA (FIGURA 1)
Las redes sociales han generado cambios profundos en las habilidades sociales de los jóvenes adultos, afectando tanto su desarrollo interpersonal como su interacción en el espacio público. El uso excesivo de redes sociales tiende a influir en la neuroplasticidad del cerebro juvenil, moldeando las conexiones sinápticas relacionadas con la interacción social. La exposición constante a interacciones virtuales puede llevar a una disminución de habilidades como la empatía, el reconocimiento de señales no verbales y la capacidad de resolución de conflictos cara a cara.4
El contexto digital, al privilegiar la comunicación asincrónica y no presencial, disminuye la exposición de los jóvenes a interacciones interpersonales directas, lo que puede debilitar la adquisición de habilidades esenciales para la comunicación humana efectiva, como la interpretación de expresiones faciales y el tono de voz.5
Estas habilidades son cruciales para el desarrollo psicosocial, ya que permiten a los individuos construir y mantener relaciones sociales saludables y resilientes; pero la "hiperconectividad" también puede contribuir a la aparición de ansiedad social y a la reducción del contacto físico, factores que están asociados con aumento en los trastornos de salud mental, como la depresión y la ansiedad generalizada.11
El uso inadecuado de estas plataformas puede tener consecuencias importantes, como lo son la difusión de información errónea, violaciones de la confidencialidad y deterioro de la confianza pública en la atención sanitaria. El uso ético y responsable de las redes sociales es clave para maximizar sus beneficios y, al mismo tiempo, minimizar los riesgos potenciales.12 El uso constante de las redes para crear una "identidad digital" puede generar un conflicto entre el yo real y el yo proyectado, lo que podría tener consecuencias negativas en la autoestima y la salud mental de los jóvenes.
El refuerzo de comportamientos a través de la retroalimentación positiva (likes, comentarios) condiciona la forma en que los jóvenes perciben su valor social, lo que afecta la autorregulación emocional y el sentido de pertenencia en la vida real.2 Aunque las redes sociales han democratizado el acceso a la información, persisten desigualdades digitales debido a factores como el nivel educativo y el contexto socioeconómico, los cuales juegan un papel crucial al permitir o denegar el uso de conocimiento, o la experiencia para generar un juicio de valor propio o en caso contrario propiciar el adoctrinamiento; por ejemplo, los jóvenes de contextos más desfavorecidos tienden a usar las redes principalmente para entretenimiento, mientras que aquellos con mayor capital social las emplean para fines educativos y profesionales.10
Cabe destacar las diferencias generacionales en cuanto al uso de las redes sociales y la percepción que se tiene acerca de ella. Es difícil asegurar que estas diferencias sean absolutas entre las diferentes generaciones, pero es de conocimiento de muchos que, para los jóvenes, las plataformas en línea ya son consideradas un espacio legítimo para ejercer sus derechos de expresión y participación en temas de interés público, con capacidad de influir cambios a su alrededor y crear conciencia; mientras que gran parte de las generaciones anteriores a menudo las perciben más como herramientas de distracción e incluso de desinformación (Figura 1).
Con el avance de la digitalización en varios ámbitos de la sociedad, se espera que las redes sociales sigan acompañando a las próximas generaciones. Para esto será necesario, con base en las problemáticas que se han identificado en este análisis –como lo son la desinformación y la discriminación–, que las plataformas digitales busquen la forma de garantizar la autenticidad y fomentar la responsabilidad entre sus usuarios; lo anterior es una necesidad sumamente crucial, ya que tiene la finalidad de asegurar que los jóvenes sean capaces de hacer uso de estas herramientas de manera más crítica y prevenir los constantes desafíos a los que se enfrentan al tener acceso a estas plataformas libres de restricciones y que éstos no funjan como una barrera entre las diferentes generaciones (Figura 2).
CONCLUSIóN
Las redes sociales han cambiado profundamente la manera en que los individuos, especialmente los jóvenes, se relacionan con la sociedad civil, facilitando su participación en asuntos culturales, políticos y sociales. Esto ha potenciado la creación de comunidades basadas en intereses compartidos, amplificando la interacción y el intercambio de información.
Los jóvenes han encontrado en las redes sociales un espacio para la libre expresión, la organización en torno a causas sociales y la participación cívica, lo cual les ha permitido no sólo manifestar opiniones, sino también influir en decisiones políticas y económicas. Pese a las ventajas, el uso de las redes sociales conlleva riesgos importantes, como la desinformación, el ciberacoso, la discriminación y efectos negativos en la salud mental, que afectan particularmente a los jóvenes; también se observa una disminución de habilidades sociales tradicionales, como la empatía y la interacción cara a cara.
El uso excesivo de las redes sociales y la creación de una "identidad digital" pueden generar conflictos internos en los jóvenes, afectando su autoestima y su bienestar psicológico; el refuerzo de comportamientos a través de las interacciones digitales puede alterar su percepción del valor social.
Las redes sociales, aunque democratizan el acceso a la información, reflejan y exacerban las desigualdades existentes, ya que el nivel socioeconómico y educativo influye en cómo se utilizan estas plataformas, aventajando a los jóvenes de entornos más favorecidos en su uso para fines educativos y profesionales. Es crucial que tanto los usuarios como las instituciones regulen y utilicen las redes sociales de manera ética y responsable para maximizar sus beneficios y reducir sus riesgos; esto incluye la necesidad de abordar la regulación y fomentar un uso más consciente y constructivo de estas plataformas.
REFERENCIAS (EN ESTE ARTÍCULO)
AFILIACIONES
1 Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, Campus Guadalajara. Guadalajara, Jalisco, México.
ORCID:
2 0000-0001-8586-5246
3 0000-0001-5975-8789
4 0009-0003-0258-8522
5 0009-0008-9866-3684
6 0000-0002-5532-5318
Conflicto de intereses: los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses para la realización del presente trabajo ni haber recibido algún tipo de financiación externa.
CORRESPONDENCIA
Seung Hyun Jeong. E-mail: seunghyun217@gmail.comRecibido: 03 de Octubre de 2024. Aceptado: 09 de Octubre de 2024