2024, Número 5
Aprendizaje basado en problemas en la docencia médica
Idioma: Español
Referencias bibliográficas: 10
Paginas: 359-360
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El avance vertiginoso científico-tecnológico constante del mundo actual, trae consigo que el alumno tenga una exposición desbordante de información que requiere de una filtración para su mejor procesamiento y rápida recuperación para luego transferirla a situaciones reales. Las competencias que se requieren para la solución de problemas en situaciones reales, se adquieren a través del aprendizaje basado en problemas (ABP), estrategia de enseñanza-aprendizaje centrada en el alumno quien es el responsable de su aprendizaje y el docente es un guía en el proceso del aprendizaje.
En la década de los 60 en la Universidad de McMaster en Canadá, surgió el método ABP, incorporando problemas complejos similares a los de situaciones reales a las que los alumnos harán frente en un futuro, los alumnos adquieren el conocimiento y las habilidades prácticas necesarias para resolver problemas de salud.1 Tradicionalmente se enseña la teoría y después la forma de aplicarla. En el ABP se plantea el problema para posteriormente identificar la información requerida a fin de comprobar una o varias hipótesis.2 El objetivo en realidad no es dar solución al problema, más bien que el alumno investigue o respalde los conocimientos que requiere para solucionar el problema en los diferentes escenarios posibles.1,3 El ABP fomenta la investigación, razonamiento clínico y la reflexión, a través de un trabajo colaborativo en el que se aprende viendo el actuar de otros. La construcción del nuevo conocimiento permite al alumno realizar una transferencia cercana (situación similar a la del problema abordado) o una transferencia lejana (situación totalmente diferente).4 La enseñanza tradicional de tipo expositora, desmotiva al alumno obligado a memorizar información que en gran medida es irrelevante, por lo que fácilmente es olvidada, además de que no saben aplicarlo en contextos reales.2 Es conocido que en medicina hay una gran carga teórica, de la cual se retiene sólo 20%.5 Además de la adquisición de conocimientos, la estrategia de ABP fomenta el autoaprendizaje y la adquisición de valores, actitudes y habilidades que se requieren para resolver problemas reales.6
El ABP desarrolla la capacidad de análisis, inferencia y síntesis, que permite relacionar el conocimiento con situaciones específicas mediante la integración. El ABP en una enseñanza situada (casos reales), desarrolla el pensar antes, durante y después de una situación clínica, la comunicación efectiva médico-paciente, la comunicación entre pares e incrementa la productividad clínica (investigan y toman decisiones respaldadas en medicina basada en la evidencia).4
Los casos clínicos son situaciones frecuentes de la vida real, diseñadas por los docentes que contribuyen a alcanzar los objetivos de aprendizaje en un contexto local, regional o nacional. Estos casos suelen ser abiertos, sin una solución única. Además, no se centra en un problema único y debe ser relacionado con materias básicas. El alumno busca nueva información, integra el conocimiento previo y lo relaciona con diferentes asignaturas, desarrolla una mayor comprensión y fomenta el razonamiento clínico.7 El uso de experiencias de aprendizaje reales permite al estudiante desarrollar las competencias para enfrentar situaciones problemáticas de la vida cotidiana.8 El aprendizaje cooperativo y colaborativo con pequeños grupos de alumnos de rendimiento académico heterogéneo promueve el logro cognitivo y mejores relaciones humanas, en comparación con los métodos competitivos e individualistas.9 Para la solución del problema se pueden apoyar de organizadores de la información, los cuales favorecen la comprensión. El cuadro sinóptico o el mapa conceptual promueven el pensamiento lógico, lo organizan y permiten la inserción del nuevo conocimiento.10
El docente se ve obligado a planear la actividad didáctica (objetivos y número de sesiones). En la primera sesión el docente asigna roles, lee las reglas y los alumnos abordan el caso clínico identificando los problemas, discute y aporta conocimientos, identifica los temas en los que se debe profundizar, realiza estudios independientes (investiga) y debate.4 El equipo asigna un secretario quien debe anotar los objetivos y organizar las ideas. Otro alumno realiza el gráfico de la información, mientras que el presidente modera y guía el debate. En el proceso el docente promueve la interacción del grupo, guía al aprendizaje, motiva a los estudiantes, monitorea y realimenta a cada estudiante; se debe limitar a sugerir, corregir, aclarar y guiar el aprendizaje a fin de formar un alumno responsable de su propio aprendizaje.3,7
El uso de ABP en la educación médica favorece el razonamiento clínico y mejora la calidad de atención a los enfermos, con la finalidad de que el alumnado resuelva problemas similares a los casos clínicos abordados en un contexto real al desarrollar habilidades para el diagnóstico y elección del tratamiento a través de la integración básico-clínica. La incorporación de esta estrategia en etapas tempranas de la formación médica motiva al alumnado y favorece la construcción de un conocimiento significativo que es transferible a situaciones reales, desarrolla el aprendizaje autodirigido, la comunicación entre pares y con el paciente. Se requiere de capacitación tanto a docentes como alumnos, pues en algunas ocasiones ambos siguen esperando un proceso de enseñanza tradicional (expositivo).
REFERENCIAS (EN ESTE ARTÍCULO)
AFILIACIONES
1 Facultad Mexicana de Medicina de la Universidad La Salle, Profesora Introducción al Método Clínico, Pediatra Neonatóloga, Maestría en Docencia y Enseñanza.
CORRESPONDENCIA
Claudia Laura Calderón Jiménez. Correo electrónico: claudiacalderon@lasallistas.org.mx