2024, Número 2
Educación integral en el tiempo de la pandemia y posterior a ella
Idioma: Español
Referencias bibliográficas: 3
Paginas: 177-178
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La formación de un médico va mucho más allá que la adquisición de conocimientos, habilidades y destrezas. Se debe también el profesionalismo médico y los valores personales. Lo anterior se realiza en forma combinada entre las facultades de medicina y los hospitales donde hacen sus prácticas.
La pandemia nos presentó una serie de obstáculos enormes, primero la angustia del personal a tener contagios y, por ende, poner en riesgo su vida y la de su familia; segundo, la suspensión total de reuniones presenciales como las sesiones de clases y seminarios; hubo también modificación en todos los hospitales de sus rutinas de atención médica y durante varios meses el tipo de pacientes que se atendía en forma habitual se fue modificando y disminuyendo en forma importante la atención a pacientes que tenían otros problemas de salud y que requerían seguimiento de sus tratamientos, éstos fueron retrasados por varios meses. Todo lo anterior, sin duda, impactó de forma importante los estudios y la formación de los médicos; pero por el deseo de aprender de los alumnos y por el profesionalismo y vocación de maestros fue posible mantener, en las aulas y en los hospitales, en un nivel razonable la enseñanza, aunque ésta fue deficiente y quedó absolutamente claro que no se puede enseñar medicina a distancia, aun con el uso racional de tecnología; con seguridad, el empleo de las herramientas electrónicas empleadas se fundamentaron en las clases y conferencias impartidas por vía virtual, lo que ayudó a enriquecer la enseñanza y que han sido útiles en esta época en donde se están progresivamente normalizando las actividades docentes cotidianas.
Con los cambios que se han dado en todos los ámbitos por la pandemia, podríamos sacar conclusiones inadecuadas en relación con la formación de médicos a distancia, no está a discusión, el poder formar médicos por correspondencia, ni tampoco puede uno ser médico por memorizar unas lecturas recomendadas de artículos médicos. En otras publicaciones se ha mencionado con repetición que la práctica médica es insustituible en la generación del conocimiento, ya que no se pueden adquirir las destrezas necesarias para la práctica profesional; se debe sumar a lo anterior el que la vida hospitalaria permite vivencias como sufrir o gozar acompañando a los familiares en la atención de un paciente. La práctica clínica diaria es insustituible y puede considerarse que es la única que fortalece al residente en su práctica médica.1,2
Las experiencias son un medio para la adquisición de conocimiento, ya que el estar expuesto a las diferentes situaciones que nos presenta la vida profesional, al estar en contacto con los diferentes momentos y situaciones, debería obligarnos a estar abiertos para someter esas vivencias a la reflexión, análisis, confrontación y cuestionamiento, siendo en este punto donde la teoría puede ser aplicada en la práctica y así facilitar el aprendizaje; ese conocimiento que será para la vida y no para un examen, permitirá que la experiencia convierta a ese conocimiento en significativo.
Por ejemplo, la materia que se imparte en las escuelas y facultades de medicina como es la "Introducción a la clínica" o "Propedéutica clínica", en las cuales se conjugan conocimientos de las ciencias básicas y de la nosología, favoreciendo el aprendizaje en forma ordenada y congruente con la aplicación en el paciente de todos estos conocimientos; sería imposible imaginar este aprendizaje sin estar en contacto con pacientes a los que es posible en la exploración ver, oír, tocar, auscultar, percutir, etcétera, siendo estas mismas prácticas necesarias en el ejercicio diario de la medicina.3
Es necesario estar consciente de que la experiencia es necesaria para el aprendizaje del médico en las diferentes disciplinas; también queda claro que la sola experiencia no es suficiente, de tal forma que ahora es tiempo de combinar el conocimiento teórico, con la experiencia mediante la reflexión, análisis, cuestionamiento, etcétera, destacando en este proceso el papel trascendental del profesor para motivar en el alumno la aplicación de su experiencia y así generar las propias experiencias del residente o del alumno.
En algunos residentes existe una tendencia a rechazar el aprendizaje que da el maestro fundamentado en su experiencia, la cual es de suponer está basada en el aprendizaje basado en su evidencia; esta actitud afectará con seguridad su desarrollo profesional, ya que no será posible que adquiera los conocimientos necesarios basados en el conocimiento y experiencia para enfrentar el problema particular de un paciente.
Este conocimiento también llamado, por algunos, empírico, tiene algo de subjetivo y que algunos autores lo llaman conocimiento no científico, pero sí debe considerarse que es de mucho valor en la práctica médica cotidiana. El conocimiento formal será adquirido con el pensamiento basado en el conocimiento científico.
Los nuevos horizontes obligan a que tanto profesores como estudiantes desarrollen nuevas habilidades y formas de transmitir el conocimiento, en donde inclusive se aprovechan las herramientas que se potencializaron durante el periodo de pandemia, si bien es imposible pensar en la adquisición de algunas habilidades prácticas clínicas sin un acercamiento con la realidad, ya que durante varios meses, casi un año se utilizaron únicamente los elementos virtuales, debe considerarse que hubo un retraso en la adquisición de conocimientos y de las habilidades que se requieren en el aprendizaje médico.
Otro de los ingredientes importantes y necesarios para la adquisición de experiencia para los médicos en formación y para los residentes hoy en día, debe ser el contacto con la tecnología, por lo que los hospitales deberán esforzarse por adquirir la tecnología de vanguardia, no sólo para favorecer el estado óptimo de atención a los pacientes, sino también para brindar otro recurso del aprendizaje en la práctica del médico residente, favoreciendo el conocimiento basado en la experiencia, y así poder entender y observar la utilidad de tal o cual recurso para determinado paciente y qué posibilidades tendría otro paciente en otras circunstancias, pudiendo ser o no lo óptimo para aplicar dicha tecnología.
Cada vez más, se vuelve impensable desarrollar grandes centros de atención médica sin el acompañamiento de centros de referencia de adiestramiento y entrenamiento de habilidades, en donde se presentan escenarios muy parecidos a la realidad de la atención médica con el apoyo de la tecnología. Instituciones que se encuentren desarrollando programas de residencia médica deberían contar con espacios de entrenamiento médico, acompañados de simuladores de realidad virtual, de la misma forma que las universidades deben de utilizar estos medios para facilitar el aprendizaje en sus alumnos en el pregrado.
Con lo anterior se hace una invitación al médico a no despreciar el conocimiento adquirido por la experiencia, y a las instituciones a desarrollar centros de adiestramiento hospitalarios, recordando que en este conocimiento no se compite con el conocimiento adquirido mediante el estudio y la aplicación del uso del conocimiento basado en evidencia, por el contrario, juntos seguramente proporcionarán una mejor respuesta a las necesidades particulares de cada situación y de cada paciente.
REFERENCIAS (EN ESTE ARTÍCULO)
AFILIACIONES
1 Director Corporativo de Enseñanza del Grupo Angeles Health System. México.
2 Médico Internista, Profesor adjunto de la Residencia de Medicina Interna, Hospital Angeles Pedregal. Profesor Titular de la Cátedra de Propedéutica Clínica y Nosología, Facultad Mexicana de Medicina de la Universidad La Salle, Ciudad de México.
3 Director General, Hospital Angeles Pedregal. México.
4 Director Médico, Hospital Angeles Pedregal. México.
CORRESPONDENCIA
Federico Leopoldo Rodríguez Weber. Correo electrónico: fweber@saludangeles.comAceptado: 26-12-2022.