2023, Número 6
El molar de Hatshepsut, la reina faraón.
Idioma: Español
Referencias bibliográficas: 8
Paginas: 303-306
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Ahora mi corazón se inquieta al pensar en qué dirá la gente que vea mis monumentos en años venideros y que hablará de lo que he hecho.
Hatshepsut (1507-1458 a. C.)
Quinta faraón de la dinastía XVIII de Egipto
La reina Hatshepsut (1507-1458 a. C.) gobernó durante 22 años en el antiguo Egipto, y es conocida por su gran templo funerario en Deir el-Bahari, así como por otras grandes obras durante su reinado. Hay una gran evidencia de su visión de gobierno y faraónico empeño arquitectónico, pero también hay mucho por descifrar al intentar entender por qué su nombre se intentó borrar de la historia, incluso saber cuál fue la causa de su muerte. Hatshepsut fue una de las reinas más destacadas del Egipto antiguo, ella gobernó durante la dinastía XVIII, primera dinastía del Nuevo Reino cuando Egipto alcanzó la cima de su poder alrededor del siglo XV a. C. Después de su muerte, su tumba fue saqueada y olvidada, sus restos se perdieron durante siglos. En esta editorial se expondrá brevemente la historia de una reina que gobernó como faraón hasta su inexorable muerte.
Hatshepsut desde su nacimiento "vivió como princesa" en una endogámica realeza, al ser hija del faraón Tutmosis I y de la reina Ahmose, gran esposa real. Hatshepsut podría haberse conformado con un tradicional papel secundario como princesa, y reina al ser desposada con Tutmosis II, hijo del faraón Tutmosis I y de Mutnefert, una de sus esposas secundarias. En la realeza egipcia a Hatshepsut le podría haber correspondido la sucesión al trono a la muerte de su padre, pero como hija de un faraón le correspondió ser reina consorte al esposarse con su medio hermano, Tutmosis II. Cuando su marido murió en 1479 a. C., su hijastro Tutmosis III, hijo de una concubina real de nombre Iset, fue nombrado heredero al trono. Hatshepsut obedientemente asumió la responsabilidad de ser la primera dama de la nobleza y supervisora de su pequeño hijastro. Sin embargo, a medida que pasaron los años, Hatshepsut actuó más como la gobernante legítima de Egipto y no sólo como una supervisora temporal. Aunque la tradición real durante la dinastía XVIII estipulaba que la sucesión sería privilegio del hijo varón, para justificar su posición ella se asignó "Dama de las Dos Tierras" mientras Tutmosis III se acercara a la madurez, que sería cuando él asumiría oficialmente el trono, pero Hatshepsut como regente temporal hizo un atrevido juego de realeza (Figura 1).
Hatshepsut al ser descendiente de reyes y reinas por ambas partes, se declaró "Faraón", adoptando los emblemas y titulatura asociada al reinado llamándose Maat-ka-Ra Hatshepsut Jenemetamón (la primera de las nobles damas, unida al dios Amón). Ella misma se hizo representar como un hombre, con indumentaria masculina y barba postiza. Incluso en la teogamia egipcia, Hatshepsut difundió que su verdadero padre no era Tutmosis I, sino el propio Rey de los dioses Amón-Ra que, tomando el cuerpo de su padre, Tutmosis I, fecundó a su madre, la reina Ahmose. Y por dos designios reales y mandatos celestes, ella debería ser la que guiaría los destinos del alto y bajo Egipto: "Actué bajo su mandato; fue Amón quien me guio". En su templo conmemorativo en Deir el-Bahari, dedicó la pared entera de un pórtico a la historia mística de su nacimiento divino, mostrando al gran dios Amón-Ra visitando a su madre, Ahmose.
La reina faraón Hatshepsut tuvo una gran actividad constructora, iconográfica, militar, incluso con expediciones legendarias anotadas en múltiples fuentes de la épica historia egipcia. Hatshepsut nunca desterró a Tutmosis III, quien técnicamente era su cogobernante, pero claramente lo eclipsó. Su reinado durante 22 años (15 como monarca principal) fue una época de paz y prosperidad para Egipto. Entre sus grandes proyectos arquitectónicos está el templo mortuorio de Deir el-Bahari, también se reconocen muchas obras faraónicas como dos pares de imponentes obeliscos iconográficos en la ciudad de Karnak. Tras su muerte en 1458 a. C., Tutmosis III finalmente consiguió el trono (KV35).
LAS SECUELAS DE LA REINA FARAóN
Es sabido que la reina Hatshepsut había padecido intensos dolores por múltiples enfermedades, en las secuelas de su reinado también padeció el denominado Damnatio memoriae (condena de la memoria), por lo que literalmente su nombre e imagen fue borrada del mapa. Sus esculturas, esfinges, textos, imágenes grabadas en paredes y hasta su tumba desaparecieron. La mayor parte del legado de Hatshepsut como la poderosa faraona de Egipto fue eliminada de la memoria egipcia durante siglos.
EL INICIO DE LA EGIPTOMANíA
A principios del siglo XIX, la cultura francesa vivió un periodo de "egiptomanía", provocada por los descubrimientos de Napoleón en su invasión a Egipto (1798-1801), y en una excavación preparando fortificaciones, salió a la luz la famosa piedra de Rosetta, de la cual en 1822 Jean-François Champollion logró la primera interpretación para descifrar jeroglíficos egipcios. Posteriormente los arqueólogos franceses e ingleses comenzaron a descifrar los miles de jeroglíficos del majestuoso complejo funerario de Deir el-Bahari, localizado en las faldas de las montañas tebanas, en la ribera occidental del río Nilo, en el mismo encuadre geográfico donde se ubican los templos de Tebas (hoy Luxor) y de Karnak con su icónica sala hipóstila en el gran templo de Amón, gran dios del nuevo imperio. Los jeroglíficos en general dejaban ver una intensa incertidumbre al no lograr descifrar en dónde estaba realmente la tumba de Hatshepsut.
HALLARON SU TUMBA
Luego de varias expediciones a la necrópolis, un grupo de arqueólogos encabezados por el egiptólogo británico Howard Carter, el descubridor de la tumba intacta (KV62) del faraón Tutankamón entre los años 1922 y 1924 (hoy en el centenario de su descubrimiento), encabezó la búsqueda infructuosa de Hatshepsut. Sus trabajos en 1914 comenzaron a descubrir muchas tumbas reales en todo el Valle de los Reyes (KV), y con una exploración sistemática se dedicó a estudiar, clasificar y numerar todas las tumbas del valle, muy cerca del templo de Hatshepsut. En 1903 habían encontrado la tumba denominada KV60, que podría pertenecer a la reina Hatshepsut con dos sarcófagos vacíos, la tumba había sido saqueada y su cuerpo había desaparecido. La KV60 está situada frente a la KV20, la que oficialmente fue la primera tumba excavada en el Valle de los Reyes, y que originalmente serviría para depositar los cuerpos de dos faraones de la dinastía XVIII, Tutmosis I y su hija Hatshepsut. Las posibles tumbas de Hatshepsut estaban vacías, pero no el impresionante templo mortuorio de la reina faraón que en su mandato logró construir, considerado hasta la fecha, uno de los logros arquitectónicos más impresionantes del mundo antiguo, llamado Djeser-Djeseru (lugar santísimo). El templo es un complejo funerario formado por tres amplias terrazas de arenisca, decenas de columnas y edificios porticados, construido a los pies de los portentosos acantilados de la montaña en Deir el-Bahari, justo donde el sol cae durante su viaje nocturno por el inframundo (Figura 2).
IDENTIFICARON A HATSHEPSUT
El 27 de junio de 2007, el Director del Consejo Supremo de Antigüedades de Egipto (2002-2011) Zahi Hawass anunció que un equipo de egiptólogos por fin habían encontrado e identificado a la momia de la reina Hatshepsut, la quinta reina de la XVIII dinastía, y "primera mujer faraón". El primer hallazgo pudo ser en 1903 cuando en una tumba oscura y sin decorar en el Valle de los Reyes había sido pasada por alto durante más de un siglo. Este hallazgo posteriormente fue relacionado a un grupo de tres momias no identificadas que fueron almacenadas en el Museo de El Cairo, una de éstas podría ser Hatshepsut y su nodriza. Se sumó a la búsqueda de la denominada "momia obesa" la abandonada sin sarcófago en posición real semiosírica (con un brazo doblado) que localizaron en el piso de una de las profundas cámaras de la tumba KV60B que recientemente habían descubierto en otra de sus profundas cámaras. Los arqueólogos realizaron estudios con análisis de tomografía axial computarizada (TAC), pruebas de DNA en las cuatro momias, y la correspondencia de inscripciones y objetos funerarios hallados con su nombre.
Una de las claves para este hallazgo fue en un escondrijo de una ladera en Deir el-Bahari (DB320) donde encontraron una pequeña caja de madera o urna con restos tisulares secos que, ante la imposibilidad de abrirla y vaciarla, realizaron igualmente un análisis no invasivo con tomografía computarizada. La sorpresa fue que en el fondo de esa urna había un diente molar. Vale recordar que los egipcios en el proceso de momificación extraían los órganos internos, excepto el corazón, para ser deshidratados y depositados ritualmente en cuatro vasos canopos, esos recipientes representaban a los hijos de Horus y protegían su contenido de la destrucción. En este caso, la caja de madera tenía en su exterior un cartucho borroso que señalaba la posible pertenencia de Hatshepsut (Figura 3).
LA PRECARIA SALUD DE HATSHEPSUT
Los análisis posteriores correlacionaron que el molar de la caja canópica pertenecía a la momia despojada de su sarcófago, sus cetros ("heqa" y "nejej") y todos sus arreos de poder real, y que, con los estudios imagenológicos de la momia, evidenciaron un gran deterioro dental con la falta exacta del molar superior, justo el que estaba en el fondo de esa caja canópica. En los análisis forenses para interpretar las posibles causas de su muerte, se identificaron padecimientos como artritis, osteoporosis, obesidad y posible diabetes. Entre las patologías identificaron también un tumor en área abdominal con evidencia de malignidad por la invasión ósea. Lo realmente importante es haber descifrado las patologías asociadas a sus últimos días de vida, que por sus graves padecimientos en la cavidad oral era notoria la gran afectación dental con lesiones de caries, y evidente pérdida ósea generalizada debido a una periodontitis severa, que por la infección se convirtió en un absceso grave localizado en el molar superior y que se extendió a la zona cervical. Lo que posiblemente al intentar la extracción para disminuir el dolor y la inflamación, la infección microbiana se extendió provocando una septicemia con disfunción multiorgánica. La evidente infección odontogénica sucumbiría hasta sus últimos días.
Los restos mortales de Hatshepsut estuvieron perdidos durante siglos, pero ante la historia escrita trató de ser borrada. Los egiptólogos no dejaron de seguir todas las pistas, y atando cabos y cavando hoyos, la momia de Hatshepsut finalmente fue identificada hasta el siglo XXI. Su cuerpo mostraba evidencia de una larga historia natural de enfermedades, incluyendo los severos daños dentales y periodontales generalizados. Se ha sugerido que estas afecciones dentales no sólo consumieron su hueso, sino también su salud general. En realidad, fueron infecciones microbianas en la cavidad oral que pudieron contribuir a su estado mórbido hasta su fallecimiento. Sin embargo, la causa exacta de la muerte de Hatshepsut sigue siendo objeto de debate entre los egiptólogos, ya que la momia en los estudios realizados para su identificación no proporcionó la evidencia definitiva de una infección odontogénica aguda como causa principal de su fallecimiento; sin embargo, aunque ya pasaron más de 3,500 años, la hipótesis infecciosa todavía existe. De todas las expediciones y hallazgos en el desierto egipcio, se estima que sólo se ha descubierto 30% de toda la historia, por lo que todavía quedan muchos misterios por develar, particularmente respecto a la salud de los faraones.
La historia natural de las enfermedades periodontales está demostrada en su escala patogénica de las lesiones, y con evidencias de más de 5,000 años debemos subrayar, "lo que pasa en la boca no se queda en la boca". La periodontitis es silenciosa, progresiva y bidireccional con diferentes enfermedades sistémicas que comparte factores de riesgo, marcadores inflamatorios, estados disbióticos e invasivas escaladas microbianas.
El Dr. Hazam Nowzari, un experto científico, en 2010 realizó un documental ganador del mejor cortometraje educativo del Festival Internacional de Cine titulado "AA una bacteria ancestral-El enemigo de la sonrisa de la reina Hatshepsut". El AA (Aggregatibacter actinomycetemcomitans) es un factor microbiano causal de la periodontitis. En este video hace un buen trabajo al proporcionar antecedentes históricos y epidemiológicos con una visión general de las acciones que se pueden tomar en cualquier sociedad para ayudar a los padres a comenzar un programa de prevención con sus hijos pequeños para prevenir esta infección periodontal. Al resaltar la historia de este problema y discutir un tratamiento preventivo simple, el Dr. Nowzari da la esperanza de que todos puedan aprender a cuidar su sonrisa y no perderla como le sucedió a Hatshepsut, la reina faraón. Mis mejores deseos para todos, deseándoles mucha salud y un dichoso año 2024.
REFERENCIAS (EN ESTE ARTÍCULO)
AFILIACIONES
1 Postgrado en Endoperiodontología. Editor de la Revista ADM. ORCID: 0000-0003-2081-8072
CORRESPONDENCIA
Agustín Zerón. E-mail: periodontologia@hotmail.com