2023, Número 3
Biomarcadores serológicos de riesgo en linfoma no Hodgkin
Idioma: Español
Referencias bibliográficas: 56
Paginas: 164-172
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RESUMEN
Los linfomas pertenecen a un grupo de neoplasias que se originan de la proliferación maligna de los linfocitos. Globocan reporta que, en México, el linfoma no Hodgkin (LNH) ocupa el undécimo lugar en nuevos casos con 5,174 al año, así como el undécimo lugar en fallecimientos con 2,741 al año, con una prevalencia a los cinco años de 14,189 casos. A través del tiempo, varios índices pronósticos fundamentados en las características clínicas del paciente han permitido establecer el perfil pronostico basado en factores identificados, que posibilitan implementar estrategias de tratamiento. Los estudios moleculares permiten identificar nuevos biomarcadores relacionados con los linfomas a nivel genético, epigénetico y proteómico, así como en el microambiente tumoral. La aplicación de tecnologías de secuenciación de nueva generación ofrece la oportunidad para la detección de nuevos biomarcadores moleculares implicados en los mecanismos fisiopatológicos de la linfomagénesis, que permiten mejorar la clasificación, el diagnóstico y el pronóstico. Ante la emergencia de numerosos biomarcadores existe el reto de seleccionar aquellos que pueden ser aplicables y reproducibles en la práctica clínica para validarlos e identificar su costo-efectividad. La interacción dinámica de los diferentes factores involucrados en el desarrollo, evolución y pronóstico de los linfomas, además de la aplicación adecuada de biomarcadores, facilitará la transición a una medicina personalizada en pacientes con linfoma.INTRODUCCIóN
Los linfomas pertenecen a un grupo de neoplasias que se originan de la proliferación maligna de los linfocitos; afectan, en principio, ganglios linfáticos y otros órganos linfoides. Más de 60 tipos de linfomas han sido descritos en la clasificación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de las neoplasias maduras de células B, T y NK, actualizada en 2016; cada subtipo de linfoma ha sido definido por una integración de hallazgos histopatológicos, inmunofenotipo, anormalidades genéticas, otros estudios de laboratorio, además de presentación clínica, sitios anatómicos comprometidos de acuerdo con la exploración física y estudios de imagen. A través de los años, varios índices pronósticos basados en principio en las características clínicas del paciente en el momento del diagnóstico han permitido establecer el perfil pronóstico e implementar estrategias de tratamiento fundamentadas en factores pronósticos. Sin embargo, la introducción y los avances alcanzados con tecnologías de secuenciación genómica han permitido identificar nuevos biomarcadores que están relacionados con los linfomas a nivel genético, epigénetico y proteómico, así como en el microambiente tumoral. Así mismo, el término actual de neoplasia integra la agrupación de células tumorales, su relación con el microambiente no tumoral y la respuesta del sistema inmune del paciente. Esta interrelación es determinante en el comportamiento clínico, pronóstico y respuesta al tratamiento de los linfomas, por lo tanto, el conocimiento y la integración de los abordajes diagnósticos tradicionales con los nuevos biomarcadores se hará indispensable para el desarrollo de tratamientos más personalizados. En esta revisión, hacemos mención de biomarcadores tradicionales y de biomarcadores relacionados al microambiente que podrían guiar a estrategias de tratamiento más eficaces y con menor toxicidad de pacientes con linfomas.
EPIDEMIOLOGíA
PERSPECTIVA GENERAL DE LA EPIDEMIOLOGíA
Las neoplasias hematológicas, en conjunto, llegan a ser la cuarta neoplasia más frecuente a nivel mundial. De estas neoplasias hematológicas, de acuerdo con Globocan, la más prevalente es el linfoma no Hodgkin (LNH), durante el 2020 llegaron a detectarse 544,352 casos nuevos, lo que lo posiciona como el décimo tercer cáncer más frecuente.1-3 En los Estados Unidos de América, de acuerdo con la American Cancer Society, se reportaron 80,550 nuevos casos de LNH en la población y 20,180 muertes por esta neoplasia hematológica.4
Dentro de las neoplasias hematológicas, el LNH resulta ser la más común de todas en presencia global.5,6 De acuerdo con Globocan (2023), se ubica en el undécimo lugar de nuevos casos de cáncer a manera global con 544,000 casos y ocupa el undécimo en mortalidad con 260,000 muertes.7 En Estados Unidos de América, se ubica en el octavo lugar con 80,550 nuevos casos y en el octavo de fallecimientos con 20,180 casos.8
En el caso de nuestro país, México, Globocan reporta que el LNH ocupa el undécimo lugar en nuevos casos con 6,840 al año, así como 3,071 fallecimientos anuales por esta causa, lo que también lo coloca en el undécimo lugar y tiene una prevalencia a los cinco años de 19,445 casos.9,10
Es una neoplasia hematológica que suele ser más común en los países desarrollados. Consiste en más de 60 subtipos que presentan diferente morfología, genética y rasgos clínicos. La incidencia es muy variante en sexo, etnicidad, edad e incluso en región geográfica.5
SUPERVIVENCIA
La supervivencia se entiende como un porcentaje de los pacientes que continúan vivos una vez que fueron diagnosticados, excluyendo aquellos que fallecieron por otras enfermedades.11,12 Además es empleada con frecuencia con fines comparativos entre diversas poblaciones y periodos de tiempo.11,13
Estudios han señalado que la supervivencia neta también puede ser conocida como supervivencia relativa.12,13 Métodos como Ederer II o Pohar-Perme sirven para valorarla, pero este último es el único imparcial, siempre y cuando esté asegurado que el tiempo de seguimiento es preciso y la información no ha sido censurada.13
En el caso particular de los pacientes con LNH, la supervivencia a un año asciende a 79%.11 La supervivencia a cinco años de los pacientes de ambos sexos se ha calculado en 72.2%. A cinco años ésta va disminuyendo conforme aumenta la edad. En el caso de los pacientes menores de 45 años, la supervivencia a cinco años se estima en 84%; mientras que en los mayores de 65 años se estima en 63.8%. Asimismo, la supervivencia en todos los estadios y estadios desconocidos varía de 70.3 a 72%.2,14
MANIFESTACIONES CLíNICAS
En la evaluación clínica inicia con una anamnesis completa, que puntualiza en antecedentes de enfermedades, agentes infecciosos, fármacos, entre otros agentes que han sido relacionados con la etiología de linfomas. Más de la mitad de estos pacientes cuentan con la presencia de linfadenopatías, también puede haber presencia de síntomas B (fiebre mayor a 38 °C que no se puede explicar por otras causas, diaforesis nocturnas, pérdida de peso mayor a 10% en los últimos seis meses al diagnóstico), prurito, sarpullido en la piel, fatiga. Esta clínica puede variar dependiendo del mayor lugar de afectación; si afecta de manera gastrointestinal puede haber síntomas como náuseas, vómitos, aversión a la comida, pérdida de peso, saciedad temprana, así como síntomas relacionados con una obstrucción visceral; o si el sistema afectado es el sistema nervioso central pueden manifestarse síntomas como dolor de cabeza, convulsiones, parálisis, entre otros. Estos síntomas aunque rara vez afectan en el tratamiento, su recurrencia puede indicar recaída de la enfermedad.15
La exploración física puede estar dirigida según de la presentación y manifestaciones en los pacientes. Con base en los subtipos, algunos ejemplos de manifestaciones clínicas son:
Linfoma de Burkitt: masas que incrementan rápido de tamaño, puede verse acompañado de síndrome de lisis tumoral.
Linfoma de células del manto: los pacientes debutan con linfadenopatía, enfermedad extranodal (como el tracto digestivo, pleura, mama), puede haber afectación de nodos linfáticos, de hígado y médula, también presencia de síntomas B.
Linfoma en el sistema nervioso central: dolor de cabeza, letargia, déficits neurológicos focales, compresión de la medula espinal o meningitis linfomatosa.15
En la exploración física es importante examinar los sitios donde hay involucro linfoide, el tamaño del hígado y bazo, cabeza, cuello, estructuras orbitales, buscar involucro mediastinal, así como involucro mesentérico y retroperitoneal.15
ETAPIFICACIóN DE LOS LINFOMAS
La estadificación tiene la finalidad de la localización y extensión, así mismo sugiere información pronóstica y permite una comparación entre estudios. Para terminar, provee de una base con la que se puede comparar la respuesta y la progresión de la enfermedad. También se debe definir la distribución anatómica con el propósito de planear el pronóstico y tratamiento.16-18
La primera escala utilizada sobre la estadificación de los linfomas nodales fue realizada por Peters y colaboradores en 1950 y se basó en una escala que sólo tomaba en cuenta tres estadios de manera inicial. En realidad, existieron muchísimas modificaciones. Después, en 1966, se presentó la clasificación de Rye; en 1971, se comenzó a utilizar la clasificación de Ann Arbor y, en 1989, esta misma clasificación tuvo una modificación en Cotswolds. En 2014, apareció la clasificación de Lugano.16-18
La primera descripción data de 1865 y refleja la historia natural de la enfermedad; la dividía con base en los estadios evolutivos. Ésta se refería como una enfermedad latente, progresiva y caquéctica. En aquellos tiempos no existía tratamiento efectivo para este tipo de pacientes.19
En 1879, Gowers propuso una clasificación de tres estadios en la que hablaba de crecimiento local, alargamiento local preponderante y, al final, infección general uniforme.19
En 1902, Dorothy Reed, además de realizar la descripción de las células de Reed-Sternberg, también estadificó la enfermedad en dos estadios evolutivos diferentes. En el primero existía una etapa en la que el paciente se encontraba en relativa normalidad sólo con presencia de linfadenopatía; y una segunda etapa con caquexia progresiva y anemia.19
En 1911 Ziegler y en 1920 McAlpin describieron diversos patrones de la enfermedad, entre los cuales destacaron la enfermedad localizada, mediastinal, generalizada, aguda, larvada, esplenomegálica, osteoperióstica, entre otros.19
En 1950, surge la clasificación de Peters para asistir a los radiooncólogos a guiar el tratamiento y manejo con radioterapia, dio pauta al inicio formal de la etapificación actual del linfoma. Esta clasificación se divide en tres etapas:19
- 1. Un sólo grupo ganglionar o una sola lesión en cualquier parte.
- 2. Dos o más regiones linfáticas arriba o debajo del diafragma.
- 3. Nódulos a ambos lados del diafragma; nódulos arriba del diafragma con afección esplénica.
En 1960, Peters y Middlermiss, que siguen la línea de investigación, decidieron añadir los síntomas constitucionales como parte de la clasificación y dichos síntomas sólo son presentados en la etapa 2.19
En 1966, Kaplan20 y después Lukes y Butler21 presentaron modificaciones a la clasificación, pero al final, Lukes y colaboradores,22 a través de la conferencia de Rye en Nueva York, cambiaron los síntomas constitucionales agregándolos a todas las etapas y adicionando la etapa 4 a la clasificación. De manera que la clasificación queda de la siguiente manera:22
- 1. Un sólo grupo ganglionar afectado.
- 2. Dos o más regiones linfáticas arriba o debajo del diafragma.
- 3. Nódulos a ambos lados del diafragma; nódulos arriba del diafragma con afección esplénica.
- 4. Afección extralinfática.
Peters y asociados,23 Musshoff,24 y Rosenberg25 propusieron modificaciones a la clasificación de Rye con la finalidad de maximizar la efectividad en la radioterapia (RT). Después, en 1971, en Ann Arbor, proponen una nueva modificación a la clasificación.26 En la etapa 4, Musshoff se da cuenta que los pacientes con afección extranodal diseminada tenían peor pronóstico que aquellos pacientes con afección extranodal contigua y, por tal razón, se agregó esta diferencia.25,26
La otra diferencia importante radicaba en la utilización del concepto de estadio clínico y estadio patológico. El primero se refería a la utilización de biopsias para determinar la afección extranodal en distintos órganos (bazo, médula ósea, etcétera); el patológico se refería al hecho de que antes se realizaba de manera más habitual la laparotomía exploradora con esplenectomía para determinar, de manera más exacta, la afección extranodal (en la actualidad la laparotomía exploradora con fines de estadiaje ya no se utiliza y, por tal razón, dicha parte del estadiaje queda en desuso). Antes, los síntomas B incluían el prurito como criterio; aquí se eliminó ya que se encontró que los pacientes con prurito poseían muy poco valor en el pronóstico y se continuó con los otros tres síntomas B.27,28
Finalmente, a la clasificación de Ann Arbor,28 se le realizó una modificación en Cotswolds,29 en la cual se añadió el uso de la tomografía axial computarizada (TAC) en enfermedad intraabdominal para reconocimiento, así como para formalizar la definición de enfermedad voluminosa y proveer guías en la evaluación de respuesta al tratamiento.28,29
CLASIFICACIóN DE LUGANO
En el año 2011, en Lugano, Suiza, se creó un grupo de trabajo. Acudieron diversos especialistas relacionados a hematología, oncología y patología que representaban a los centros oncológicos de Norteamérica, Europa, Japón y Australia para perfeccionar la estadificación, desarrollar criterios mejorados de estadificación y respuesta para linfomas.17,18
La etapificación captura el grado de afección de nódulos linfáticos, la presencia de síntomas B, enfermedad voluminosa y si hay afección extranodal. Etapa 1 y 2 se consideran etapas tempranas, etapas 3 y 4 se consideran etapas avanzadas. La mayoría de los linfomas se deben de estadificar de preferencia a la tomografía por emisión de positrones, ya que identifica hasta en 20-30% más los pacientes que tienen afección de ganglios linfáticos. Existen linfomas que se les llama PET ávidos y PET no ávidos, los PET ávidos son la mayoría, excepto el linfoma linfocítico pequeño (LLC), linfoma linfoplasmacítico/MW, micosis fungoide y LNH de la zona marginal. Estas etapas se toman en cuenta con la exploración física o de mejor manera con la tomografía por emisión de positrones (PET, por sus siglas en inglés).17,18
En la enfermedad voluminosa se debe de cumplir que la tumoración supere 10 cm de diámetro o que el diámetro de esta tumoración sea mayor de 1/3 del diámetro transtorácico. El diámetro transtorácico (masa mediastinal) debe de ser determinado a través de una tomografía. Enfermedad voluminosa sólo se aplica para estadio 2; mientras que afección extranodal se aplica para enfermedad localizada, ya que en enfermedad avanzada no hay valor en el tratamiento.17,18
Cualquiera de los cuatro hallazgos mencionados en el PET SCAN se pueden considerar como positivo en la afección esplénica por linfoma, y son: esplenomegalia homogénea, infiltración difusa (lesiones miliares), lesiones nodulares focales, masa grande sólida. En la afección hepática en el PET SCAN podemos apreciar captación difusa o captación focal.17,18
La afección a médula ósea puede ser valorable mediante el PET SCAN o una biopsia de médula ósea; el PET SCAN es el de preferencia, ya que posee una mayor sensibilidad para detectar la afección a este órgano. Si no se realiza o no se cuenta con una PET SCAN, es necesario realizar la biopsia para determinar si existe afección a la médula ósea.17,18
Se puede utilizar también la tomografía simple en casos de no tener PET SCAN. La tomografía simple detecta de mejor manera las masas mediastinales y para identificar un agregado de ganglios o un ganglio grande. También se tienen la radiografía (RX) y la tomografía contrastada.17,18
Los grupos nodales tienen que ser ipsilaterales, al ser bilaterales ya no se pueden considerar como un grupo nodal. Se dividen de modo regular como supradiafragmáticos e infradiafragmáticos. Dentro de los supradiafragmáticos tenemos a los del anillo de Waldeyer, los preauriculares, occipitales, supraclaviculares, cervicales, infraclaviculares, axilares, pectorales, mediastinales, del hilio, epitrocleares y braquiales. Los infradiafragmáticos son los del bazo, mesentéricos, paraaórticos, iliacos, inguinales, femorales y poplíteos.17,18
FACTORES PRONóSTICOS
Estos son variables que se miden de manera individual en los pacientes, ayudan a ofrecer una explicación parcial de la heterogeneidad observada en el resultado de una dada enfermedad. Son importantes para el cuidado de los pacientes, para seleccionar el manejo y predecir el desenlace. No son para cálculo exacto, tienen fines probabilísticos.30
Existen factores clínicos pronósticos: la edad avanzada; sexo; el estado general y funcional relacionado al LNH que puede ser evaluado mediante escalas como la de Karnofsky31 y ECOG;11 estado clínico con Ann Arbor;28 síntomas B, la presencia de esto asociado a peor pronóstico; enfermedad voluminosa; sitios nodales y extranodales.32-35
Los factores pronósticos dependientes del linfoma son varios. Están los relacionados al subtipo histológico, en el caso de los LNH, el subtipo folicular está asociado a un buen pronóstico, el subtipo de células grandes a un comportamiento más agresivo y los linfomas linfoblásticos y de Burkitt relacionados a peor pronóstico, ya que son los más agresivos. También se asocia como factor pronóstico el estadio o la extensión de la enfermedad, lo cual ya puede ser evaluado mediante la clasificación de Ann Arbor.28,36 La presencia de síntomas B es un factor de peor pronóstico, la carga tumoral evaluada de modo directo al medir las adenopatías o de manera indirecta por parámetros de laboratorio. En una valoración de estudios de laboratorio, una biometría hemática con anemia, leucopenia, trombocitopenia sirven para evaluación del pronóstico; la determinación del inmunofenotipo B o T (asociado a peor pronóstico).34-36
ÍNDICES PRONóSTICOS EN LINFOMA
Como antecedente directo relacionado al índice pronóstico que se utiliza en la actualidad se encuentra el índice clínico y el índice serológico, MD Anderson,37,38 y del grupo francés donde además identifican la importancia de la carga tumoral y los sitios extranodales involucrados.39
1986: índice clínico MD Anderson37
Se valoraron 250 pacientes con linfoma difuso de células grandes; se consideraron como variables la carga tumoral y DHL.37
- A: carga tumoral baja con DHL normal.
- B: carga tumoral baja con DHL elevada o una carga tumoral intermedia con una DHL normal.
- C: carga tumoral intermedia con DHL elevada o una carga tumoral alta con DHL normal.
- D: carga tumoral alta con DHL elevada.
1989: índice serológico MD Anderson38
Se estudiaron 86 pacientes con linfoma difuso de células grandes, que evaluaban variables con DHL y β2 microglobulina. Se consideraron de bajo riesgo los pacientes con DHL normal (< 250 U/l) y β2 microglobulina normal (< 3 mg/l), de riesgo intermedio una DHL elevada (> 250 U/l) o β2 microglobulina elevada (> 3 mg/l) y de alto riesgo aquellos con DHL elevada (> 250 U/l) y β2 microglobulina elevada (> 3 mg/l).38
1991: índice Group D'Etudes DesLymphomes Agressifs39
Se estudiaron 737 pacientes con linfomas agresivos. Como factores adversos se tienen masa Bulky mayor a 10 cm, áreas extranodales (dos o más), estadio Ann Arbor (III-IV), DHL elevada. Se consideraron de bajo riesgo aquellos sin ningún factor adverso o pacientes con uno o dos factores adversos más una DHL normal; de riesgo intermedio, DHL elevada sin otros factores adversos, y de riesgo alto la presencia de tres factores adversos con DHL normal o un factor adverso con una DHL elevada.39
El índice pronostico internacional (IPI) es el que con preferencia se utiliza en la actualidad y que se ha actualizado con m-IPI, para linfoma del manto, específicamente, FLIPI para linfoma folicular.40-43
1993: índice pronóstico internacional (IPI)44
Se valoraron 3,273 pacientes con linfomas de células grandes, considerando variables como edad mayor a 60 años, estadio Ann Arbor III-IV, áreas extraganglionares > 1, índice de Karnofsky > 1, DHL elevada. Si el paciente tiene de 0-1 puntos se consideró bajo riesgo; 2 puntos riesgo intermedio bajo; 3 puntos riesgo intermedio alto y de 4-5 riesgo alto.44
BIOMARCADORES PRONóSTICOS EN LINFOMA NO HODGKIN
Los biomarcadores en neoplasias hematológicas redefinen el tratamiento y la prevención. Éstos se pueden agrupar en cuatro categorías: antígenos de proteínas, anormalidades citogenéticas, polimorfismos genéticos y alteración en la expresión de genes.
Antígenos de proteínas: (ejemplo Tdt, CD7 en leucemia aguda mieloblástica).
Anormalidades citogenéticas: (ejemplos cr Filadelfia, trisomía 8, isocromosoma de 17q en lgc).
Polimorfismos genéticos: la alteración de bases en la región promotora del gen del factor de necrosis tumoral (TNF), presente en pacientes con LNH, se relaciona con el pronóstico, mayor tasa de falla a tratamiento de inducción y menor tiempo de supervivencia.
Expresión de genes: para su evaluación se requieren técnicas para inmovilizar varias secuencias de cDNA; con nuevas tecnologías se puede medir la expresión de múltiples genes de manera simultánea.45
DESHIDROGENASA LáCTICA (DHL)
La deshidrogenasa láctica (DHL) es una enzima metabólica que cataliza la conversión de piruvato y lactato en la glicólisis y gluconeogénesis, tiene una amplia expresión en diversos tejidos y es fácil detectarla en suero. Se tienen bastante relacionados sus altos niveles en asociación con tumoraciones sólidas y en linfomas, ya siendo reconocido como un marcador tumoral. Niveles elevados al diagnóstico inicial han sido descritos con resultados de supervivencia inferior contra aquellos pacientes con niveles séricos dentro de los rangos. Debido a su fuerte presencia como herramienta clínica, se integró como un componente del índice pronóstico internacional (IPI) para predecir la supervivencia de pacientes con LNH.46
FACTOR DE CRECIMIENTO ENDOTELIAL VASCULAR (VEGF)
Es conocido que el factor de crecimiento endotelial vascular (VEGF) es el regulador más específico y conocido de la angiogénesis normal y patológica, la que es definida como la formación de nuevos vasos y clave en el crecimiento tumoral, así como en su patogénesis y progresión. Los receptores VEGFR1 y VEGFR2 son los encargados de la señalización y la activación de este factor. Los niveles aumentados de VEGF han sido descritos en diversos tipos de cánceres y sus niveles elevados relacionados con resultados poco favorables. Se ha demostrado que niveles elevados en LNH DLBCL contribuyen al crecimiento acelerado del linfoma, también en el microambiente vascular aumenta la permeabilidad vascular y se estima que estos ayudan a evadir la inducción de la respuesta inmune.47,48
PROTEíNA QUIMIOTáCTICA DE MACRóFAGOS 1 (MCP-1)
La proteína quimiotáctica de macrófagos 1 (MCP-1) fue descrita como la primera quimiocina con un rol en la angiogénesis tumoral; su función principal es inducir la quimiotaxis de macrófagos y de diversas células linfoides; es secretada por células como fibroblastos, células endoteliales, monocitos, células estromales e inflamatorias, así como células tumorales. En comparación a sujetos sanos, los niveles séricos de MCP-1 son muy altos en pacientes con linfomas aún más elevados en los linfomas agresivos que los tumores indolentes. Se ha establecido que los linfomas son capaces de producir esta quimiocina, pero no se ha dilucidado por completo su interacción, así como los mecanismos que intervienen en la patogénesis del linfoma. Se han asociado niveles elevados en pacientes con estadio avanzado Ann Arbor, IPI > 3 e infiltración en médula ósea.49,50
FACTOR DERIVADO DE CéLULAS ESTROMALES 1 (SDF-1)
El factor derivado de células estromales 1 (SDF-1) ha sido renombrado como la quimiocina CXCL12, es una proteína pequeña que se secreta en una amplia variedad de órganos como son células endoteliales, músculo esquelético, corazón y estroma medular, células parenquimatosas renales y osteoblastos. Después de ser clonada in vitro, se le identificó como un factor estimulante de células B. Se ha identificado que es en su mayoría secretada por osteoblastos, fibroblastos y células endoteliales en la médula ósea. Regula la neovascularización, el desarrollo neuronal y cardiológico, el tráfico leucocitario, la movilidad de células madres y tumorogénesis. En conjunto con su receptor, CXCR4, tienen rol en el crecimiento tumoral, angiogénesis y metástasis. Además, sus niveles elevados y una alta expresión del receptor demuestran correlación con la infiltración de células hematológicas malignas.51
FACTOR DE CRECIMIENTO DE FIBROBLASTOS (FGF)
El factor de crecimiento de fibroblastos (FGF) es un polipéptido regulador angiogénico y estimula la proliferación celular, también regula la expresión de diversas moléculas que son críticas en la angiogénesis. Es producido en su mayoría por las células mesenquimales de origen.52 La interacción de FGF con sus múltiples receptores incrementa el riesgo para LNH por aumento de la angiogénesis al haber un cambio en especial en el FGFR4.53,54
CéLULAS ENDOTELIALES PROGENITORAS (EPC)
Se ha demostrado que las células endoteliales progenitoras (EPC) que provienen de la médula ósea y las células endoteliales circulantes (CEC) son partícipes en la angiogénesis tumoral; además, estas últimas pueden ser utilizadas con la finalidad de predecir la severidad y como biomarcador para evaluar los efectos curativos de la terapia. La presencia de las EPC se ha visto relacionada tanto al estadio tumoral como a la capacidad invasora y en la actualidad, a la sensibilidad a la quimioterapia ya que hay presencia elevada de éstas en pacientes con LNH, en comparación a sujetos sanos, y son más frecuentes en pacientes jóvenes con NHL que con los pacientes más adultos. Son más detectables en los nódulos linfáticos que en sangre periférica.55,56
La búsqueda de nuevos marcadores es importante para mejorar el diagnóstico y la capacidad de predecir el pronóstico. Para determinar su potencial beneficio, las características de un biomarcador deben ser: reproducible, sensible, específico, una prueba costeable, que prediga el desenlace biológico y que su uso determine un mejor resultado clínico.
El entendimiento de las características biológicas y la subyacente relación molecular y patogénica, así como su interacción con factores ambientales y genéticos es fundamental en las neoplasias hematológicas. La conducción de un nuevo modelo de riesgo debe de utilizar características moleculares.45 En tiempos recientes se incluyen como determinantes de riesgo la presencia o ausencia de marcadores celulares y citogenéticos, alguno de ellos NF-kB, CXCR4, NYC.45
CONCLUSIONES
La aplicación de tecnologías de secuenciación de nueva generación ofrece la oportunidad para la detección de nuevos biomarcadores moleculares implicados en los mecanismos fisiopatológicos de la linfomagénesis, que han permitido perfeccionar su clasificación, mejorar la precisión diagnóstica y establecer pronósticos de resultados de los pacientes. Un reto ante la emergencia de numerosos biomarcadores es seleccionar aquellos que pueden ser aplicables en la práctica clínica, elegir la tecnología adecuada para reproducirlos, validarlos, así como valorar costo efectividad. La interacción dinámica de los diferentes factores involucrados en el desarrollo, evolución y pronóstico de los linfomas, junto con la aplicación adecuada de biomarcadores útiles en el diagnóstico y tratamiento, facilitarán el cambio a una medicina personalizada en pacientes con linfoma.
REFERENCIAS (EN ESTE ARTÍCULO)
Federico M, Bellei M, Marcheselli L, Luminari S, Lopez-Guillermo A, Vitolo U, et al. Follicular lymphoma international prognostic index 2: a new prognostic index for follicular lymphoma developed by the international follicular lymphoma prognostic factor project. J Clin Oncol. 2009;27(27):4555-4562.
Salek D, Vesela P, Boudova L, Janikova A, Klener P, Vokurka S, et al. Retrospective analysis of 235 unselected patients with mantle cell lymphoma confirms prognostic relevance of Mantle Cell Lymphoma International Prognostic Index and Ki-67 in the era of rituximab: long-term data from the Czech Lymphoma Project Database. Leuk Lymphoma. 2014;55(4):802-810.
AFILIACIONES
1 Departamento Clínico de Hematología, División Onco-Hematología, Unidad Médica de Alta Especialidad (UMAE), Hospital de Especialidades (HE), Centro Médico Nacional de Occidente (CMNO), Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). Guadalajara, Jalisco, México.
2 Programa del Doctorado de Farmacología (PNPC), Universidad de Guadalajara, Centro Universitario de Ciencias de la Salud. Guadalajara, Jalisco, México.
3 Unidad de Investigación Epidemiológica y en Servicios de Salud, CMNO, Órgano de Operación Administrativa Desconcentrada, IMSS. Guadalajara, Jalisco, México.
4 Programa Internacional. Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Guadalajara. Zapopan, Jalisco, México.
5 Departamento Clínico de Medicina Interna, División de Medicina Interna, UMAE, HE, CMNO, IMSS. Guadalajara, Jalisco, México.
6 Programa Nacional. Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Guadalajara. Zapopan, Jalisco, México.
Conflicto de intereses: los autores declaran no tener conflicto de intereses.
Financiamiento: los autores no recibieron financiación extrainstitucional.
CORRESPONDENCIA
Dr. en C. Arnulfo Hernán Nava-Zavala. E-mail: navazava@yahoo.com.mxRecibido: 17/03/2023. Aceptado: 03/04/2023.