2023, Número 5
Choque séptico por Rhodococcus equi, una etiología infrecuente
Idioma: Español
Referencias bibliográficas: 9
Paginas: 444-445
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RESUMEN
La sepsis y su forma más grave, el choque séptico, son entidades causantes de altas tasas de mortalidad hospitalaria. La identificación del agente etiológico y la terapia antibiótica dirigida mejoran el pronóstico del paciente. Se presenta el caso de un hombre con infección por SARS-CoV-2 con posterior sepsis y choque séptico secundarios a Rhodococcus equi. El paciente fue satisfactoriamente tratado y egresado.INTRODUCCIóN
Rhodococcus equi es un cocobacilo intracelular aeróbico, Gram positivo, débilmente ácido, siendo un patógeno animal desde su aislamiento.1,2 La infección es algo inusual y ocurre, comúnmente, en pacientes infectados por VIH, receptores de trasplantes de órganos y otros estados de inmunodeficiencia.3,4 La sepsis secundaria a este patógeno raramente ha sido documentada, ya que es más común como causante de neumonía necrotizante y se ha relacionado, en su mayoría, a bacteriemias secundarias a infección de catéter venoso central.5 El objetivo de este trabajo es documentar a Rhodococcus equi como causante de sepsis y choque séptico.
PRESENTACIóN DEL CASO
Masculino de 59 años de ocupación bolero de zapatos, con esquema completo de vacunación para SARS-CoV-2. Inició con presencia de malestar general y fiebre, sus síntomas empeoraron con síntomas de disnea de pequeños esfuerzos y somnolencia. Acudió a nuestro hospital con saturación de oxígeno de 70%; se inició manejo avanzado de la vía aérea, colocación de vía central y ventilación mecánica invasiva, ingresando a la Unidad de Terapia Intensiva. La prueba rápida para infección por SARS-CoV-2 es positiva. Cinco días posteriores, presentó fiebre de 39 oC y aumento de leucocitos de 11.54 a 17.1 cel/μL con 85% neutrófilos, con presión arterial media de 55 mmHg; se inició esquema empírico antibiótico con imipenem/cilastatina 500 mg cada seis horas y vancomicina 1 g cada 12 horas intravenosos; se tomaron hemocultivo de catéter venoso central, vena periférica, así como cultivo de secreción bronquial y se inició apoyo vasopresor con norepinefrina; los exámenes de orina sin datos de infección, ni alteración en pruebas de funcionamiento hepático o renal, la tomografía simple de tórax evidenciaba vidrio despulido y áreas de consolidación bilateral. Después de 48 horas posteriores al inicio de antibioticoterapia, remitió la fiebre y se disminuye gradualmente apoyo vasopresor hasta retiro, continuó manteniendo parámetros de protección pulmonar, con recuento leucocitario de 14.8 cel/μL y 80% de neutrófilos. El reporte de cultivo de secreción bronquial fue negativo; hemocultivo central con crecimiento de colonias asalmonadas y en el análisis microbiológico se reportó catalasa y factor equi positivos, características compatibles con Rhodococcus equi, sensible a meropenem, imipenem/cilastatina, vancomicina, eritromicina y tobramicina, completando esquema antibiótico a 15 días, agregándose eritromicina 500 mg cada ocho horas por 40 días y se retiró catéter venoso central. Se realizo traqueostomía y se retiró del ventilador a las 48 horas, con descenso gradual en requerimientos de oxígeno hasta suspender, sin nuevos episodios febriles y último recuento leucocitario en 8.9 cel/μL, siendo egresado a su domicilio por mejoría clínica.
DISCUSIóN
El primer caso documentado de infección por Rhodococcus equi fue en 1967, un masculino de 29 años con hepatitis autoinmune tratado con prednisona y 6-mercaptopurina. Trabajaba limpiando corrales y posteriormente desarrolló abscesos pulmonares y subcutáneos.6 A partir de entonces, se ha reportado esta entidad en pacientes principalmente con inmunocompromiso, siendo más común en infectados con VIH, trasplantados o con cáncer.3,6 Existen diversas formas de transmisión, incluyendo: inhalación del suelo, inoculación de heridas, propagación nosocomial, colonización humana y transmisión persona a persona;6 en nuestro caso, la adquisición pudo estar relacionada con exposición a fibras para boleado de zapatos propios de su actividad laboral.
En pacientes inmunocomprometidos, usualmente se presenta como una neumonía necrotizante con cavitaciones, derrame pleural o empiema. Las manifestaciones extrapulmonares ocurren por diseminación hematógena e incluyen nódulos subcutáneos, absceso renal, linfadenitis, endoftalmitis y osteomielitis.1 En pacientes inmunocompetentes, la presentación pulmonar es la más frecuente, aunque también se han documentado la presencia de mastitis, infección en sitio de catéter y bacteriemia.5,7
Los hemocultivos son positivos en 50% de pacientes inmunocomprometidos y 10% en pacientes inmunocompetentes. Si se ha aislado Rhodococcus equi de un sitio estéril, no debe ser considerado contaminación.5 El tratamiento antibiótico incluye la claritromicina, rifampicina, imipenem, eritromicina, gentamicina, vancomicina, azitromicina, doxiciclina y linezolid. Las combinaciones de macrólidos con rifampicina o doxiciclina son altamente efectivas, además de tener actividad intracelular (Rhodococcus equi sobrevive y se replica en el interior de los macrófagos).8 Recientemente, se han documentado cepas resistentes a rifampicina y macrólidos atribuidos a la presencia de pRERm46.9 El tratamiento instaurado en nuestro paciente a base de imipenem/cilastatina, vancomicina y eritromicina fue efectivo, con remisión del cuadro.
CONCLUSIONES
La sepsis y el choque séptico siguen siendo una de las principales causas de mortalidad, donde el manejo antibiótico oportuno es fundamental. Patógenos como Rhodococcus equi, son raramente causantes de sepsis y choque séptico, presentándose con mayor frecuencia en pacientes inmunodeprimidos y en forma de neumonía, pocas veces en forma de bacteriemia; sin embargo, es un patógeno emergente a tener en consideración ante la presencia de factores de riesgo. La mayoría de las cepas son sensibles a beta lactámicos y, aunque no hay un conceso sobre la duración óptima de la terapia antibiótica, el uso de antibióticos con actividad intracelular es una parte importante del tratamiento.
REFERENCIAS (EN ESTE ARTÍCULO)
AFILIACIONES
1 Hospital General de Zona Norte de Puebla, México.
CORRESPONDENCIA
Carlos Enrique López Rodríguez. E-mail: carlos.loprod@outlook.comRecibido: 10/02/2022. Aceptado: 04/05/2022.