2023, Número 2
Disforia de identidad
Idioma: Español
Referencias bibliográficas: 6
Paginas: 98-100
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En la evolución de la corporeidad siempre ha tenido un rol fundamental la influencia génica (determinada por los genes en un sentido biológico estricto) y la influencia epigénica, que es determinada por las condiciones del entorno ambiental en todas sus acepciones.
De esta forma integramos la disforia a la lista de malestares psicoemocionales del individuo, justamente cuando inicia su interacción con la sociedad, y empieza a cobrar relevancia la forma en que los demás lo perciben y su posible aceptación por otros grupos sociales que tienen determinados patrones culturales.
Este malestar emotivo que trasciende más allá de una confusión decisoria, tiene efectos en la salud mental y en el desarrollo del individuo en el entorno sociocultural. Aquí se gesta la eterna disconformidad entre "mi cuerpo" y el "cuerpo" que la sociedad desea, en medio de una serie de conjugaciones de tiempos gramaticales y postulados de "idoneidad" o de perfección simétrica, a partir de la cual se obtienen ciertas membresías sociales y aceptaciones en círculos colectivos determinados.
La obesidad y su vinculación a la disforia corporal es una de las condiciones más frecuentes, y por lo regular se vincula a los trastornos de la conducta alimentaria (anorexia, bulimia) que eventualmente ponen en riesgo la salud y la vida de las personas que padecen este tipo de alteraciones.1-4
La disforia de género es otra entidad que recientemente ha cobrado mayor visibilidad como producto de la difusión en redes de comunicación a la que tienen acceso las niñas, niños y adolescentes. Su presencia se define por patrones de información caracterizados por oleadas e inercias informativas que carecen de una sustentación científica (pseudociencia), que habitualmente son promovidas por la oferta y demanda de contenidos que ofrecen un vehículo rápido para cambiar la realidad y expiar el sufrimiento.
Los "creadores de contenido", "influencers", "tiktokers", "youtubers", "bloggers", "twiteros", etc. representan una fuente de información que tiene como distintivo una valentía osada para transmitir mitos con una certeza inaudita, lo que ha contribuido a definir los nuevos perfiles de la pseudociencia digital ante el silencio opresivo de la ciencia y su ausente rol social en la gestión del conocimiento y la conformación de liderazgos.2,3
La diferenciación gonadal y su expresión física (dígase genital) se define de forma biológica y se enlaza en gran medida a los patrones conductuales futuros; particularmente en la etapa crítica de la sensibilidad hormonal en la pubertad que es donde concurren una serie de eventos reactivos a los perfiles hormonales secretados por las gónadas diferenciadas (ovario y/o testículo), y que tienen un impacto en el sistema neuroendocrino del cerebro y en el rol comportamental de la persona.4,5
En las etapas tempranas de la infancia, rara vez de motu proprio las niñas o niños plantean discrepancias al respecto, y no se identifican conflictos más allá de los derivados de sus procesos de adaptación social y de las etapas transicionales entre el "yo" y los "otros". Los niños en su sentido genérico e inclusivo viven su niñez con el respaldo de una red afectiva de tipo familiar con cualquiera de sus variantes, y con la certeza de que sus redes génicas y afectivas, además de la sociedad, atenderán oportunamente y con responsabilidad esa Paideía.1,i
i La Paideia no era sólo "crianza física", sino el más alto ideal educativo de los griegos: enseñanza del honor y el respeto; cualidades morales y éticas, amonestación educadora, consejo constante y guía espiritual así como formación del hombre mediante el cuidado de un hombre ya formado". Calvo T. Revista de Filosofía., 2003;30:9-21.
Esta tradición educativa de los griegos no se concretaba a la educación o crianza tradicional, sino que incorporaba la transmisión de valores y principios conductuales y comportamentales aceptados por la sociedad bajo la figura de la protección y el tutelaje.
No obstante, estos patrones son bien definidos por el entorno biológico, también existe la posibilidad de que la persona tenga la percepción de que su cuerpo no corresponde con su identidad de género, que no necesariamente representa su orientación o preferencia sexual.
Es a partir de esta incongruencia en la percepción propia entre la corporeidad y la conducta derivada de los patrones sociales donde se ratifica el término de disforia, que eventualmente no sólo genera un quebranto en la identidad de la persona, sino que también puede condicionar a una serie de trastornos psicoemocionales que en muchas ocasiones tienen un peso mayor en la salud psicoemocional para el resto de la vida.
Este patrón de autopercepción y la percepción de la sociedad sobre "mi persona" es una etapa subsecuente a los procesos introspectivos de auto-reconocimiento y aceptación personal, que en orden cronológico serían prioritarios y fundamentales para definir posteriormente la interacción con los demás en términos de la aprobación por los "otros". Es este paso introspectivo que desafortunadamente hemos estado perdiendo ante la escalada tumultuosa del acceso a la información digital que representan los espacios virtuales que promueven el desarrollo de un "cerebro efímero".6,ii Aquí se nos vende (se vende literalmente, ya que no es gratis) la idea del bienestar a corto plazo, de evitar el sufrimiento por rutas alternas más placenteras, de ahorrar el tiempo y no transitar por los caminos cuesta arriba: "Disfrute ahora… pague después".
ii Ramos-Zúñiga R. El cerebro efímero. La epidemia oscura. Fondo Editorial Universitario, 2018. Guadalajara, México.
Esta inercia ha dejado en desuso la introspección reflexiva y el desarrollo de capacidades críticas de la persona, toda vez que desde etapas tempranas se ve influenciada por una gran cantidad de información de consumo que bajo la estafeta "progresista" plantea una ruta atractiva de "abandonar la etapa de la niñez aburrida", e incursionar en el mundo de las emociones digitales tempranas del mundo adulto.
En los primeros años de vida la persona no tiene claridad sobre la identidad de género y la orientación sexual, y en la adolescencia puede agregarse este concepto a la lista de condiciones que parecen inciertas y generar confusiones en el plano de la toma de decisiones en este segmento transicional a la etapa adulta.
Pese a que la comunidad científica consideraba al inicio que el patrón conductual para la identidad de género podía ser maleable, hoy se identifica que en general se encuentra bien definido desde etapas tempranas en la mayoría de los casos, y que guarda una correlación con las manifestaciones somáticas o corporales que se vinculan a la diferenciación biológica gonadal. En aquellas circunstancias en que se manifiesta disforia de género, se ha aceptado en algunos países el uso de fármacos para retrasar la pubertad por periodos cortos, y promover una estrategia de acompañamiento profesional al respecto. Pero también hay quienes consideran esto como una intromisión a los procesos biológicos "naturales" ante lo que pudiese tipificarse como un mensaje modernista de la psicobiología de género, al referirse a esta discrepancia como un retorno al origen de que es "mejor seguir en la niñez otro tanto de tiempo".3,iii
iii Guillamón A. Colega del Master en Neurociencia Cognitiva (U.A. Barcelona) Catedrático emérito de la UNED y neurocientífico que ha dedicado su vida académica a los estudios de identidad de género y psicobiología. Disponible en: https://blogs.elconfidencial.com/espana/tribuna/2022-07-04/incongruencia-disforia-genero-ninos-adolescentes_3452994/
Recientemente se ha cuestionado la temporalidad de la maduración de la vía inhibitoria del lóbulo frontal, que conductualmente se vincula con nuestra capacidad de evaluar los riesgos, tomar precauciones y regular los patrones de impulsividad. La comunidad científica asume que esta vía madurará cronológicamente en una etapa posterior a la vía excitatoria frontal, lo que define parte de los patrones comportamentales de la adolescencia que pueden lograr un punto de equilibrio a partir de los 23 años. De aquí deriva la relevancia del impacto de las adicciones a cierto tipo de sustancias, y en general de conductas adictivas en cerebros aún inmaduros ante patrones de recompensa desmedida que apuestan al hedonismo puro, sin medir las consecuencias que puedan presentarse de forma permanente.
Este mismo escenario forma parte de la incertidumbre en la toma de decisiones en esta etapa de la identidad, pero con la diferencia de que en estos periodos críticos no se trata de resolver algo banal como elegir o decidir el color de la ropa, o el tipo de accesorios estéticos, o el estilo del corte de pelo, sino que se trata eventualmente de una decisión mayor que trascenderá el resto de sus vidas.
Las tendencias "innovadoras" sobre cierto tipo de experiencias se ven influenciadas con frecuencia por la necesidad de atención y aceptación (likes), a tal grado que tal como lo señalaba F. Savater: "Hoy es más difícil argumentar con un adolescente que con su abuela". El mismo filósofo alerta sobre los riesgos mayores de la información "innovadora" del presente comparada con los mitos del oscurantismo del pasado.2
Es en consecuencia cada vez más necesario que ante ciertos dilemas éticos derivados de estos conflictos, la persona tenga la plena certeza madurativa relacionada con su competencia para decidir, en términos de autonomía, y la medición realista de las consecuencias de sus actos. Que el rol de protección y cuidado de los padres, tutores y del estado mismo se oriente siempre a la preservación de sus derechos, pero también a la ponderación de las consecuencias a largo plazo derivadas de dichas fluctuaciones conductuales.
El acompañamiento profesional seguramente podrá aportar claridad a los interesados (más allá de la decisión de un juez)iv para entender que no se trata de condiciones patológicas, sino de variaciones en los patrones conductuales que forman parte de nuestra diversidad.
iv Judicialización de las decisiones médicas.
Si bien como sociedad plural e incluyente hemos aprendido a respetar todos los formatos contemporáneos posibles, y desaprendido gradualmente de los juicios destructivos a lo que es diferente, también debemos asumir la responsabilidad que esto conlleva en el curso del tiempo y en el futuro transgeneracional, más allá de las escaladas digitales de modas friendlyv que pueden desvincularse de las consecuencias reales y dejar de lado las prioridades más elementales.
v La tendencia Pet-Friendly abre una serie de posibilidades ante un nuevo formato en que las personas tienen una mascota como parte de su estructura familiar. Nuevos negocios de comida y restaurantes con una visión progresista permiten el acceso a perros y gatos, incluso en algunos sitios ofrecen un menú y facilidades (agua y reservorio para alimentos). Generalmente no permiten el acceso a personas a vender sus productos a los comensales ni que se acerquen personas en situación de calle.
Particularmente, sigue siendo de vital trascendencia fortalecer la plenitud de la niñez desde la corresponsabilidad en la educación, cuidados y protección en una etapa de gran trascendencia para su vida, para que como adultos en el futuro puedan ejercer con plena responsabilidad sus decisiones personales.
REFERENCIAS (EN ESTE ARTÍCULO)
Savater F. Disforia educativa. "Hay que ayudar a quienes sufren problemas de adaptación a su cuerpo y la interacción social, aunque rara vez los trastornos de la pubertad se resuelven con intervenciones médicas". 29 de mayo de 2022. Disponible en: https://theobjective.com/elsubjetivo/opinion/2022-05-29/disforia-educativa-transexualidad/
AFILIACIONES
1 Profesor investigador. Médico Especialista Re-certificado en Neurocirugía. Consejero Emérito del Consejo Mexicano de Cirugía Neurológica. Doctor en Neurociencias. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores. Instituto de Neurociencias Traslacionales. Dpto. Neurociencias. Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS). Universidad de Guadalajara. México.
CORRESPONDENCIA
Rodrigo Ramos-Zúñiga. E-mail: rodrigorz13@gmail.comRecibido: 31/10/2022. Aceptado: 01/11/2022