2022, Número 5
Hospital Infantil de San Luis Potosí, México, 1893-1900
Idioma: Español
Referencias bibliográficas: 40
Paginas: 211-216
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RESUMEN
La Casa de Salud para Niños de San Luis Potosí, que se renombró como Hospital Infantil, fue una de las primeras instituciones que sentaron las bases de la atención pediátrica en México, y se fundó gracias al Dr. Miguel Otero y Arce. En esta crónica se describe la evolución de esta institución desde su inauguración el 21 de abril de 1893 hasta su cierre. Este hospital contaba con dos salas de hospitalización con 20 camas cada una, sala de operaciones, botica, consultorio, habitaciones para el personal de enfermería, baños, cocina, sala de enfermedades contagiosas, departamento de niños ciegos, e incluso gallinero y establo. Ahí se publicó la revista Anales del Hospital Infantil de San Luis Potosí. Los problemas económicos llevaron a transformarlo en el Hospicio para Niños y Ancianos en 1900. En 1910 se transformó en el Hospital Diocesano "San Carlos Borromeo", y para 1915 se convirtió en el Hospital Civil "Dr. Miguel Otero", para finalmente constituirse en el Hospital Central de San Luis Potosí "Dr. Ignacio Morones Prieto", en 1947.INTRODUCCIóN
En México, los primeros intentos por beneficiar la salud infantil y crear instituciones dedicadas a su atención se iniciaron en la segunda mitad del siglo XIX. La primera iniciativa surgió del presidente Benito Juárez, quien en 1861 emitió un decreto para crear un hospital de maternidad e infancia; sin embargo, no llegó a fundarse.
En 1868, el Dr. Luis Fernández Gallardo, concejal de la Comisión de Beneficencia del Distrito Federal, promovió la creación de una sala para niños enfermos en el Hospital de San Andrés, designando al Dr. Eduardo Liceaga cómo médico de la sala. Un año después, el Dr. Ramón F. Pacheco, director de la Casa de Maternidad, fundada por la emperatriz Carlota, unió ambas instituciones al crear el Hospital de Maternidad e Infancia. Posteriormente, en 1877, el Dr. Samuel Morales Pereira y el Sr. Miguel Vargas fundaron el Hospital de la Caridad para Niños de Puebla.1,2
Esta tendencia también ocurrió en San Luis Potosí, donde el Dr. Miguel Otero y Arce (Figura 1)3 fundó una Casa de Salud para Niños en 1893, cuya historia se relata en este artículo.
EL FUNDADOR:
El Dr. Otero nació en la Ciudad de México el 21 de abril de 1850. Se graduó de médico cirujano en la Escuela Nacional de Medicina en 1880, dos años después ingresó al Cuerpo Médico Militar con el grado de teniente coronel, siendo comisionado a la guarnición de San Luis Potosí para establecer un hospital militar, que se inauguró el 10 de noviembre de 1891.
Para 1883 también figuraba en el cuerpo docente de la Escuela de Medicina local, primero como catedrático de la materia de Fisiología y de Higiene, y más tarde se encargaría de Terapéutica Médica Pediátrica y Clínica Infantil. Por esto último, se considera el fundador de la pediatría potosina. En 1888 fundó en el hospital militar un "laboratorio pasteuriano" donde logró elaborar la vacuna antirrábica con sus propios medios. Por su fecunda labor fue admitido como socio de la Academia Nacional de Medicina en 1891.
En 1910 regresó a vivir a la Ciudad de México, falleció por tifo el 8 de diciembre de 1915 y fue sepultado en el Panteón Francés. En su lápida se escribió: Amó al prójimo más que a sí mismo.4,5
EL PROYECTO DE LA CASA DE SALUD PARA NIñOS
En agosto de 1890, el Dr. Otero dio a conocer un folleto titulado "Proyecto que tiene por objeto remediar una ingente necesidad moral y patriótica, para cuya realización se convoca a la sociedad mexicana en nombre del Cuerpo Médico potosino". Este trabajo enfocaba la atención sobre la enorme mortalidad de los niños entre la clase indigente, al señalar que en la ciudad de San Luis Potosí -cuya población era de 60,000 habitantes- se recibían siete niños diariamente en la fosa común del cementerio, lo que representaba 25,550 defunciones en 10 años. También consideraba que la ignorancia, la miseria y el fatalismo en los que el pueblo vivía eran los motivos de la cifra tan alta de fallecimientos, pues los jornaleros que apenas recibían 21 centavos de salario por un trabajo de 10 horas en pleno sol, no tenían recursos para atender las enfermedades de sus hijos.6
En dicho folleto el Dr. Otero, movido por el gran cariño que le inspiraban los niños, en vista de la triste condición de la clase pobre y ante la falta de los cuidados que eran tan necesarios, propuso la fundación de hospitales de infancia con dispensario de medicinas, alimentos y centro de socorros a domicilio, en cada población de importancia del país. Señaló que esos centros podrían estar ligados entre sí para prestarse mutuo apoyo, lo cual ayudaría a disminuir la extraordinaria mortalidad de los niños.6,7
En septiembre de 1890 se integró la Junta Directiva que debía organizar los trabajos para la construcción de un hospital infantil en San Luis Potosí, que quedó compuesta por dos presidentes honorarios: el Lic. Carlos Díez Gutiérrez, gobernador del estado, y el Sr. Ignacio Montes de Oca y Obregón, obispo de la diócesis; acompañados de los siguientes vocales: Dr. Ignacio Alvarado, padre, Sr. Matías Hernández Soberón, Dr. Ignacio Gama, Dr. Miguel Otero, Sr. José Encarnación Ipiña, Dr. Gregorio Barroeta, Ing. Blas Escontria, Dr. Gustavo Pagenstecher, Sr. Ramón Othón, Dr. Manuel O. Silva, Sr. Manuel Pereda, Dr. Francisco I Martínez, Ing. Gustavo Alemán y farmacéutico Rafael Rodríguez.8
En los siguientes dos años, la junta directiva se dio a la tarea de reunir fondos para la construcción del hospital, entre ellos algunos donativos como los $30,000.00 ofrecidos por el gobierno con cargo al rubro de las mejoras no previstas.9,10 También por el producto de diversas festividades, como la organizada por el Sr. Matías Hernández Soberón en tributo del Sagrado Corazón de Jesús,11 y otra realizada en el Hotel Jardín, donde el joven Miguel R. Soberón presentó un monólogo cómico de don Manuel José Othón, quien cedió los beneficios que le correspondían por la obra.12,13
INAUGURACIóN DE LA CASA DE SALUD PARA NIñOS
El 21 de abril de 1893, en una vieja mansión situada en el costado poniente de la calzada de Guadalupe adaptada para el objeto (Figura 2),14 se inauguró la Casa de Salud para Niños que estaba destinada a la atención de la niñez enferma. Ahí se instaló un laboratorio pasteuriano para realizar investigaciones sobre rabia y tifo. Los objetivos de la nueva institución fueron: atender enfermedades de los niños hasta los 15 años, abrir un consultorio médico-quirúrgico para atender niños enfermos, contar con un dispensario para pobres de solemnidad, establecer un centro de socorros a domicilio y crear un departamento especial para niños ciegos.15
En una crónica de la época, se describió a la institución de la siguiente manera:16
Se trataba de un edificio cercado por una balaustrada de ladrillo, al cual se ingresaba por una elegante puerta de hierro, pasando después por un pequeño jardín y luego por una cómoda escalinata que subía a la plataforma que servía de base. A la izquierda se podía ver el botiquín y el consultorio, en cuyo departamento había un elegante aparador donde estaban colocadas, en bonitos pomos de cristal, todas las medicinas indispensables, así como balanzas, pildoreros, morteros, probetas, copas graduadas y cuanto se podía necesitar en una botica. En los cristales del aparador, y a dos tintas, había un letrero que decía: "Casa de Salud para Niños".
Por ese mismo departamento se entraba a otro de forma octogonal muy elegante y con un techo de cristal figurando un cono truncado con una cortina corrediza de color verde para graduar la luz. El departamento estaba destinado a la sala de operaciones, por lo que en el centro se veía la mesa que servía para ese propósito. En el centro de una de las paredes laterales había un escaparate destinado a los instrumentos de cirugía, la mayor parte de los cuales, según se decía había sido proporcionados por el Dr. Otero, quien invirtió la considerable cantidad de $8,000.00. En las paredes y colocados en repisas de madera se podían observar irrigadores y otros aparatos entre los cuales había un aspirador y un microscopio. Para la dotación del botiquín y la sala de operaciones contribuyeron el Sr. Rafael Rodríguez y los Dres. Francisco I Martínez y Manuel O Silva.
A la derecha estaba el recibidor, modesto, pero elegantemente amueblado. En lugar preferente había un cuadrito, obra del Sr. don Jesús Ramos, que representaba al Salvador diciendo: Dejad a los niños que vengan a mí. Comunicado con este departamento estaba la despensa y el guardarropa, en donde había dos armarios destinados para guardar las cosas de cocina y la ropa de los niños. Siguiendo esa línea y formando ángulo con la barda del norte estaba la cocina. También a la derecha, había cuatro piezas por concluir y cinco a la izquierda que servirían para operaciones de importancia, laboratorio farmacéutico, sala de recepción y alcoba de la enfermera mayor, sala para enfermeras subalternas, refectorio privado, gallinero, etcétera.
Para llegar a los dos salones de enfermería, los únicos con los que contaba el edificio, se pasaba por un elegante pasillo de cerca de 15 metros de longitud por cinco de latitud. Los salones que eran de forma elíptica de 15 metros en su diámetro mayor y 10 metros en el menor estaban cercados por una balaustrada de ladrillo, la cual conducía a los inodoros, baño de regadera y baño tibio, situados respectivamente a la cabecera de cada uno de los salones. Los muros, que eran de piedra y mezcla estaban huecos, los techos eran de vigueta de hierro y bóveda plana; los pisos eran de ladrillo colado y estaban exentos de toda humedad porque los salones estaban levantados sobre arcos de mampostería que permitirían la libre circulación del aire, un sistema de ventilación que con buen éxito se utilizaba en el Middlessex Hospital de Londres.
La Casa de Salud para Niños se inauguró con 40 camitas, 20 por cada salón, provistas de sus correspondientes colchones y de la suficiente ropa blanca, además de la cama para la enfermera. En la cabecera de cada cama, en un marco convenientemente barnizado, se veía el número de orden y una boleta donde constaba el nombre del niño enfermo y de su protector. Además, a la entrada de cada uno de los salones había un vestíbulo que servía para la mesa de las medicinas y el bufete del practicante.
Para surtir de agua había un aljibe esférico de tres metros de diámetro, el cual la recibía por una cañería que se comunicaba con la fuente del Santuario y se repartía a todos los departamentos por cañerías de hierro por medio de una bomba aspirante, colocada en el extremo de cada salón. En el costado norte del edificio había un departamento especial, enteramente aislado con puertas únicamente a la calle que servía para el depósito de las materias fecales, para lo cual se empleaba un sistema de tinas movibles. Este departamento, así como los inodoros, estaba provisto de un doble tubo ventilador, que se elevaba a gran altura y en cuya extremidad superior había un tubo horizontal movible provisto de su correspondiente veleta para que siguiera la dirección del viento. Por último, en el fondo, se veía el establo para las vacas, cuyo trazo se debió al Dr. Francisco I Martínez. Aunque ya se había inaugurado, aún faltaba por construir cuatro salones iguales a los descritos, y los departamentos de enfermedades infecciosas, y para los niños ciegos.
EL HOSPITAL
Como se ha mencionado, una de las primeras necesidades era construir el departamento de enfermedades contagiosas, por lo que el domingo 6 de agosto de 1883, los miembros de la sociedad taurina "Francisco Montes" realizaron una corrida de toros para atender esa urgente necesidad.17 El 9 de noviembre de 1894, el entonces gobernador del estado, Lic. Carlos Díez Gutiérrez, inauguró un departamento para pacientes contagiosos y puso la primera piedra de otro; como dato interesante, acudieron en calidad de invitados de honor los asistentes al Segundo Congreso Médico Mexicano.18 En ese congreso, el Dr. Otero presentó el trabajo: "La tuberculosis y otras enfermedades por miseria, observadas en el Hospital Infantil de San Luis Potosí. Manera de remediarlas".19
Otro de los pendientes era la construcción del departamento para niños ciegos, para lo cual se llevaron a cabo varias actividades filantrópicas, entre ellas un evento en el Teatro de la Paz. Finalmente se inauguró el 1 de enero de 1899, pero al mismo tiempo se colocó la primera piedra de las escuelas y talleres para niños y adultos necesitados.20,21
Con el propósito de disminuir el costo de las recetas tanto para los pacientes como para el Hospital, el domingo 9 de febrero de ese año, el gobernador del estado inauguró la botica y el consultorio del Hospital Infantil, los cuales estaban ubicados en la casa número 24 de la tercera calle del Apartado, hoy Madero.22
En 1896 se empezó a publicar la revista Anales del Hospital Infantil de San Luis Potosí, la primera publicación pediátrica científica de México, el fascículo tenía un costo de 35 centavos; sin embargo, no fue suficiente para cubrir sus costos y a causa de problemas económicos solamente se publicó un tomo, por lo que desapareció en julio de 1897. El director era el Dr. Otero y los redactores los Dres. Ignacio Gama, Antonio Alonso, José Ma. Quijano y el farmacéutico Manuel Guzmán. La temática y los autores fueron diferentes; por ejemplo: "Porvenir de la profesión médica", "Apología razonada de la cistostomía hipogástrica", "Estado sanitario de San Luis Potosí y medidas necesarias para desterrar el tiphus", y "Seroterapia de la fiebre exantemática", entre otros.23-25 Es significativo comentar que, el Dr. Federico Baquero Torres (Figura 3)26 inició la publicación de una serie de artículos denominados Higiene del niño enfermo, con la finalidad de juntarlos y publicar un tratado sobre el tema, el primero de ellos fue El método más sencillo y cómodo para administrar los medicamentos; al desaparecer los Anales los trabajos se siguieron publicando en el periódico El Estandarte de San Luis Potosí, pero la obra no se concluyó.25,27,28
LOS FONDOS PARA EL HOSPITAL
El hospital se sostenía principalmente con los recursos del Dr. Otero, pero además existían donativos de la sociedad potosina y pocas aportaciones del gobierno. Por lo tanto, desde su fundación y hasta antes de su clausura se desarrollaron todo tipo de eventos destinados a obtener los recursos necesarios. Las actividades incluyeron bailes de caridad y donativos,29,30 corridas de toros como la organizada el domingo 1º de diciembre de 1895, por las sociedades "Frascuelo y Montes" en la recientemente inaugurada plaza El Paseo;31 carreras de bicicletas en un improvisado velódromo a un costado de la Estación del Nacional, y posteriormente en el Velódromo del Recreo.32,33 Además, hubo actividades no vistas previamente en San Luis Potosí como una función de Sport Vasco,34 y un espectáculo de gimnasia ofrecido por la colonia alemana de la ciudad.35 También hubo funciones de teatro como la obra Después de la muerte de Manuel J. Othón, interpretada por Virginia Fábregas, el 21 de agosto de 1897 en el Teatro de la Paz,36 e incluso una lotería quincenal.37
EL ANUNCIO DE LA CLAUSURA
El 29 de octubre de 1897, el periódico El Contemporáneo publicó, en su primera plana, un editorial titulado La clausura del Hospital Infantil. En ella se hacía un enérgico llamado a la sociedad, empresarios y gobierno para que aportaran recursos económicos al hospital, porque ese templo de la caridad ya no podría permanecer abierto y su apóstol, el benéfico Dr. Miguel Otero, ya no albergaría el consuelo de tantos hijos del infortunio y del dolor. En la nota se invitaba al Dr. Otero a realizar un último esfuerzo, para que esa casa continuara prodigando todo lo necesario a los pequeños enfermos que acudían en busca de la salud, encontrando ahí no sólo al facultativo que se encargaba de sus males, sino que además recibían medicinas gratuitas e incluso operaciones sin que tuvieran que desembolsar un sólo centavo.38
Las respuestas al llamado fueron muy rápidas, en especial entre el personal que laboraba en el hospital, por ejemplo, los practicantes Florencio Medina y Cástulo Betancourt, al notificarles que ya no podía pagarles su corta gratificación, contestaron que estaban dispuestos a continuar prestando sus servicios sin necesidad de retribución.39 Sin embargo, los problemas económicos continuaron y se agravaron en los siguientes dos años.
Después de siete años de sobrevivir con los recursos que la sociedad potosina donaba, el nuevo siglo trajo noticias tristes para este hospital. El 1o de enero de 1900, el antiguo hospital de niños, que con infatigable tesón y celo sostuvieran el Dr. Otero, sus colaboradores y benefactores, se transformó en el Hospicio para Niños y Ancianos.
En síntesis, desde la fundación del Hospital Infantil y hasta su cierre se atendieron 21,426 pacientes de manera ambulatoria, se asilaron 943 enfermos y se practicaron más de 100 cirugías de importancia.40
Después de siete años de sobrevivir con los recursos que la sociedad potosina donaba, evento inaugural del nuevo hospital tuvo una gran trascendencia social, al cual acudieron numerosas familias potosinas. Tras la bendición del Hospicio por el chantre de la diócesis Agustín Jiménez, se procedió al acto inaugural a cargo del gobernador del estado Ing. Blas Escontría acompañado de su distinguida esposa, doña Guadalupe Salín, y seguramente de su hijo Manuel, quien llegaría a ser un afamado pediatra del siglo XX. Para cerrar el evento, el Sr. Alberto Sustaita, redactor del diario El Contemporáneo, leyó un cuadernito titulado Breves frases del Dr. Miguel Otero, editado con motivo de la transformación del Hospital Infantil en Hospicio para Niños y Ancianos.40
EPíLOGO
En 1910, el Dr. Miguel Otero vendió el edificio del hospicio al obispo Ignacio Montes de Oca y Obregón, quien lo transformó en el Hospital Diocesano San Carlos Borromeo. Posteriormente, el 16 de septiembre de 1915, el jefe militar y gobernador de San Luis Potosí, Gral. Gabriel Gavira, lo convirtió en el "Hospital Civil Dr. Miguel Otero". Finalmente, el 20 de febrero de 1947, el hospital desapareció definitivamente al inaugurarse el Hospital Central de San Luis Potosí "Dr. Ignacio Morones Prieto".24
AGRADECIMIENTOS
A la Mapoteca "Manuel Orozco y Berra" y al Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera por su invaluable apoyo para la obtención del material cartográfico.
REFERENCIAS (EN ESTE ARTÍCULO)
Plano general de la ciudad de San Luis Potosí, levantado por Ignacio Maldonado ingeniero civil, 1898. Mapoteca "Manuel Orozco y Berra", Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera. [Consultado el 10 de febrero de 2022] Disponible en: https://mapoteca.siap.gob.mx/wp-content/uploads/imagenes/COYB.SLP.M47.V2.0079.jpg
AFILIACIONES
1 Centro Médico de las Américas, Mérida, Yucatán, México.
Conflicto de intereses: el autor declara que no tiene.
CORRESPONDENCIA
Manuel Antonio Baeza-Bacab. E-mail: mbaezabacab@gmail.comRecibido: 01/03/2022. Aceptado: 06/08/2022