2023, Número S1
Bienvenidos los que avanzan. ¿Cómo continuar?
Idioma: Español
Referencias bibliográficas: 0
Paginas: s134-135
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Si se me dejara elegir, yo no tendría ningún inconveniente en repetir la misma vida desde un principio, lo único que pediría es el privilegio que se concede los escritores cuando hacen una segunda edición de sus obras, de corregir algunas faltas de la primera.
Benjamín Franklin.
Hace tiempo decidimos formar un grupo, y hemos comprendido la importancia del diálogo permanente y sincero. Si sabemos escucharnos, estamos construyendo ya una comunicación sólida y consolidada por el respeto mutuo y por la naturaleza de la búsqueda de nosotros mismos. Pero el camino continúa, porque es un proceso, y cada vez que mejore la comunicación y se definan más nuestros intereses, el grupo adquirirá una mayor capacidad de profundizar, y poco a poco iremos construyendo también un "estilo de trabajo" que no sólo se construirá en una cosecha de grupo, sino que se incorporará muy seguramente en el proceso individual de la formación de cada uno de sus miembros.
En el grupo se debe conocer qué piensa cada quien y qué piensan todos sobre una situación propuesta o sentida. Es este el asunto más importante, pues sus integrantes reunidos son el elemento dinámico y dinamizador del proceso de estudio. Se debe analizar qué fue aquello que los motivó para arrancar, qué fue lo que hallaron como elemento o elementos unificadores y con qué expectativas iniciaron el proceso. Cuando esto ha sucedido, cuando se ha hecho un inventario de las situaciones o problemas que lo han reunido, que lo han constituido honestamente, debe avanzar resolviendo los problemas a través de la comunicación inteligente, pensante, para poner, encontrar y plantear las causas y las consecuencias o efectos de determinadas situaciones. Mejor dicho, no quedarse sólo en el plano de identificarlas, sino preguntarse y responderse por qué se presentan, y de qué modo afectan a los individuos, al medio, a la sociedad, etcétera. En esta parte del proceso el "grupo" se enriquece buscando, pues logra mayor grado de claridad. Y entonces se genera la necesidad de instrumentar, de adquirir otras informaciones que llenen vacíos, que complementen, que aclaren dudas, etcétera.
Ante estas necesidades el "grupo" se ve en la obligación de buscar, de adquirir nuevas herramientas, nuevos instrumentos, nueva y más completa información oral, escrita, técnica o metodología que le permita "reinterpretar" sus propios juicios de valor, afirmar sus concepciones o poner en duda aquello que en la fase inicial se tenía como un hecho. Sólo esta reinterpretación puede enriquecer verdadera y honestamente las posibilidades de planificar con mayor seguridad y eficiencia un "quehacer" práctico, en el que aflore la actitud transformadora, capaz de apropiarse y resolver las situaciones o problemas.
Me pregunto: ¿termina allí el proceso? ¡Qué va! La práctica descubre nuevas situaciones, nuevos problemas quizá insospechados por el grupo, pues el descubrimiento en unión hace más fuerte la voluntad y más libre el pensamiento. Se libera el pensamiento del egoísmo individual y se enriquece su capacidad de ser objetivo (de buscar la verdad en realidad) disminuyéndose lógicamente la interferencia de la subjetividad personal, frecuentemente caprichosa.
¿Qué tal? ¿Está claro el camino?
Lo miraremos de otra manera: comprendemos y aceptamos de buen grado esta pregunta, ¿a dónde puede conducirnos este "proceso" planteado?
Aunque las respuestas pueden ser muchas, te planteamos, estimado lector, la nuestra: este proceso debe conducir al "grupo" a una nueva situación donde cada integrante adquiera su valor por la capacidad de pensar, reflexionar, sentir y compartir; donde el pensamiento y la acción de cada uno se constituyen en aporte constante al descubrimiento del mundo, de nuestro mundo.
Si llegamos a esta situación lograremos un grado óptimo de comunicación, y haremos de nuestro entorno una seria de sucesivos encuentros donde será mayor nuestra conciencia de la perfección y nuestra capacidad de identificar los valores positivos propios y de los otros, lo mismo que la capacidad de crítica y acción para superar los aspectos negativos. Quizá entonces podamos proponernos como una meta posible la de desarrollar nuestras potencialidades de una manera consciente, de todo aquello que nos concierne en nuestro proceso de seres vivos, sociales e históricos con responsabilidad individual y colectiva frente a nuestro destino.
Las potencialidades están en todos nosotros, son capacidades naturales. A veces se desarrollan accidentalmente, otras veces las desarrollamos por esfuerzo propio, o presionados por las circunstancias en la mayoría de los casos, o su detrimento es manipulado por un tipo de educación intencionada en instituciones, familias o grupos.
Cada época histórica y cada circunstancia han permitido o han entorpecido el pleno desarrollo de estas potencialidades en los jóvenes. Y en relación con este desarrollo o entorpecimiento se han presentado los grandes valores o los grandes estancamientos en la historia de la humanidad.
¿En qué consiste la capacidad crítica dentro de un grupo? Consiste en evaluar justa y honestamente los hechos, y de pronunciarse frente a ellos con firmeza y convicción. Es la capacidad que tenemos o debemos tener de reconocer la verdad por encima de los intereses individuales y a favor del interés grupal.
Ganar capacidad crítica es ganar conciencia y eficiencia en nuestra aproximación a la realidad de los hechos. Un grupo crítico está en capacidad de sostener su voluntad grupal por encima de la voluntad individual, pero sin manipulaciones de ningún tipo, limpia, honestamente. Cuando desarrollamos esta capacidad de crítica, con toda seguridad nuestra práctica será transformadora y crítica. Esta última permite que el grupo clarifique y perfeccione su búsqueda.
Sin embargo, sólo el diálogo limpio y verdadero hace posible la crítica constructiva interior de su grupo llámese sociedad, federación, colegio, grupo médico, etcétera. Y este tipo de diálogo sólo es posible cuando en verdad se desea y nos interesa avanzar. Lo decimos nuevamente: lejos, muy lejos, cualquier tipo de manipulación; y cerca, muy cerca, siempre presentes la humildad en la aceptación de los errores, la firmeza para no ocultarlos jamás; y el afecto, el interés y calor humano fraternal y solidario.
Tenemos capacidad de crear nuestras propias soluciones. Capacidad de atrevernos a descubrir o inventar caminos, y audiencia para recorrerlos contra todo pesimismo, contra todo obstáculo. Inventemos, innovemos con los pies en la tierra; hay infinidad de caminos en el sueño de la esperanza, esperando que los abordemos con fe, con fortaleza, con entusiasmo. Cualquier camino que intentemos, si es un camino con corazón, nos llevará a donde tenemos que ir, a donde nos proponemos llegar.
Nuestra capacidad de innovar, de inventar, nos permite transformar todo tipo de circunstancia adversa en deuda favorable, conquistable, accesible a nuestra fuerza, pero siempre honesta. Luchemos por desarrollar en nuestro ambiente esta actitud creativa innovadora.
Por último, debe recordarse que la rutina, síntesis de todos los renunciamientos, es el hábito de renunciar a pensar. En los rutinarios todo es menor esfuerzo, razonan con la lógica de los demás, disciplinados por el deseo ajeno, encajonándose en su entorno social, y se catalogan como reclutas en las filas de un regimiento; son dóciles a la presión de conjunto, maleables bajo el peso de la opinión pública, reducidos a varias sombras viven del juicio ajeno; se ignoran a sí mismos limitándose a sentirse como los creen los demás o sus superiores.
La popularidad tiene peligros, cuando la multitud clava los ojos por vez primera en un hombre y le aplaude, la lucha empieza. Hay que poner más lejos la intención y la esperanza; desgranado quien se olvida de sí mismo para pensar sólo en los demás. Hay que poner más lejos la intención y la esperanza resistiendo la tentación del aplauso inmediato y la gloria, es más difícil pero más digno, renunciando a toda prebenda que tenga por precio una partícula de dignidad. El líder auténtico se mueve en su órbita propia, sin esperar sanciones ficticias de orden político, el académico mundano se revela con su pensamiento y mística como si fuera su vida en un perpetuo amanecer.
Estimado amigo, es una vergüenza continuar sumergido en los mares de la desidia, del individualismo y del miedo, darle cabida a insinuaciones y decisiones macabras en todos los sentidos, a historietas que a gritos pretenden hacernos creer que algo ha cambiado, a descubrir el agua caliente, a escuchar y decirnos palabras altisonantes como si esto fuera apertura, libertad, democracia, conocimiento científico, respeto, planeación, honestidad, bla, bla, bla. Basta de falsa libertad que permite el daño desenfrenado a las entrañas de nuestras instituciones, basta de falsos pensamientos que atrasan el desarrollo, corrompen a los grupos de individuos que buscan el progreso, basta de rencores, etcétera.
Basta de tanto hablar y opinar, detengámonos a escuchar.
AFILIACIONES
1 Director Médico del Hospital Angeles Lomas. Director General Emérito del Instituto Nacional de Perinatología (INPer), Profesor titular de la Especialidad de Ginecología y Obstetricia. División de Estudios de postgrado. Facultad de Medicina, Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Maestro de la Gineco-Obstericia Latinoamericana. Maestro y doctor en Ciencias Médicas, UNAM. Presidente fundador de la Federación Latinoamericana de Medicina Perinatal (FLAMP), Ex-presidente de la Federación Latinoamericana de Sociedades de Obstetricia y Ginecología (FLASOG).
CORRESPONDENCIA
Samuel Karchmer Krivitzky. Correo electrónico: skarchmerk@gmail.com