2003, Número 1
Rev Mex Enf Cardiol 2003; 11 (1)
La aventura de editar una revista de enfermería
Maldonado RNE
Idioma: Español
Referencias bibliográficas: 0
Paginas: 4-5
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FRAGMENTO
Prácticamente desde que la enfermería se formalizó como una profesión, han existido muchos y muy variados intentos para que aquellas que dedican sus esfuerzos al cuidado de los pacientes, dejen constancia de la labor que, callada o no, significa el pilar más importante del cuidado, sin importar en qué ámbito se desarrolle una enfermera, nadie puede negar que gracias a su saber, trabajo, esfuerzo y en mucho a su imaginación, los niños, ancianos y necesitados del cuidado, encuentran en ella al aliado perfecto para mejorar su calidad de vida. ¿Por qué entonces es tan difícil editar una revista de enfermería? ¿Por qué por cada número que logra ver la luz se quedan muchos en sólo buenos deseos? ¿Dónde están esos cientos de enfermeras que día a día luchan a brazo partido para proporcionar una atención digna, que enseñan a los noveles enfermeros, igual que al médico que empieza o a tantos aspirantes a profesionales de la salud; que son administradoras, maestras, compañeras experimentadas y que le dan una vida especial a nuestro sistema de salud? ¿Por qué nos es tan difícil reunir el material para editar un número, cuando deberíamos estar se pultadas bajo toneladas de escritos que relatan las experiencias, innovaciones y resultados, del quehacer diario de enfermería? Éstas y cientos de preguntas más, surgen cuando un Comité Editorial de una revista de enfermería, como la de Enfermería Cardiológica se reúne para ver cómo puede completar el siguiente número, cuando se trabaja a marchas forzadas, antes del cierre de cada número. Después de 10 años de colaborar con la revista he sacado mis propias conclusiones y hoy quiero compartirlas contigo, que nos estás leyendo. Plasmar ideas, experiencias, dudas, opiniones, etc., en un papel, es a mi parecer lo que en verdad nos hace ser superiores a cualquier otro elemento de la creación, poner en palabras impresas la riqueza que el diario vivir nos da, convierte nuestra vida personal y profesional en algo más allá de un hecho transitorio, que se desvanece tan rápido como llega, escribir, es tal vez, uno de los actos más trascendentes para dejar huella de nuestro paso por la vida. Pero esto también es un acto de humildad, ya que al plasmar en un papel, nuestras ideas y experiencias, nuestros conocimientos, estamos abriéndonos a la crítica, buena o mala, estamos exponiendo lo que somos y lo que sabemos, es quizá por eso que cuesta tanto trabajo conseguir artículos o trabajos de investigación, o pequeñas editoriales como ésta, porque nos falta madurar como profesionales y como personas, porque aunque todos los días compartimos nuestro saber y nuestro hacer con tantas personas, lo hacemos sabiendo que la memoria es corta y que tal vez mañana nadie lo recuerde, pero al quedar impreso, se vuelve un recordatorio perenne de lo que somos. Otro de los motivos para que las enfermeras no escriban la riqueza de su quehacer, es culpa pienso yo, de quienes editamos las revistas, pues en aras del perfeccionismo al que las enfermeras somos adictas, volvemos esta tarea casi imposible para quien logra vencer el orgullo y el temor, y se decide a plasmar en palabras su riqueza profesional, cuando revisamos las propuestas que nos llegan, siempre encontramos un pero, las corregimos, las modificamos, las cambiamos, las depuramos. Hasta hacer que la autora piense que escribir es una pesadilla, un editor debe entender que el autor no debe pensar, no debe escribir, no debe transmitir, lo que quiere, piensa, o siente, y que si les quitamos la libertad de escribir siguiendo su propio estilo perdemos lo más valioso, su experiencia. Es por eso que después de diez años, sacar cada número de la revista de Enfermería Cardiológica es como una aventura, en que nunca estamos ciertas de si llegaremos a la meta, por eso quiero terminar esta reflexión con una invitación, ¿por qué no hacemos un pacto entre las editoras y nuestros cientos y tal vez miles de posibles colaboradores? Un pacto en el que unas se propongan ver a la enfermería a través de los ojos de otros y en el que la gente que hace a diario crecer y madurar esta hermosa profesión permita que los demás compartan su sabiduría, sus vivencias y sus ideas, de esta manera se creará un eslabón tan fuerte que nos permitirá crecer como profesionales, discutir, disentir, pero que nos llevará a todos a cumplir el sueño de ver nuestra profesión en el sitio que por tantos años hemos luchado por conseguir. Es este pacto que propongo, un pacto de humildad donde cada una de las partes deje de ver para sí y vea por la profesión, de la que de un modo u otro todos somos parte y estamos orgullosas.