2022, Número 3
¿Por qué Orthotips, cuándo y cómo?
Idioma: Español
Referencias bibliográficas: 0
Paginas: 190-191
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Durante casi los 20 años que estuve al frente de la División de Educación Médica e Investigación del Hospital de Ortopedia "Magdalena de las Salinas" del IMSS, observé y fui protagonista del enorme interés de las autoridades institucionales en que los médicos produjeran escritos científicos.
Se impartieron muchos cursos de investigación científica, otros tantos sobre la estructuración de un escrito médico, se intentaron recetas prácticas con las que se pretendía que los alumnos escribieran de manera sencilla y expedita; sin embargo, no se lograba el objetivo, la razón fue que nos preocupábamos más por el fin que por los medios, es decir, queríamos manuscritos, pero no fomentábamos el desarrollo de la investigación científica.
No fuimos capaces de desarrollar líneas de investigación a las cuales se pudieran adherir los médicos adscritos y los residentes, teníamos una veta de oro en la gran cantidad de pacientes que atendíamos, pero la demanda asistencial no daba oportunidad a que esta experiencia se organizara ni se sistematizara bajo el rigor de la observación científica, y menos aún a que se pudiera incursionar en el campo de la experimentación.
Las pocas revistas que existían en México y en el mundo, en las cuales se podría incluir alguna publicación, exigían que el trabajo estuviera realizado estrictamente bajo el rigor del método científico y la mayor parte de los escritos que entonces se generaban, por su estructura, carecían de la evidencia necesaria para ser publicados.
Las filas de espera para publicar un trabajo eran a veces de años y aunque algunos revisores de revistas internacionales intentábamos apoyar a nuestros autores para que se publicaran sus trabajos, no se tenían los resultados esperados.
Fue entonces que, en un congreso nacional de ortopedia, hice una reflexión: se estaban vertiendo magníficas conferencias con la experiencia de profesores mexicanos, a la altura de cualquier profesor internacional, se daban consejos importantes sobre la detección de padecimientos, sobre su tratamiento, se recomendaban guías diagnósticas y terapéuticas muy valiosas y, lo más importante, adecuadas a nuestro medio; no obstante, su divulgación sólo se quedaba en una conferencia, no se asentaba ningún testimonio escrito, por lo que consideré que debería existir un medio de difusión científica que recabara toda esa experiencia, que permitiera plasmar esas fotografías, esas gráficas tan interesantes con las que se armaban las conferencias; con esta idea, empecé a trabajar en el diseño de una revista, cuya línea editorial fuera exclusivamente la publicación de conferencias por invitación, lo que tendría además un objetivo subterfugio: propiciar la costumbre de escribir.
¿Cómo hacerlo, cuál sería el formato y la estructura de la revista? Si era algo diferente, también tendría que tener un aspecto diferente, una forma más "amigable" que el resto de las revistas científicas.
Platicando la idea con mi hijo: Enrique Espinosa González, Licenciado en Comunicación por la Universidad Iberoamericana, me sugirió un formato en media carta, cuya portada cambiara con cada tema. Me comentó que esto la haría "coleccionable", además del contenido, por su portada, se publicarían sólo conferencias por invitación, no se recibirían trabajos espontáneos ni el producto de alguna investigación científica, sólo conferencias, se buscaba respetar una línea editorial y para generar mayor confianza en nuestros autores, invitaríamos también a profesores internacionales de habla hispana.
Cada número versaría sobre un tema específico, por lo que se incluirían otros capítulos relacionados: profesores de la ortopedia mexicana en el que se narraría una biografía de un profesor distinguido en el tema, un caso clínico sobre el mismo, se sugerirían aspectos relacionados a investigar y finalmente se incluiría un cuestionario para que el lector autoevaluara su conocimiento sobre el tema, estos reactivos también podrían servir para que se fuera formando una base de preguntas para exámenes institucionales o del Consejo Mexicano de Ortopedia.
Con estos capítulos adicionales, se abría la oportunidad para que participaran ortopedistas que ejercían en ciudades pequeñas con menor desarrollo científico y tecnológico.
¿Por qué Orthotips? Me dijo mi asesor en forma sencilla y despreocupada: lo que vas a publicar son secretos de los maestros, vas a dar tips para el diagnóstico y para tratamiento, entonces el título podría ser: Orthotips.
Una vez que se tuvo la idea estructurada, buscamos la asesoría de una empresa editorial, así, durante mi gestión como director de la revista Acta Ortopédica Mexicana, tuve un gran acercamiento con Medigraphic que, comparada con otras empresas editoriales en México, me brindó la asesoría necesaria para obtener los registros oficiales de la revista: ISSN, certificado de licitud de título, certificado de licitud de contenido, el registro de reserva de derecho de autor y la posibilidad de incluir la revista en varios índices nacionales como SciELO, Artemisa y la propia Medigraphic.
Ya estaba todo listo, sólo hacía falta un aspecto muy importante para desarrollar cualquier proyecto: el financiamiento. Presentamos la revista ante algunos laboratorios y empresas de instrumental para obtener patrocinios a cambio de publicidad, porque además de la elaboración de cada número, había que hacer un tiraje, colocarlo en sobres y distribuirlo por correo, se requería personal y una oficina, así que solicitamos el financiamiento de varias empresas y Merk Sharp & Dome fue la que nos dio el mayor apoyo, al anunciar sus productos en contraportadas y asumiendo la distribución de 1,000 ejemplares por número a través de su fuerza de ventas, de igual forma, otras empresas se interesaron en el proyecto y nos apoyaron en medida de sus posibilidades.
La Revista se publicó por primera vez en septiembre de 2005 y, a partir de entonces, en forma trimestral, puntual e ininterrumpida siguió publicándose hasta marzo de 2008 cuando, platicando con el Dr. Ramiro Padilla Gutiérrez, entonces presidente de AMOT (ahora FEMECOT), hicimos un convenio con Sanofi-Aventis para que Orthotips se convirtiera, a partir de esa fecha, en el Órgano Oficial de Difusión Científica de esta Federación.
En la actualidad, puedo ver que la expectativa ha sido superada con creces, por lo que siento un enorme orgullo y a la vez agradecimiento con la FEMECOT, por haber continuado con este proyecto en forma tan exitosa.
AFILIACIONES
1Ortopedista adscrito al Hospital Ángeles Lomas. Fundador de la Revista de Orthotips.
CORRESPONDENCIA
Enrique Espinosa Urrutia. E-mail: eespinosaur@gmail.comespinosa@doctor.com