2022, Número 1
Enfermedad cardiovascular y metabólica posterior a donación renal en un hospital de segundo nivel
Idioma: Español
Referencias bibliográficas: 20
Paginas: 7-11
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RESUMEN
Introducción: Las consecuencias renales después de la donación renal de un donante vivo son controversiales en cuanto a supervivencia, enfermedad renal terminal, riesgos cardiovasculares y metabólicos. Objetivo: Conocer la frecuencia de complicaciones postquirúrgicas, cardiovasculares y metabólicas en donadores vivos relacionados postnefrectomía en un hospital de segundo nivel. Material y métodos: Estudio retrolectivo, transversal, descriptivo y analítico de sujetos donadores renales, se registraron variables clínicas y demográficas, se calculó la tasa de filtración glomerular (TFG), se evaluó la prevalencia de hipertensión, diabetes mellitus, obesidad y dislipidemia. Resultados: Se revisaron 62 expedientes de donadores renales vivos relacionados trasplantados entre 2006 y 2019. El tiempo postdonación fue de 53.9 ± 33 meses, con un promedio de seguimiento a un año después de la donación renal, 54.8% son hombres, con una edad media de 35.6 ± 10 años al momento de la donación, 22.5% desarrollaron complicaciones metabólicas, las cuales fueron: dislipidemia, principalmente hipertrigliceridemia, seguida de hipercolesterolemia. Es de notar que ningún donador presentó hipertensión o diabetes, aunque 14% presentaban intolerancia a la glucosa. La tasa de filtrado glomerular calculada categorizó a 88.1% de los pacientes postdonación renal dentro del estadio 2 de la enfermedad renal crónica. Ninguno requirió diálisis. La TFG predonación (p = 0.028) se asoció a una TFG menor de 60mL/min a 12 meses. Conclusiones: A corto plazo, la frecuencia de complicaciones cardiovasculares y/o metabólicas como hipertensión arterial sistémica (HAS), diabetes mellitus tipo 2 (DM2) y proteinuria fue baja o nula. Ningún paciente desarrolló enfermedad renal terminal, por lo que podemos considerar que la donación renal es segura a corto tiempo.INTRODUCCIóN
La donación renal debería suponer un riesgo mínimo en lo físico, psicológico y social para el donador sano, con una mortalidad estimada entre 0.02 y 0.03% dependiendo de la técnica.1
La nefrectomía unilateral representa la pérdida repentina de 50% de la masa nefronal, seguida por un aumento compensatorio en la capacidad funcional del riñón contralateral en aproximadamente un 20 a 40%.2
El efecto de la nefrectomía unilateral como riesgo cardiovascular es controversial, de hecho, los sujetos con una tasa de filtración glomerular (TFG) < 60 mL/ min/1.73 m2 tienen más probabilidades de fallecer por causas cardiovasculares que por una insuficiencia renal.3
Reportes recientes han mostrado un posible aumento tardío en las tasas de eventos cardiovasculares y un aumento temprano en la masa ventricular izquierda y marcadores de riesgo como urato y albuminuria.4,5 En estudios con seguimiento a corto plazo, no se reporta mayor incidencia de factores de riesgo cardiovascular después de la nefrectomía, ni en la presión arterial, sin cambios en la proteinuria, el índice de masa corporal, la glucosa sérica y el perfil de lípidos.1,6,7
A 6.5 años de seguimiento, Garg AX y colaboradores8 no encontraron mayor porcentaje de riesgo de eventos cardiovasculares en donadores renales. Sin embargo, otros estudios reportan que estos sujetos tienen un mayor riesgo a largo plazo de enfermedad renal crónica terminal y mortalidad cardiovascular, así como mayor incidencia de hipertensión y albuminuria.9,10
El objetivo de este estudio fue conocer la frecuencia de complicaciones postquirúrgicas, cardiovasculares y metabólicas en donadores vivos relacionados postnefrectomía en un hospital de segundo nivel.
MATERIAL Y MéTODOS
Se realizó un estudio retrolectivo tipo cohorte, obtenido de los expedientes médicos de los donadores renales en el HGR No. 1 en el periodo de 01 de enero 1993 al 30 de marzo 2018 con datos obtenidos de los archivos físicos, electrónicos y expedientes del servicio de cirugía de trasplante y nefrología. Se calculó la muestra a conveniencia.
Se incluyeron pacientes con expediente clínico y electrónico completo, a quienes se les realizó nefrectomía para realizar trasplante renal de donador vivo relacionado (TRDVR), con edad entre 16 a 55 años, género indistinto. Se excluyeron expedientes sin información completa y se eliminaron aquellos expedientes incompletos.
Se registró edad, género, índice de masa corporal y comorbilidades postnefrectomía (hipertensión arterial sistémica, dislipidemia y diabetes mellitus); asimismo se registraron variables bioquímicas. Se calculó la tasa de filtración glomerular (TFG) estimada por medio de la fórmula MDRD (Modification of Diet in Renal Disease).
Acorde a las guías internacionales, se estableció el diagnóstico de obesidad, intolerancia a la glucosa, diabetes mellitus e hipertensión arterial, asimismo para diagnóstico de dislipidemia se aplicaron los criterios de la OMS.
Se realizaron puntos de corte a los 30 días, seis y 12 meses postnefrectomía.
El protocolo fue aprobado por el comité de ética y de investigación local. Para el análisis estadístico se utilizó el programa SPSS versión 20 en español. Se realizó estadística descriptiva y un ANOVA, se consideró un valor de p < 0.05 como estadísticamente significativo en todos los casos.
RESULTADOS
Se revisaron 62 expedientes de donadores renales vivos relacionados, trasplantados entre 2006-2019. El tiempo de evolución postdonación fue de 53.9 ± 33 meses, con una media de seguimiento a un año después de la donación renal por normativa de la institución, 54.8% son hombres, con una edad media de 35.6 ± 10 años al momento de la donación, 11 de los sujetos eran mayores de 45 años. El resto de variables sociodemográficas se muestra en la Tabla 1.
De los 62 donadores renales, cinco fueron nefrectomías derechas, se presentó complicaciones en dos con infección de la herida, un individuo presentó ansiedad y depresión postdonación, 22.5% desarrollaron complicaciones, siendo la principal dislipidemia, predominando hipertrigliceridemia, seguida de hipercolesterolemia (Tabla 2).
Se presentó intolerancia a los carbohidratos en tres pacientes a los tres meses, cuatro casos a los seis meses persistiendo en tres de ellos, y a los 12 meses cinco pacientes mostraron glucosa en ayuno alterada persistiendo en cuatro de ellos. Es de notar que ningún donador presentó hipertensión o diabetes mellitus, aunque nueve (14%) presentaban intolerancia a la glucosa.
Previo a la nefrectomía, la TFG fue de 115.4 mL/min/1.73 m2 y de 73.4 mL/min/1.73 m2 un año después (Tabla 3), categorizando a la mayoría de los donadores en el estadio 2 (filtrado glomerular levemente disminuido), seguido del estadio 1 (filtrado glomerular normal o alto). La creatinina se elevó de 0.73 ± 0.12 a 1.1 ± 0.22 basal y a los 3, manteniéndose en 1.1 ± 0.21 a los 12 meses (p = 0.0001).
La tasa de filtrado glomerular calculada categorizó a 88.1% de los casos postdonación renal dentro del estadio 2 de la enfermedad renal crónica, 7.14% en estadio 1 y 4.76% en estadio 3. A los 12 meses, cinco pacientes presentaron TFG menor 60 mL/min/1.73 m2. Ninguno requirió durante el seguimiento diálisis después de la donación renal. La ANOVA de una vía para conocer las variables que se asociaron a TFG menor de 60mL/min a 12 meses fue significativo sólo para la TFG predonación (p = 0.028) y tendencia para la edad (p = 0.055).
DISCUSIóN
Veintidós punto cinco por ciento de los sujetos donadores renales después de la nefrectomía tenían complicaciones metabólicas, predominando dislipidemia, predominando la hipertrigliceridemia (19.4%) seguida de hipercolesterolemia (9.7%), esto es un porcentaje menor al compararlo con la bibliografía internacional,4,11 puede estar asociado a que nuestra población era más joven y tenían una mejor tasa de filtración glomerular; en este aspecto Bello y colaboradores12 reportan que a medida que disminuye la función renal, hay un aumento en los niveles de colesterol con lipoproteína de baja densidad (LDL por sus siglas en inglés) y triglicéridos, con reducción del colesterol con lipoproteínas de alta densidad (HDL por sus siglas en inglés). Ninguno de nuestros sujetos donadores presentó cifras diagnósticas para hipertensión arterial sistémica, resultados que concuerdan con la literatura mundial, en estudios equiparables en número de muestra, años de seguimiento y edad promedio,6,11,13 incluso se mantuvieron prácticamente iguales las cifras de presión arterial tanto sistólica como diastólica. Contrastando con el estudio realizado por Ibrahim y colaboradores9 con un tiempo de seguimiento a 12 años y con una edad promedio de 41.1 años, obtuvieron que la frecuencia de hipertensión en los donadores renales fue de 7.5% de aparición postnefrectomía, lo que podría sugerir que la presión arterial puede no tener cambios a corto plazo, pero sí a largo plazo, y que es necesario dar seguimiento a mayor tiempo a los donadores, tanto para su diagnóstico como para un tratamiento oportuno. En donantes de riñón, el desarrollo de diabetes después de la nefrectomía es a largo plazo un problema importante hasta en 14% de los donadores,9,11,14 en nuestra investigación ningún paciente la presentó, pero 14% de los sujetos presentaron glucosa alterada en ayuno, por lo que es necesario un seguimiento estrecho para realizar intervención oportuna en prevención, diagnóstico y tratamiento; para este fin se han utilizado fármacos que bloquean el sistema renina angiotensina aldosterona aunado a modulares selectivos del PPAR-g (peroxisome proliferator-activated receptor gamma) podría prevenirse la diabetes mellitus en pacientes con síndrome metabólico.15 Yadav R y su grupo16 reportan una frecuencia de proteinuria de 19%, contrastando con nuestro estudio que fue de 0.3%, tal vez influenciado porque se consideró sólo la proteinuria en el examen general de orina y no en la recolección en orina de 24 horas.
Se calcularon las TFG de los pacientes pre y un año postnefrectomía, teniendo una disminución de 42 mL/min/1.73 m2, cifras esperadas acorde a diversos estudios internacionales, donde incluso desde los dos meses muestran un descenso de 24 mL/min/1.73 m2 y al año de 39.7 mL/min/1.73 m2.12 Lo que nos traduce una disminución significativa de la TFG posterior a la nefrectomía; sin embargo, la mayoría de los pacientes quedaron categorizados con una función renal levemente disminuida.
Poggio ED y colaboradores2 reportan que donadores mayores de 45 años tienen mayor pérdida de aproximadamente 8 mL/min/1.73 m2 por década de la vida; sin embargo, en nuestros donadores no encontramos diferencia en azoados ni en la TFG estimada al comparar a los donadores mayores de 45 años contra los menores.
De los sujetos donadores, ninguno desarrolló enfermedad renal crónica (ERC) terminal, con una media de seguimiento a un año después de la nefrectomía, similar a lo obtenido por Bello y su equipo12 con una media de seguimiento a cinco años. Sin embargo, contrasta con estudios a largo plazo mayores de una década de seguimiento con una frecuencia de ERC terminal de 0.17 y 0.29% respectivamente;9,17 a 25 años de seguimiento postdonación, Rizvi SA y su grupo18 reportan ERC terminal en 0.6%, por lo que será necesario continuar el control y seguimiento de este grupo de donadores, quizás favorecido por la TFG óptima en la selección predonación, como lo comenta Tsai S-F y colaboradores.19
Sólo la TFG predonación se asoció con una TFG menor de 60 mL/min/1.73 m2 al año y tendencia para la edad, en este aspecto Lim J y colaboradores20 en un análisis multivariado encontraron que los factores relacionados con disminución de la TFG postnefrectomía eran edad, género masculino, índice de masa corporal y TFG prequirúrgica, reportando que un 25.8% de los donadores tenían TFG menor de 60 mL/min/1.73 m2. Dentro de las limitaciones de estudio está la corta duración del seguimiento y las pérdidas de los sujetos donadores; sin embargo, consideramos que nuestro estudio tiene valor médico-social debido sugiriendo sean evaluados de modo sistemático en la práctica clínica nefro-urológica con un control clínico-bioquímico.
CONCLUSIONES
En nuestra investigación, la dislipidemia postdonación renal es la principal complicación metabólica, seguida de la intolerancia a los carbohidratos. La tensión arterial se mantuvo dentro de cifras normales durante el periodo de seguimiento. La creatinina sérica aumentó significativamente a los tres meses postdonación y se mantuvo estable al año.
La tasa de filtración glomerular disminuyó significativamente después de la donación, manteniéndose estable al año de control sin implicar un riesgo para la salud, por lo que consideramos que a corto plazo la donación renal es segura.
REFERENCIAS (EN ESTE ARTÍCULO)
AFILIACIONES
1 Unidad de Medicina Familiar No. 80. IMSS. Morelia Michoacán, México.
2 Departamento de Nefrología, Hospital General Regional No.1. IMSS. Morelia Michoacán, México.
3 Departamento de Cirugía y Trasplante Renal, Hospital General Regional No.1. IMSS. Morelia Michoacán, México.
CORRESPONDENCIA
Dra. Venice Chávez-Valencia. E-mail: drvenicechv@gmail.comRecibido: 13-Dic-2020. Aceptado: 26-Jul-2021